-Eres un convincente, Beiber- Dijo controlando su risa.


-Bieber. BI-E-BER- Dijo separando las sílabas. Ella se rió.


-Beiber. Beiber. Beiber. LALALA- Empezó a tararear divertida. Justin frunció las cejas, evitando reírse.


-Nadie se burla de mí- Dijo. Pero ella siguió felizmente cantando. Justin esbozó una última sonrisa y la calló de un beso. De un apasionado y perfecto beso. Contagió su humedad a los carnosos labios de ella. Una sensación completamente placentera y adictiva. La abrazó por la espalda, era uno de esos momentos que ojalá no acabaran nunca.


Un fuerte golpe en la puerta los hizo separarse. Ella se sobresaltó, había sido un golpe demasiado fuerte, como si aventaran algo directo a la puerta.


-¿Qué mierda a sido eso?- Dijo Justin incorporándose rápidamente.



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Harry empezó a conducir por la carretera principal de Filadelfia. Ahora había mucho tránsito. Prendió el radio para distraerse un poco. Estaba en camino a casa de Justin, debía contarle lo sucedido y arreglarse con él, después de todo era su mejor amigo y no podía dejar de hablarle tanto tiempo. Luego regresaría a la comisaría para ver si el detective Nicolas ya tenía la información de la violación.



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Justin se paró y caminó de cuclillas a la puerta, para asomarse poco a poco por el hueco en medio.


-Ven, Justin- Susurró ella a unos pasos atrás de él. Justin negó con su dedo. Luego posó una mano en la perilla de la puerta, dispuesto a abrir.



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Era una tarde fría, así que Harry pensó en detenerse a Starbucks y comprarles bebidas a Justin y a ______. «Si, es una buena forma de reconciliación» sonrió y estacionó su auto frente a la cafetería.



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Asomó su cabeza para todos lados, pero no había nadie ahí. Sólo el fuerte viento que hacía mover los arbustos le provocó piel de gallina.


-Bien, no hay nadie. Me parece que alguien nos hizo una broma...- Dijo volteándose a verla. Pero apenas lo hizo, ______ se quedó helada, y no precisamente por el aire frío que entraba por la puerta.


-¡JUSTIN, CUIDADO!- Gritó horrorizada.



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-Gracias, buen día- Se despidió Harry dejando una pequeña propina en la mesa. Tomó ambas bebidas y se adentró en el auto. Miró al retrovisor y éste estaba empañado, al igual que el parabrisas. Comenzaba a hacer neblina acompañada de un fuerte viento. Por suerte el café que acababa de tomarse ahí dentro le había calentado un poco la garganta.


Encendió la camioneta y se dispuso a manejar a la casa de Justin, deseaba que él estuviera ahí ahora, o el café se enfriaría.



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-¡SUELTALO! ¡SUELTALO!- Gritó llorando descontroladamente, pero más que llorar, estaba desesperada. No soportaría ver un golpe más en el rostro y cuerpo de su novio. No después del fuerte golpe que había recibido por la espalda de parte de Zac y su amigo.


-¡Enciérrate en la habitación! Ha-hazlo, ahora...- Dijo con la voz apenas entendible, no podía hablar. Estaba golpeado de la cara, sangrando de la nariz y la frente. En el abdomen, Zac se había encargado de darle fuertes patadas, mientras su amigo se ocupaba de golpearle la cara.


-¡NO! ¡JUSTIN, NO!- Gritó desesperada, su llanto aumentaba. Zac y aquél desconocido solo ignoraban los gritos de ______. No podía llamar a la policía, Zac había pisoteado su celular. Así que se armó de valor y se acercó a Zac, se le subió en la espalda y empezó a golpearlo. Pero al parecer fue inútil, pues éste de un simple movimiento la dejó tirada en el suelo.


-Vete de aquí, zorra. Enciérrate en tu cuarto, como tu noviesito te lo ordena. Después nos ocuparemos de tí- Sonrió malévolo y triunfante. Justin empezó a retorcerse del dolor, ahora comenzaba a quedar inconciente.


-Ha-ha... hazlo- Fue lo último que Justin pronunció. Tenía la boca llena de sangre. Sus ojos se cerraron poco a poco.


______ sintió un terror y miedo que jamás había experimentado. Justin acababa de desmayarse, ahora no sabía que hacer. El corazón le palpitaba con fuerza. Era débil frente a dos hombres que estaban ahí para matarla, o bien, para hacerla sufrir lentamente. Dio pasos hacia atrás. Ambos voltearon a verla deseosos.


-Sigues tú- Sonrieron al unísono. Ella empezó a correr directo a la habitación, y de un fuerte portazo, se encerró con candado.


Las manos le temblaban, pero hacía lo que podía. Arrastró su tocador hasta colocarlo frente a la puerta, para provocar presión en ella. Corrió hasta su ventana, la abrió pero era inútil escapar por ahí. Eran dos pisos y si se aventaba, seguramente podría morir, o ni siquiera podría levantarse después de la caída. Se sentó en el borde de su cama, pero se balanceó y cayó al piso. Estaba temblando como nunca en su vida. Hundió su cabeza en sus piernas y se abrazó a si misma. Lloraba con todas sus ganas. Miedo, temor, culpa... todo la recorría. Deseaba con todas sus ganas salir, matarlos, levantar a Justin e irse, pero eso sólo pasaría en sueños. Ellos estaban en su casa, acababan de golpear violentamente a su novio, y ahora seguía ella.


Las amenazas telefónicas, ahora se convertían en hechos reales.



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Después de 10 minutos de conducir, Harry llegó al departamento de Justin. Tocó una vez y no hubo respuesta. Tocó 3 veces más, tampoco. Le pareció extraño. Se dio media vuelta y al instante, pensó: '______'. Si, seguramente él estaría en su casa. ¿Dónde más podría estar? No era horario de trabajar.


Sin pensárselo dos veces, empezó a conducir en dirección contraria.




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KilometrosWhere stories live. Discover now