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Baby Soo

D.O, genio del mal y destructor favorito de Ciudad EXO estaba completamente furioso, aún más que de costumbre. La razón: Mr. Kai, o como él conocía muy bien debido a investigaciones exhaustivas, Kim Jongin. Ese hombre simplemente ponía sus nervios a trabajar y su furia y enojo se veía en niveles proporcionales. Cuando él hacía acto de presencia, desmantelando todos sus planes, D.O se convertía en una masa de furia que arremetía con todo a su paso.

Lo odiaba como a nadie en aquella ciudad y su plan era acabar con su existencia. Y debía comenzar de inmediato.

Kai aparecía siempre en el último momento, con su traje dorado que le quedaba ridículamente ceñido al cuerpo y ese pelo castaño que hacía gritar a las féminas, y no, no era porque estaban a punto de ser lanzadas a un acantilado como D.O quería creer. Tenía una estúpida piel bronceada y una sonrisa que compraba a todo mundo y lo ponía casi en el mismo trono que el gobernador Joonmyun, quien curiosamente era su hermano, el hermano de Kim Jongin.

D.O estaba concentrado en su labor, llevaba meses creando una peculiar máquina. Horas y horas enteras dedicadas a la genialidad de su cerebro y su plan maestro que le haría conocer todos los secretos de su rival.

Según las investigaciones de Sehun, su fiel perrito faldero, D.O sabía que Kai o Jongin, tenía un amor exorbitante y extraño hacia los perros y los niños pequeños, los bebes. Los adoraba con todas sus fuerzas y procuraba siempre donar dinero a orfanatos y esas organizaciones de gente débil que D.O no comprendía mucho.

Partiendo de esas investigaciones, D.O puso manos a la obra, y en meses creó la primera máquina capaz de convertir a un humano en bebé, sí, en bebé. D.O se iba a convertir en Do Kyungsoo —El nombre lo sugirió Sehun, ese pequeñín al menos servía para idear cosas buenas y no sólo agotar su suministros de azúcar— para infiltrarse en la guarida de Kai y así poder conocer sus más profundos secretos y usarlos a su completo favor.

«De nada, gracias, gracias, sip, fue idea mía, ¡Le agradezco a mi padre el cerebro que me heredó!»

La máquina era la innovación de hoy en día, una verdadera herramienta utilizada para llevar a cabo planes siniestros.

La verdadera razón de que el Dr. D.O pusiera manos a la obra era que Mr. Kai andaba muy extraño últimamente. Durante sus batallas se miraban fijo antes de que el moreno desviara la mirada y se dedicara a salvar vidas humanas sin siquiera tomarse la amabilidad de darse unos cuantos puños, o por qué no, una paliza.

D.O sabía que sólo era una treta, por eso él estaba planeando y cocinando a fuego lento su plan, en tanto seguía haciendo ciertos desastres en la ciudad sólo para despistar a su archienemigo.

En menos de lo que Sehun podía cantar Shawty Imma Party Till The Sun Down, él estaría destruyendo toda la humanidad de Mr. Kai para proseguir a dominar el mundo, como buen villano.

¡Introduzca aplausos!

—¡Sehun, tráeme un destornillador! —gritó D.O desde algún lugar debajo de la máquina.

El niño apareció con la rapidez de una tortuga llevando en su mano izquierda el destornillador que su amo había pedido y en la otra su oso de peluche. Tenía cara de pocos amigos, pues, odiaba que molestaran su sueño reparador, aunque fuera su amo «¡El que te da de comer, joder!» como diría D.O

—Aquí tiene, Kyungsoo hyung.

D.O gruñó y se frotó las sienes dejando una enorme mancha de grasa en la frente. Odiaba cuando Sehun le decía Hyung y todavía más, Kyungsoo, como si este fuese su verdadero nombre; la verdad era que él no tenía uno como tal, nació siendo D.O y D.O se quedaría porque D.O era mejor que cualquier otro nombre y cuando los periodistas dijesen «¡D.O conquistó el mundo!» Él se sentirá henchido y diría que es mejor que cualquier celebridad, mejor que los tontos esos de Súper Junior, los que por cierto, limpiaran su piso cuando conquiste la humanidad.

Dr D.O & Mr Kai → KaiSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora