LIBERTAD

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Despertó a las siete. Desayuno ligero, siempre se sentía mejor después de una sesión con Connor, el sabia entenderla y contenerla sin juzgarla. Y además conocía su cuerpo como nadie... se estremeció de nuevo.

Se obligo a dejar de pensar en eso. En el gimnasio su profesor de boxeo le dio una paliza ejemplar para hacerla concentrar. Dejo sus músculos preparados y calientes. No podía sacarse la adrenalina de encima, fue a la cinta aunque no era su manera favorita de correr pero no tenía tiempo de ir hasta Puerto Madero a descargarse.

En la cinta el rubio profesor de Kick boxing no le sacaba los ojos de encima. Estaba acostumbrada. Sabía lo que su cuerpo provocaba en los hombres, sus tatuajes, su piercing en la lengua que era visible cuando estaba nerviosa y jugaba con el... Ella dejo la cinta y paro a tomar agua. El se acerco sin prisa pero enérgico. Ella lo miro cuando se le paro enfrente. Le levanto una ceja en señal de pregunta mientras lo observaba. Cuerpo magnifico. Altura al menos 1.90 unos ojos verdes atrayentes. "hermoso ejemplar...ojala estés a la altura nene" pensó Libertad

El se le quedo mirando y se rio.

_ ¿te causo gracia?_ dijo ella cerrando la botella de agua

_ yo me causo gracias a mi mismo, es la primera vez que una mujer me intimida con una mirada_

Ella sonrió y negó con la cabeza.

_ haces bien en tenerme miedo_ dijo sonriéndole para tranquilizarlo_ ¿cuándo das tus clases?_ le pregunto

_ martes y jueves cada dos horas empezando a las ocho de la mañana _ dijo el sin sacarle los ojos de la boca

_ entonces te veo mañana voy a ser tu nueva alumna, me tengo que ir a bañar para ir al trabajo_ dijo bajándose de la cinta. Le dio un beso en la mejilla sin esperar respuesta y se fue sin mirar atrás sabiendo que él seguía mirándola.

Llego a su casa, le hubiera gustado tener un poco de sexo rápido con el entrenador pero quería tener tiempo para prepararse y asombrar a todos en la oficina en especial a Octavio.

Eligio el vestido rojo con cuello  alter. Las tiras se cruzaban detrás de la espalda y eran su mejor excusa para no usar sostén. El vestido le quedaba pintado al cuerpo, terminaba en una falda avampanada apenas por debajo de la rodilla. Muy elegante. Eligio los zapatos de tacón negro con boca de pez. Se acomodo la esclava en el tobillo y la acaricio. Se la había regalado Connor, era su marca personal, de plata con dije de rosa negra. Se plancho el pelo. Así era muchísimo más largo , hizo con la buclera las ondas como se las enseñaron las chicas y lo recogió en su nuca con la red. Solo una línea de delineador en los parpados, limpia y precisa. Mascara de pestañas y el toque final. Un labial de Lancome, indeleble rojo fuego que corono su boca mullida.

Se miro al espejo. Y se sintió orgullosa, a su madre le encantaría. Miro las mariposas que adornaban sus tobillos, solo quien pudiera verlas de cerca veía que dentro de la hilera de alas que iban desde su tobillo tres mariposas hacia arriba estaban entrelazadas las iniciales de sus padres. Se saco una foto en el espejo de cuerpo entero. Y se las envió a las chicas.

La respuesta fue inmediata

"infartos masivos en tu oficina, hoy vas a matar a mas de 4"

Ella se rio adoraba a sus amigas. El perfume J'adore de Dior fue el toque final.

Llego a la oficina y ya en el ascensor las mandíbulas comenzaron a caer al mirarla. Camino orgullosa ignorando las miradas del personal de seguridad.

Octavio organizaba las carpetas junto con Esteban. Habían tomado la decisión sobre el tercer cargo y sabía que iba a ser un problema para muchos. Pero el necesitaba a alguien con carácter y que no se deje intimidad por nadie.