Capitulo 33

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  Jordan se había ido de viaje por dos días a Seattle, de donde era Ana, para decirles a sus padres la buena noticia.

Así que eso ayudo a que los hermanos Salvatore y yo tengamos nuestro momento a solas que tanto necesitábamos. No bromeo cuando digo que había visto la cuarta temporada entera, y esto era tan adictivo, que ya estaba por empezar con la quinta cuando mi teléfono sonó.

Vi la hora en el reloj, eran las once y media la noche y ni siquiera me había dado cuenta.

— ¿France?—preguntó.

Escuchó un grito ahogado desde el otro lado de la línea. Me alejé un poco el teléfono del oído para evitar quedarme sorda.

— ¿Estas bien?

—Más que bien. Nunca he estado tan bien, lo prometo. —dijo emocionada.

— ¿Cómo te fue en tu cita?

—Bien, muy bien. Fuimos a ese restaurante elegante y después...

El timbre del departamento sonó.

—Eh, te llamó después, ¿de acuerdo? Llaman a la puerta, quiero todos los detalles así que prepárate.

Cuelgo la llamada antes de que me responda y dejo mi teléfono en el sofá de la sala. Me apresuró en llegar hasta la puerta y abro la puerta del departamento.

Jordan me hubiera matado si él estuviera aquí, ya que no me había fijado por el pequeño mirador de la puerta, y había abierto sin más. Pero lo hecho, hecho está y además Jordan no estaba aquí para regañarme.

Niall estaba enfrente de mí, él estaba realmente pálido, probablemente por el frio que aun hacia afuera porque aún no acababa la temporada de invierno. De todas las personas en el mundo, me podría haber imaginado que quien tocaba era el presidente, pero no él.

Pero eso no era todo. En sus manos llevaba un enorme, pero enorme ramo de rosas rojas. Probablemente eran como treinta los que tenía en ese arreglo.

Verlo esta noche, no estaba en mis planes definitivamente.

— ¿Qué haces aquí?—preguntó confundida.

— ¿Puedo pasar?—pregunta.

Asiento con la cabeza, abriendo la puerta completamente y permitiéndole entrar.

Él entra y estoy a punto de cerrar la puerta cuando un señor ingresa al departamento, seguido de muchos más. Todos con un arreglo de rosas en las manos.

Y siguen entrando cada vez más.

Cuando entra la ultima persona, deja el ultimo jarrón al lado de la puerta y se retira cerrando la puerta a sus espaldas.

Me percaté en ese momento, que solo traía encima unos pequeños shorts que apenas me cubrían el trasero, y una camiseta corta sin mangas, la cual usaba como pijama casi todas las noches. Pasé mis manos por encima de mi pecho.

— ¿Qué está mal, Niall? ¿Qué significa esto?

— ¿No lo entiendes?—pregunta—Todo está mal. Nosotros. Yo. Todo.

—Pensé que ya habíamos terminado ese día en tu habitación—le recuerdo.

—Yo no he acabado con esto—dice acercándose más a mí.

Mete su mano a su bolsillo, y saca de esto algo plateado. Niall lo extiende, permitiéndome verlo mejor.

Era su cadena.

La cadena que le había regalado. La tenía de vuelta.

—¿Es la misma?—preguntó.

—Sí.

Volver a vernos  (Tercera temporada de Red de mentiras y Promesas de amor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora