(34) Para siempre

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No me había dado de cuenta, pero esta historia llegó a su final. Solo resta un capítulo luego de esto, y nos despediremos de Natalia. He disfrutado cada instante de esta historia, aun más sus comentarios. Gracias a todos por leerla. Al lado, una foto de la vista que Natalia tiene frente a ella cuando estan en el hotel. Qué hotel? Pronto se enterarán. Que lo disfruten....

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Una enfermera, acompañada por el doctor, entraron a la habitación. Segundos luego, estábamos fuera de la habitación, necesitaban verificar a Kassandra y tomar unas muestras.

"Arnaldo...es increíble. Kassandra estará bien" comenté pudiendo reaccionar a todo lo que había ocurrido en cuestión de minutos; lanzándome en los brazos de Arnaldo.

Instantes luego, llegamos donde se encontraban Laura y Orlando; estos nos miraron extrañados al vernos llenos de felicidad.

"Qué sucede?" preguntó Laura, mientras una sonrisa comenzaba a aparecer en su rostro.

"Kassandra reaccionó!" exclamé llena de alegría, mientras esta abrazaba a su esposo, ambos llorando de emoción.

"Por fin nos llevaremos a nuestra hija y nieto a nuestra casa..." fueron las palabras de Orlando demostrando alegría, mientras lágrimas bajaban por su rostro.

Lamentablemente, las palabras de Orlando no fueron del todo ciertas. Joaquín sí llegó a la casa, pero Kassandra aun necesitaba un poco más de cuidado, debido a los múltiples golpes que había recibido y la operación que aun tenía pendiente.

Laura cuidaba a Joaquín durante el día, mientras que este era de nosotros durante la noche. Sebastián pasaba el día entre el hospital y la casa de Orlando, pendiente tanto a su hijo como a Kassandra.

Por otro lado, Arnaldo, Jean y yo, practicábamos con el pequeño, lo que sería tener un bebé en la casa. La parte más difícil era despertarse varias veces por la noche; más aun cuando en mi estado, apenas podía mantener mis ojos abiertos; me sentía cansada la mayoría del tiempo.

"Es una dulzura de niño...no puedo esperar a que el nuestro nazca" comentaba Arnaldo, tocando las manitas de Joaquín, mientras este dormía placenteramente sobre mi pecho.

"Es una experiencia inigualable... Me siento triste porque Kassandra aun no pueda disfrutar a su bebé" las veces que la había ido a visitar, me preguntaba constantemente por su hijo, por cómo iba creciendo, lo que hacía; aunque en realidad, solo dormía y lloraba.

"Jamás me cansaré de repetirte la agonía que sentí aquel día al pensar que te había perdido, mi vida. A ti y a nuestro bebé..." Arnaldo aun se sentía triste, tal vez culpable por su actitud, uniéndola a este hecho.

"Pero no fue así, aquí nos tienes. Estamos a solo meses de ver a nuestro bebé" sin quitar una mano de Joaquín, pasaba mi otra mano por mi vientre, sintiendo a mi pedacito de cielo reaccionar al instante que puse mi mano. Era increíble sentir esto, saber que me reconocía al instante.

"No puedo creer que en dos semanas estaremos uniendo nuestras vidas para siempre..." mencionó este mientras besaba mi mejilla.

Aun cuando Kassandra no había salido del hospital, Arnaldo no quería esperar más. Quería que fuésemos marido y mujer ante la ley, al momento que el fruto de nuestro amor abriera los ojos en este mundo. Así que habíamos planeado algo sencillo, con las personas más cercanas a nosotros.

"Y luego solo será cuestión de esperar que pasen las semanas...." mi emoción crecía cada vez más.

El día de nuestra boda, Thais y Jean se quedaron conmigo en la casa; ya saben, todo eso de que si el novio ve a la novia antes de la boda, es mala suerte. Así que, luego de que Jean me maquilló, me peinó, se dispuso a ayudarme con el vestido.

Duele ser infielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora