14.

12K 1.2K 52
                                    

El auto se detiene frente a nuestra casa y muerdo mi labio, los últimos dos días me había quedado en su departamento, pues nos habíamos negado a volver si no era como marido y mujer.

-Y aquí estamos -dice Brandon y asiento.

-Aquí estamos -susurro. El baja del auto y se apresura a abrir mi puerta.

-Bienvenida a su nuevo hogar señora de Cooper -dice cargándome sobre sus brazos y grito sorprendida, cierra la puerta detrás de mí, camina conmigo hasta la habitación y mis ojos se abren cuando me doy cuenta de la decoración, velas en el suelo y pétalos de rosas en la cama, hay una botella de champagne y dos copas, un tazón de chocolate y otro lleno de frutos.

-Así que si tendremos... esa noche eh? -me burlo y sonríe, me lleva a la cama y me deposita sobre esta con cuidado.

-No dejaría que te la perdieras mi hermosa esposa -asegura y muerdo mi labio, sonríe y acerca su dedo a este logrando liberarlo, -ahora no -pide en un susurro y suspira, se pone de pie y camina hacia la botella de champagne, la destapa y llena las dos copas, me entrega una y toma la charola con los frutos y el chocolate regresando a mi lado, toma un pedazo de kiwi llenándolo de chocolate y lo lleva a mis labios, tomo una fresa y se la doy.

-¿Emocionada por la luna de miel? -cuestiona y sonrío.

Nerviosa en realidad, dado que no quisiste decírmelo tuve que empacar tanto ropa calida como trajes de baño -le recuerdo y sonríe.

-Oh podrías simplemente no llevar nada y nos la pasaríamos todo el tiempo desnudos en la habitación -señala y río.

-Ni lo sueñes, sea a donde sea que vayamos saldré a conseguir un marido... oh espera... ya tengo uno -digo y lo beso, sonríe ampliamente y asiente.

-Viajaremos mañana por la noche, en el día terminaremos nuestros pendientes y después, una semana solo para disfrutar -recuerda los planes y asiento emocionado, tomo un pedazo de fresa y lo llevo a mi boca, terminamos el champagne y nos ponemos de pie para recoger las cosas.

-Brandon -le llamo y me mira, me giro dándole la espalda y lo miro sobre mi hombro, -¿me ayudarías? -cuestiono y sonríe acercándose hacia mí.

-Supongo que puedo intentarlo -susurra en mi oído y besa mi cuello, mis hombros, sus manos se posan en mi cintura...

-El cierre esta en mi espalda -bromeo y lo siento sonreír sobre mi piel.

-¿Dónde es la espalda? -pregunta y sus manos ahuecan mi trasero, -¿aquí? -niego y lo escucho reír.

-Arriba -digo y asiente, sus manos suben a mis pechos y río.

-¿Aquí?

-A esa altura del lado contrario -aseguro divertida, sus manos finalmente llegan al cierre y comienzan a bajarlo, sus nudillos rozan mi piel y arqueo la espalda ante la sensación, el cierre termina justo en la curva de mi trasero y el lo palmea haciéndome saltar ante la sorpresa.

-¿A que ha venido eso señor de Menster? -cuestiono.

-¿Señor de Menster? -Susurra arqueando una ceja, -me gusta -segura y sonrío aun más, -y vino a que no pude resistirlo -asegura, -Lo siento -finaliza pero sé que no lo hace, me giro y encuentro su mirada, retiro las manos de mi pecho y el vestido cae, deja salir el aire y su mirada cae a mi pecho semidesnudo, relame sus labios y baja un mas a mis piernas, sonríe y se acerca tomando mi nuca y acercándome a él para besarme, nos separamos y sonríe, -me preguntaba si había alguna manera de que el vestido se viera mejor que sobre tu cuerpo, ahora veo que si, fuera de él -señala y sonrío, llevo mis manos a su pecho y comienzo a desabrochar los botones, cuando logro quitársela esta cae al piso y mis manos bajan por su pecho y abdominales hasta el cinturón de su pantalón, se lo quito y lo tiro al suelo, desabrocho su pantalón y este cae a sus tobillos, sonríe sobre mis labios y me alza en sus brazos nuevamente llevándome a l cama, me recuesta sobre esta y se posiciona sobre mí, sus labios van directamente a mi cuello y lanzo la cabeza hacia atrás dándole el espacio que necesita para cumplir su cometido, sus manos unidas a las mías a ambos lados de mi cabeza, su pecho pegado al mío y sus piernas abrazando las mías, somos uno solo y me encanta. Sus labios van a mis hombros y con sus dientes retira el tirante, sus labios pasan por toda mi piel y me estremezco, no es la primera vez y ninguno de los dos es falto de experiencia, pero ambos estamos siendo torpes y cohibidos, el clima esta cada vez más cálida y la ropa desaparece por completo, sensaciones, besos y caricias, eso nos volvemos, estamos en silencio pero nuestras miradas se encuentran unidas diciéndonos todo lo que necesitamos saber, su cuerpo se une al mío completamente y nos volvemos uno solo, recarga su frente sobre la mía y aprieta su agarre sobre mis manos.

Una vida en el paraíso.Where stories live. Discover now