Enséñame a amar (yaoi)

Capítulo 34: Thomas Ferrel. (única parte)

Todo muy normal.

A los 7 años, mi padre desde Rusia mando un celular carísimo como regalo de cumple años, y lo primero que hice fue probarlo marcándole a mi hermano. Pero ese día más que feliz quede sumamente preocupado, mi hermano estaba tan cambiado tras la pantalla, la inmensa cantidad de moretones y la mirada triste era algo que jamás me hubiera esperado ver en él. El corazón se me achico.

Él me juro que todo estaba bien, solamente que era muy torpe y siempre se golpeaba o se caía. Siempre...

Viví años, en la normalidad de la casa, a veces teniendo días buenos y a veces días malos; a veces formulando en mi mente el sueño de volver a tener a mi hermano a mi lado, formulando pesadillas sobre por qué su cambio tan espontaneo.

A los 10 años tuve mi primera novia, era una chica de cabello oscuro y ojos café, con la piel clarita y una sonrisa que te alegraba la vida. Me deje de sentir solo por unos momentos. Recuerdo a ver llegado corriendo de la escuela a mi casa emocionado por querer contárselo a Shin, sin embargo la alegría del momento se me fue al instante en que mi madre me lo dijo:

-Tom, tu hermano está en el hospital, al parecer se lo llevaron de urgencias porque su pierna se partió en dos...- Me dijo acomodándose un mechón de su cabello tras su oreja con la boca torcida y las manos moviéndosele nerviosamente.- He intentado llamarlo durante tu ausencia, pero parece no responder... tal vez a tu tengas mejor suerte que yo.

Y si, tuve suerte después de casi 3 horas de estarle marcándole, la preocupación me desbordó por los poros al verlo ahí, recostado con la cara tan demacrada que parecía mucho mayor que yo, con el cabello hecho un alboroto y una expresión de dolor y tristeza latente en el rostro. Quería pensar que era por el dolor y el agotamiento de la operación.

Sin embargo, poco a poco me di cuenta que no fue así.

¿Mi padre le hará algo? ¿Alguien abusa de él en la casa? ¿Estará deprimido?
¿Quién le hace daño? ¿Quién?

Los años pasaron, por más que buscaba entre sus ojos llenos de terror, en tratarle de reprochar en la cara el porqué de sus heridas, el porqué de sus lágrimas...jamás logré sacarle la verdad, nunca me dijo del daño que le hacían.

A los 15 años, perdí mi virginidad con una chica muy guapa, con mi nueva novia. Mi querido hermano a la misma edad un día apareció con un aspecto mucho más vivo y mucho más armonioso, me recordó cuando vivíamos juntos.

Al parecer, él había conocido en un momento "complicado", su nombre era Barush. Nunca me imaginé a mi hermano con un chico, lo veía con esposa e hijos, pero eso no me afectó en lo absoluto.

Shin parecía completamente ido por él, sus días consistían en ir tras de él y darle uno que otro regalo muriendo de vergüenza...realmente pensé que Barush era bueno, así que le di a mi hermano los mejores tips para conquistarlo.

Recuerdo claramente que fue un primero de noviembre cuando Shin me marcó, una inmensa sonrisa se plasmaba en su rostro al igual que un inmenso sonrojo que delataba lo feliz que se encontraba: Él y Barush se habían hecho pareja. Todo transcurría bien, de repente "dejó de ser torpe", cada día se mostraba feliz y alegre y me contaba lo lindo que era el chico con él; por unos momentos dejó de preocuparme tanto como hace tantos años.

Nos fuimos distanciando los siguientes meses, él estaba ocupado en sus asuntos y yo en los míos, justo después de cumplir los 16 años le marqué siendo un reencuentro después de un par de tiempo, tenía en mente que me iba a contar sobre Barush y demás. Cuando le vi el rostro se encontraba empapado en lágrimas, llorando a todo pulmón.