Capítulo I

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Tome una foto al horario pegado en el cristal de la vitrina, lugar donde supongo que colocaban todos los avisos dados a los estudiantes. Debía guardarlo para que después no fuera más complicado tomar nota del mismo. Me habían ubicado en el aula 14. Y aquí iba, rumbo al que sería mi salón de clases.

Recorrí el largo pasillo, con la mirada en la foto del horario, prestando muy poca atención al camino. Los estudiantes pasaban a mi lado desapercibidos, lo que menos quería era llamar la atención.

-¡Auch!- Había chocado con alguien y mi teléfono voló unos pasos lejos de mi. Me incliné de inmediato para cogerlo.

-Perdona, ando distraída- Aquella voz desesperada, proveniente de una chica me hizo levantar la mirada.

-Descuida, andamos en las mismas - Me preocupaba mi teléfono, pero una pantalla intanta fue lo único que encontré.

-¿Tengo que pagar teléfono nuevo?- Asomo la cabeza sobre el aparato que sostenían mis manos y se alejo de inmediato al asegurarse de que todo estaba en orden haciendo que su melena roja acariciase mis manos.

-No de verdad, todo bien- Le regale una sonrisa buscando su tranquilidad.

-Gracias al cielo- Suspiro aliviada. -Ahora, ¿podrías ayudarme a encontrar el aula 14?- Su sonrisa suplicaba un si de mi parte y sus ojos verdes brillaban de esperanza.

-Veras, también soy de nuevo ingreso, de igual manera estoy buscando el mismo salón, parece que seremos compañeras- Puse un mechón suelto detras de la oreja, mi fleco ya empezaba a crecer y se escapaba de la coleta que sostenia mi larga melena.

-¿En serio? - Se llevó la mano al pecho sorprendida. -Que bien- Sonrió con el ceño fruncido.

Mire alrededor y en las puertas de los costados se veían los números de las aulas en grande.

-Mira si seguimos la secuencia de esos números podremos encontrar el aula- Señale con el índice sobre su hombro y ella se giro para observar.

-Vale- Caminamos juntas hasta encontrar el número 14.

Era un salón amplio de color amarillo con las columnas naranja. Habían 12 mesas y 24 sillas, frente a estas el escritorio del profesor y una silla exclusiva para él. A los costados habían algunos muebles con candados, la pizarra era verde y en el centro tenia escrito en letras grandes de gis "Teoría de la relatividad ". La chica pelirroja y yo nos decidimos por la primera fila. Se dice que atrás se sienta el diablo, no porque sea un lugar maldito o algo así, hago la aclaración ya que muchos que tienen creencias diferentes podrían asustarse o mal interpretarlo. Se dice así porque es una zona donde menos se ven las cosas y las personas tienden a platicar más haciendo que no prestes atención.

-Valla, es muy diferente a mi antiguo instituto - La pelirroja dijo para si misma con suspicacia.

Como la platica no iba conmigo, le ignore.

-¿Te parece si nos acomodamos aquí?- Le indique la primera fila.

-Dónde sea es igual de feo- Hizo una mueca.

-Ya, ay que adaptarse a las circunstancias - Sonreí.

No me refería al aula. A mi me parecía bonita y cálida, yo hablaba más bien de las circunstancias que nos habían puesto en este lugar. Mi situación iba por cuestiones de trabajo por parte de mi padre. Hacía 6 meses que el se habia mudado solo mientras adquiría la casa que le habían prometido en su trabajo. El día que tuvo las llaves en mano, Cogio el teléfono y llamo a mi madre para darle la noticia, y aqui estamos, buscando algo mejor.

Murmullos y risas provenientes de afuera se escucharon. Y una rubia de melena larga se asomo con una sonrisa.

-Descuida, nadie muere de soledad- Contesto a alguien que yo no podía ver. -Hola- Agitó su mano con delicadeza hacia nosotras.

La Teoría Del Amor Where stories live. Discover now