Arruinando infancias

Te Lo Dije

Ya era fin de año y se acercaba el examen final, yo solo quería salvarlo para irme a mi casa y disfrutar el verano.
Esos días me estaba quedando hasta tarde a estudiar y por ende en las mañanas no me despertaba bien y eso me estresaba mucho.
Uno de esos días de quedarme hasta tarde, decidí distenderme un rato mirando cosas en internet, empecé con videos graciosos, luego me fui a la rama del terror y cuando quise acordar estaba mirando “La leyenda de Bloody Mary”, ese día me fui más temprano a dormir y al otro día le conté a mis amigos de la leyenda, nadie me dio bola, pero Samara, una compañera un poco retraída y asustadiza, entre-escuchando la conversación dijo “Ni lo intenten”, a lo que Johan uno de mis amigos caracterizado por burlarse de la gente contestó “Miren chicos, Samara, la asustadiza y callada hablo por fin, ¡Que milagro!” y todos se empezaron a reír, pero yo no, yo vi miedo, preocupación, angustia en la cara de la chica y me di cuenta de que estaba hablando en serio.
Johan dijo que debíamos ir a algún lugar abandonado, llevar un espejo y decir tres veces Bloody Mary para demostrar que era todo falso, los demás asintieron y yo para no quedarme como el miedoso del grupo dije que también iría.
Eran las 11:00 cuando llegamos allí, la leyenda cuenta que hay que hacer el ritual a las 12, por lo que pasamos el rato contando historias de terror y cosas por el estilo…
Mientras acortábamos el tiempo ahí, sentimos un ruido que venía de las chapas tiradas de una de las paredes, en el momento las miradas de todos nosotros se cruzaron como un bombardeo naval, temerosos fuimos todos a ver de dónde y porque razón venía ese ruido, lenta y sigilosamente nos acercamos a las chapas y Johan con mucho miedo levanto una chapa larga que estaba tirada ahí…
Nuestra sorpresa al ver porque provenía el ruido fue absoluta, puesto que debajo de esas chapas no estaba ni más ni menos que Samara, tirada ahí espiándonos.
Johan con miedo le dijo: -¿Por qué estas acá?– Con la voz reseca y un tono de incertidumbre.- Vienes a matarnos ¿No es así? Siempre lo supe, detrás de esa cara asustada y extraña había una mujer demente.- En ese momento yo lo interrumpo y le digo: - Deja que hable, tal vez solo quiere decirnos algo y no sabe cómo.- A esto Samara me contesta: Gracias, de verás. – Y luego, dirigiéndose a Johan. – No vengo a “matarlos”. – Haciendo gesto de comillas con las manos. – Solo quiero advertirles algo, ya vi lo que pasa cuando se hace esto, lo viví en carne propia… - Y luego con voz preocupada dijo: -En verdad, no lo intenten.
Johan se empezó a reír y burlándose le dijo: -Mira si te vamos a hacer caso a ti, una demente.- Yo cansado de todo le dije a Johan: -Si eres tan valiente, hazlo tú. –Con tono desafiante. – Y él me contestó: - Esta bien, lo haré… Pero lo único que ganaras será quedar como un maricón. – Y dirigiéndose a los demás dijo: - ¿Quien hará el ritual con migo? –Nadie le responde nada.
“Está bien, voy solo” dijo Johan.
Ya había llegado la hora, eran las 11:55 y Johan ya estaba al frente del espejo, Samara gritaba como una loca que no lo hiciera, pero Johan sin pensarlo dijo: -Bloody Mary… –Y en eso sentimos una ráfaga de viento entrando por una de las ventanas rotas. –Bloody Mary… - Por segunda vez, y el viento se intensificó. –Bloody Mary. – Y hubo silenció y luego de unos minutos sin pasar nada Johan nos dijo: -Lo ven, son todos unos maricas. – Al decir eso el vidrio del espejo se empezó a quebrar, yo abrazaba a Samara, los demás se corrían lejos de ahí y Johan se quedo mudo y paralizado, en eso Samara se suelta de mí brazo y cae desmallada y con una voz gruesa, muy diferente a la de ella dice: -Te lo dije. –Eventualmente se despierta, me agarra de la mano y salimos corriendo, dejando a Johan solo adentro.
Cuando ya estábamos a una distancia segura, sentimos un grito desgarrador de Johan diciendo: -¡Basta!- Y en ese momento supimos que todo termino…
No como queríamos, pero terminó.