Divine [Larry]

Parte 1

La mañana siempre es terrible. El frío del exterior se cuela por el pequeño espacio de la ventana de cristal, Harry toma la sábana y la lleva hasta su cabeza, escondiéndose del frío tormentoso.

Escucha la alarma, se resigna a despertar y voltea a su mesita de noche. Yace ahí un cuadro que tiene más de diez años posado en la delicada madera, perfectamente limpio.

En la fotografía hay dos chicos de dieciséis y catorce, haciendo de su vida un poquito menos pesada, las manos le tiemblan cuando se estira para apagar la alarma y ve esa fotografía. Dos chicos sonriendo ¿Por qué las cosas no siguieron así?

Decide levantarse de la cama, sus huesos se sienten dolorosos, así que se estira, gimiendo por el alivio que siente. Entra al baño y como todas las mañanas, lava sus dientes y toma una ducha caliente.

Baja caminando hacia su cocina, hay un silencio gigantesco, a excepción de los autos que pasan con poca frecuencia frente a su casa.
Abre la nevera, mirando que hay muy pocas cosas dentro de ella, así que va a la alacena a preparar algo, pero se da la sorpresa de que no hay nada.

Suspira, toma las llaves de su auto y camina hasta tomar la cartera de la mesa de noche, sale y se dirige al mercado.

Mira a una mujer parada en la sección de congelados, sonríe, esa chica lo había visto pasar por tanto.

—Carmen. —llama a la chica sonriendo, la mujer lo mira, sonríe de igual manera y ofrece un abrazo que es correspondido.

—Styles, el tiempo pasa rápido ¿no? ¿Irás a la fiesta de Arnie? Está ansioso de verte. —Harry sonríe divertido, negando levemente con su cabeza.

—No lo creo. —contesta a las preguntas de la mujer. —Estuve distraído esta semana, tal vez, me tomé el tiempo de re decorar mi casa y darle un toque menos... Aburrido, entiendes. —la chica sonríe.

—Claro, Harry, el chico Style necesita un poco de su talento.

—Oh, vamos, Carmen, no es que sea así.

—Has estado distraído, Harry. —murmura la chica posando una mano en el hombro izquierdo del chico. —¿Has pensado de nuevo en él?

—No. —contesta evitando la mirada de la mujer. —Estoy bien, Carmen, el alejarme de eso me está ayudando.

—¡Genial! Un chico va a ir a la fiesta de Arnie ¡quiere conocerte! Está ansioso, deberías ir.

—Si lo que tratas de insinuar es que necesito un novio, lo siento, cariño, pero no quiero uno.

—¡Vamos, Harry! ¡Han pasado diez años!

—Carmen, no estoy listo.

—Él no volverá.

—Lo sé. —murmura, mueve uno de sus rulos tras la oreja. —Debo irme. —dice tomando sus cosas. —Te veo luego.

—Piensa en lo de Arnie. —dice la mujer mirando al chico caminar al estacionamiento, quien la mira de reojo y sigue caminando.

Al llegar, deja sus bolsas en el suelo, termina de cerrar el auto y camina a casa, mirando a un chico parado frente a su puerta.

—Eh... ¿Hola? ¿Se te ofrecía algo? —el chico voltea la mirada, hay unos ojos azules observándole a Harry con ganas, curiosidad, hay una conexión única y linda entre el verde y el azul.

Y oh, una linda sonrisa.

—Eh... No, Soy el nuevo vecino, me acabo de mudar hoy y... Quería conocer a los del vecindario.

—Oh. —murmura el chico, baja una de las bolsas de papel y extiende su mano al contrario. —Soy Harry, Harry Styles, un gusto.

La mirada del chico es de asombro, unos ojos brillosos y Harry bajando la mano con lentitud.