Sedienta de sangre

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Hambre, tengo sed,

quiero sangre.

quiero una mordida en tu cuello

gota por gota,

beber tu sangre libremente

ese delicioso aroma

que mi olfato idolatra,

ese sabor tan dulce

que solo yo puedo reconocer,

y este ahora cadáver tuyo

que carece de vida aquí a mis pies,

ese aroma ha desaparecido

y con él un sabor amargo en tu piel.

     



El comienzo de la libertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora