9 de Septiembre de 2015

37 5 2
                                    

No he parado de llorar. En cuanto llegué a mi casa, me encerré en mi habitación, olvidando que mi prima estaba fuera, y comencé a desahogarme.
Y definitivamente, soy masoquista. ¿Que hice? Recordarte. Y recordar esos tantos momentos que pasé contigo. Recordar canciones. Recordar palabras. Recordar instantes.
Abrí mi cajón de los recuerdos y saqué un álbum. Nuestro álbum.

En él, habían fotos nuestras. Miles de fotos. Y las miré una a una mientas las lágrimas corrían por mi rostro. Mi favorita es una que mi madre nos sacó cuando cumplí los 7 años. Estábamos los dos tras una tarta enorme, cara a cara, sonrientes, abrazándonos con un brazo, y con el otro, haciendo una promesa de meñique. Recuerdo que prometíamos un para siempre. Visto lo visto, los para siempre no siempre significan la infinidad.

Dime por qué.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora