Un Amor Poco Común.

Capitulo 3

- Hey ¿Alguien puede ayudarme? - grite un poco
Un viejo canoso apareció en la puerta principal junto a dos chicas jóvenes, una de cabello corto y castaño, y otra rubia
- ¿Que es lo que quieres? - hablo el viejo
- Una oportunidad, se que es mucho pedir en estos días pero en verdad estoy desesperada, solo les pido un lugar donde pasar la noche, en la mañana me iré -
Los tres se miraron
- ¿Traes armas? - pregunto la castaña
- Si, claro - les enseñe mi pistola y mi cuchillo
- Si quieres quedarte tendrás que dejarlas en mi habitación, no permito armas en mi propiedad -
Asentí, no perdería esta oportunidad
- Bienvenida pequeña, pasa -
Abrí la cerca y me acerque a la casa, detalle el lugar y era muy hogareña, tenía muchas fotografías de paisajes y de personas, supongo que de familiares
- Cariño, te queremos presentar a estas personas, ellos son William, Patricia y Otis, son miembros de la familia - hablo el viejo
Me acerque a cada uno para estrecharles la mano
- Yo soy Hershel Greene y ellas son mis hijas, Beth y Maggie - los salude a todos
- Yo soy Jane y creo que no tendrán que memorizarlo, me iré en la mañana - todos rieron un poco
- No tienes que irte, puedes quedarte el tiempo que sea necesario -
- Muchas gracias Sr. Greene, pero no quiero causarles molestias, con una noche bastará, tengo mucho camino que recorrer -
- Esta bien linda, por ahora Beth te  enseñara donde esta tu cuarto -
La chica asintió y me indicó que la siguiera, subimos la escalera hasta el segundo piso, habían tres habitaciones, ella me indicó la habitación de Maggie y la de ella, supuse que la mía seria la sobrante
- Esta solía ser la habitación de Patricia y Otis, pero ellos construyeron una casa atrás de la nuestra, entonces puedes quedarte aquí - se iba a ir pero la detuve
- Muchas gracias, tu y tu familia me acaban de salvar la vida - hable sinceramente
- No te preocupes, aun somos humanos, tenemos que ayudarnos los unos a los otros - me abrazo 
- Hey Beth, antes de irte, podría darle esto a tu padre? No quiero romper ninguna regla para quedarme aquí - le entregue mis armas
- No te preocupes, si quieres ducharte en el armario encontraras unas toallas y en un momento te traeré ropa limpia -
- Gracias, ya han hecho mucho - me sonrió y cerró la puerta