-¿Segura? -me pregunta mirándome a los ojos con inseguridad y desconfianza.

-Segurísima -contesto, devolviéndole la mirada.

-Yo que tú no lo estaría tanto -dice alguien detrás de mí, haciendo que todos los nervios de mi cuerpo se pongan en modo de alerta mientras miro a mi alrededor. ¡Si van a asesinarme, por lo menos que Dios me deje un bate a mano para poder defenderme!

Con el corazón en un puño y los latidos de éste en mi garganta, me doy la vuelta con los ojos cerrados mientras saco el codo para darle con él al que me ha asustado de tal manera, y cuando mi brazo impacta con alguien, y éste cae a la madera del suelo seguido por un gemido de dolor, decido abrir los ojos y descubrir a la víctima.

-¡Manuel! ¿¡Pero tú eres retrasado o fumas pegamento!? ¿¡Qué haces aquí!? -le grito nerviosa, con los ojos abiertos como platos.

-Quería hablar contigo -dice con el entrecejo fruncido mientras se frota las costillas, levantándose del suelo. Si fuese una persona normal, me daría hasta pena. Qué mal para él que no sea así.

-Pues hablas con las farolas -le espeto señalando unas preciosas que hay en la acera de enfrente-. Seguro que a ellas les interesa más que a mí -finalizo posando mis manos en la cadera.

-Si, y seguro que a las farolas y de paso a todo el instituto les interesa el... -empieza alzando las cejas.

-¡Cállate! -grito aún más fuerte que antes, empujándolo en el pecho por la puerta al jardín delantero. Cuando ya estamos al principio del camino de piedra que lleva a mi casa a través del pequeño trozo de prado, le digo.-¿¡Qué te pasa en esa retorcida mente!? -Obviamente, no podía faltar una colleja en su nuca.

-¿Tu hermano no lo sabe?- me pregunta alzando las cejas, así haciendo que sus castaños ojos resalten más en su rostro.

-Obviamente que no -informo con obviedad-. Si no, ya lo sabría todo el instituto.

-¿A parte de ti y de mí quién más lo sabe?

-Mi madre, le tuve que pedir permiso para hacerlo -respondí lógica, cruzándome de brazos.

-¿¡Tu madre lo sabe!? -pregunta, estallando en carcajadas con las manos en su estómago por la risa mientras se encoge.

-¡Eh! ¡Que estaba ahorrando para un móvil nuevo! -exclamo indignada- ¡Necesitaba el dinero! -Y seguidamente, le doy otra colleja al ver que aún continúa riéndose de mi desgracia.

-¡Para de pegarme! -se queja, asemejando su voz a la de un niño pequeño.

-Deja de meterte conmigo, idiota- digo, volviendo a cruzarme de brazos con el peso de mi cuerpo apoyado en una sola pierna.

-Vale, vale -accede, poniendo en blanco los ojos y repitiendo mi postura.

-¿Has venido solo para eso? -le pregunto alzando las cejas. No tenía el menor sentido que se presentase solo para curiosear sobre mis razones de por qué hice el vídeo.

-No, quiero que mañana hagas algo.

-Mañana no puedo -digo pensando en la grabación de mañana.

-¿Por?

-No te interesa, cotillo. No puedo y punto -niego poniendo en blanco los ojos.

-Pues pasado mañana -insiste, acomodándose en su sitio para disminuir la diferencia de altura entre nosotros, y así poder clavarme su mirada castaña más profundamente.

-¿Y el qué, si puede saberse? -pregunto, echando la cabeza hacia atrás para fijar en unos pájaros que cruzan el cielo en grupo, formando una "V" en su vuelo. Que sus ojos me analizaran como si pudiese indagar en mi interior con el simple hecho de mirarme me ponía de los nervios.

-Necesito que seas mi novia durante unos días -pide, dejándome paralizada.

¿¡QUÉ!?

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Capítulo 2, votad y comentad si os ha gustado, no voy a colgar el siguiente capítulo hasta que haya mas votos y comentarios, tampoco espero tener 100 votos y 150 comentarios, pero que haya mas gente que lea la historia de Clara. ¿A qué se refiere Manuel? Lo veréis en la siguiente parte.

Un beso

Actuando para él [APE #1]Where stories live. Discover now