Gemma me imitó, cogiendo el plato de Perrie también.

-Estaba todo delicioso, Anne –le sonrió la rubia, volviendo a mi lado.

-Gracias chicos, me sacáis los colores –nos sonrió-. Subir a vuestras habitaciones, es hora de dormir. Harry, ¿Le has preparado la cama a Perrie?

Asentí con la cabeza a la vez que bostezaba.

-Ves a dormir, Har-rulitos –se rió mi hermana, removiéndome el cabello.

-¡No me llames así! –me quejé.

-Algún día te gustará tu apodo –se rió y se dirigió hacia arriba, Perrie la siguió.

Le di un último beso de buenas noches a mi madre y imité a las chicas, volviendo camino a mi cuarto.

Entré en mi habitación, volviendo de nuevo a conectarme con el celular.

“Ya estoy de vuelta :) ¿Video llamada?”

Mi amiga asomó la cabeza por la puerta entreabierta de mi habitación, mirándome con curiosidad.

-Hazza, ¿te importa si me quedo un rato con Perrie? Estamos hablando de chicos, está muy interesante.

-Mientras no habléis mucho de mí… -le regaló una cálida sonrisa y esta se la devolvió encantada.

-Vuelvo luego –me guiñó un ojo y salió de ahí, cerrando la puerta detrás de ella.

Claro.” –recibí el mensaje de Louis y esta vez fui yo quien inició la video llamada.

Una vez más, la pantalla se volvió  en negro y automáticamente la cara de Louis apareció de la nada, aunque ahora había algo diferente en ella.

-¿Te ocurre algo, Louis? –murmuré, tumbándome en mi cama cómodamente.

-¿Qué? Oh, no, nada… -respondió con voz apagada.

-¿Seguro…?

Sus ojos brillaban algo más de lo normal, y aunque no se pudiera diferenciar muy bien, juré que los tenía más rojos e hinchados que hacía poco rato.

-Me… -su voz tembló, cogió aire lentamente y luego lo expulsó en forma de suspiro, mirando hacia el suelo- Me ha llamado mi mejor amigo… y me ha dicho que… oh dios…

-¿Qué te ha dicho? –pregunté preocupado, ahora viendo como Louis se pasaba el dedo pulgar por su ojo izquierdo, eliminando una pequeña lágrima.

-Que Eleanor… mi novia… me ha querido engañar con él… -sonrió amargamente suspirando con pesadez.

Louis se humedeció el labio inferior con la lengua y luego lo mordió, mirando hacia la nada con los ojos llorosos.

-Yo… Louis… lo siento tanto… -la culpabilidad llenó mi cuerpo en esos instantes. Pero no ese tipo de culpabilidad en el que te sientes mal por no poder ayudar a tu amigo, no… Era esa clase de culpabilidad que uno sentía al recibir una mala noticia y que, por algún raro motivo, le gustaba escucharla.

Me sentí mal por Louis, muy, muy mal. Me dolía saber que ahora por culpa de una… sin palabras… se encontraba con el corazón roto. Pero por otra parte, una sensación de alivio y alegría inundó mi mente, pensando que yo podía llegar a fijar ese corazón, y de darle vida de nuevo a Louis.

-Tranquilo, Hazz. Estoy bien… mi amigo, por suerte, la rechazó –sus manos, algo pequeñas, rodaron hacia el final de su camiseta negra, agarrándola con fuerza.

East Of Heaven ~ Larry StylinsonWhere stories live. Discover now