Capítulo 18.

4.6K 127 72
                                    

Capítulo 18.

Caminé hasta la parte trasera de la Universidad donde todo parecía calmado. hasta sentir su presencia, realmente no podía pasar desapercibido. Me giré con descontento y amargura para conseguirme con sus ojos marrones, me hizo una seña para que me sentara en el césped bajo el árbol y eso hice. El calor de esta mañana se reflejaba en mi cabello húmedo y gotas de sudor en mi cuello.

—¿Qué...? —Intenté preguntar pero me cayó con su dedo índice en mis labios. Lo retiró y negó rotundamente.

—Antes de que hables y terminemos discutiendo, yo hablare. —Se detuvo a pensar lo que diría y continuó. —Tengo una idea para evitar el castigo, es simple realmente. —Asentí. —Solo debemos contratar a alguien que lo haga por nosotros.

—¿Eso es todo? —pregunte incrédula ante tal explicación

—Trate de buscar una mejor solución, pero no la obtuve. —Trato de aclararme lo que hizo que yo soltara una carcajada. —Entiende, los profesores jamás entran a la biblioteca, podríamos dejarlos entrar por esta parte y ellos jamás lo sabrían. Limpiarían todo y nosotros no tendremos que pasar un solo día juntos. —Sonrió, aparentemente orgulloso de su explicación. Solté otra carcajada.

—Eres realmente ingenuo ¿no? —Sus ojos se tornaron más oscuros y yo me levanté del césped. —¡Hay cámaras de seguridad! ¡Nos descubrirían! —Su rostro palideció por lo que baje mi tono de voz. —El Director tiene una ventana con vista hacia la biblioteca, pero tú no lo sabías ¿cierto? —Reí irónicamente. —¿Y cómo explicaría que cuatro estudiantes acabaran de limpiar una biblioteca como más de veinte estantes de cinco metros y unos mil libros en un día?

Él se encogió de hombros.

—Ten algo en claro. —Suspire. —Tú vas a limpiar... con tus manos de niña en primaria, cada estante y libro de ese lugar, que te corresponda. O yo misma me encargaré de que recibas otro castigo. —Le di la espalda para irme. —¡Y no hablaba de uno del Director!

La mañana había sido pesada desde esa discusión con Zayn, é realmente podría arruinarte el día. Se había puesto en mi camino un par de veces en el pasillo mientras trataba de darme celos con cualquier chica que le pasara por el frente, la escena era realmente graciosa, debo decir. Camine hasta la habitación de la única chica que me importaba justo ahora y me detuve en seco al escuchar gritos detrás de la puerta. Lauren discutía con alguien.

—¡Ella no lo hizo a propósito! —gritaba una voz masculina conocida.

—¡No estoy diciendo que lo haya hecho! —esta vez era Lauren. —¡La ayudé y sólo me abofeteó! —Entonces supe que hablaban de mí. —¡Casi le rogué que no se entregara!

—¡Ella no dejaría que por su culpa todos fuéramos castigados mientras ella no! ¡Entiende que hizo lo más sincero que pudo haber hecho! —El chico hablaba otra vez. —Debes superarlo.

—¡Oh, vamos! ¡No la defiendas!

—¡Joder! ¡No la defiendo! ¡Estoy siendo razonable, Lauren!

—¡No, Harry! ¡No lo estás! Olvidate de ella, nunca sabrá ni por más obvio que seas, tus sentimientos hacia ella. —Lauren abrió la puerta y yo sólo me encontraba petrificada frente a los dos pares de ojos verdes, mis mejillas ardiendo y mis manos a cada lado de m cuerpo apretadas en puños.

—Selena... —Harry trató de hablar pero lo único que pude hacer fue correr hasta que mis pies no pudieron más.

—¿Estás bien? —preguntó alguien me giré a mirarlo Demi parecía triste. No había notado que corría hacia mi habitación, entre en esta y me deje caer en la cama.

—¿Lo estoy? —contesté con otra pregunta y una lágrima cayó por mis mejillas. —Por supuesto que no lo estoy, Demi.

Una leve sonrisa se dibujó en su rostro mientras se dejaba caer a mi lado y me abrazaba fuertemente. Oculte mi rostro en su pecho y al cabo de minutos, ella y yo nos habíamos quedado sumidas e un profundo sueño. Por primera vez desde hace mucho, no fue necesaria hablar, una caricia fue más que suficiente.

—¡Señorita Gomez! —La decana se encontraba en a recepción del dormitorio para chicas. —Debería ir a la biblioteca ¿o pensaba que se iba a escapar?

—No, no lo pensaba, tampoco lo iba a hacer, pero gracias por la idea. —Dije saliendo por las puertas de cristal con un chirrido. Camine hasta la biblioteca con unos vaqueros, una blusa gris con letras azules y mis Converse negras. Había dejado el estilo gótico para otro día. No llevaba maquillaje y mi cabello se mantenía atado en una coleta alta. Suspire y empuje el par de puertas de madera para entrar y encontrarme con un gran salón. Techos altos con pinturas famosas en algún tipo de collage, grandes pilares blancos sosteniendo el techo con figuras y marcas, dividiendo los pasillos de estantes entre sí. Una gran recepción con una barra de piedra y madera clara a un lado y al otro una gran cantidad de mesas y sillas dividas por todo el lugar y al fondo, se podía observar las viejas mesas donde se encontraban las computadoras antes de que cerraran el lugar.

Tome aire y camine a través de esta hasta la mesa donde Zayn, Harry y Lauren habían acordado en esperarme, pero yo llegué antes. Tome uno de los libros cercanos y me dispuse a aprender de este hasta que llegaran. Trataba de la poesía, entonces tome mi teléfono y escribí un mensaje para "A". Últimamente no habíamos hablado del todo, solo un par de mensajes y todo llegaba a su esperado y exasperante final.

<Te extraño más de lo que digo,

te quiero pero lo cayo.

realmente me gustas,

y esto no es un engaño. > Pulse enviar y guarde mi teléfono al notar la luz filtrarse por la puerta, los chicos habían llegado. Nos dividimos las tareas sin hablar mucho, Lauren y yo limpiaríamos los estantes y las mesas mientras que Zayn y Harry limpiarían los suelos, arreglarían y repararían lo dañado y al final todos ordenaríamos de nuevo los libros.

Me encontraba estirada para poder alcanzar un libro, cuando un azote en mi trasero me hizo soltar un pequeño grito. Me giré y Zayn sonreía valiente. —Eres un desagradable idio... —Antes de que pudiera terminar, Zayn se inclnó y me besó bruscamente. Sus manos subiendo por mis piernas hasta mi trasero. Lo empuje y sus manos se adelantaron y dejaron las mías sobre mi cabeza.

—Esto es nada comprado a lo que puedo hacer.

'd


Juegos Sexuales |Z.M.|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora