Un corazón muerto que fue roto tres veces

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Cupido y Valentín tuvieron una peculiar conexión, pues surgió algo  muy bello bajo las condiciones más extrañas. Pero ella fue transferida por decisión de su padre, quien notó que los talentos de su hija eran requeridos en otra parte.

Val estaba experimentado por primera vez algo que jamás sintió, un corazón roto y por fin entendía el porque todos repudiaban lo que hizo por tanto tiempo, era un sentimiento espantoso. Conocer el amor en carne propia era extraño, sin su presencia todos los días eran iguales y solo quería verla en algún corredor para que volviera el color a sus tristes días de instituto.

—Mami, me siento mal, quizás  muera —dijo al ver a su madre asomarse a la habitación.

—¿Qué te duele mi cielo? —ella se acercó preocupada a ver a su hijo.

—El corazón —definitivamente su muchacho era muy dramático y ella no pudo evitar soltar una risita.

—¿Cómo se llama la razón de tus suspiros?

—Caroline Amore Cupido.

—¿Y ella ya tiene novio? Eso jamás ha sido un impedimento para ti.

—No que yo sepa, ella se mudo y no se a donde.

—Tú tienes una genio ¿No? Dile que te lleve con ella —él no lo pensó antes porque no sabia en donde estaba Cupido, pero quizás Whisp sí.

—Whisp ven por favor —la genio salió de la lampara al oír el llamado de su amo— ¿Puedes llevarme con Cupido si lo deseo?

—Claro que sí, solo pide tu deseo —Valentín sostuvo la lampara entre sus manos y la frotó.

—Deseo ir a donde sea que este Cupido.

Ambos aparecieron en una escuela y justo en unas de las pantallas de los pasillos ahí estaba ella, su ropa y maquillaje era muy distinto, pero él reconocería esos ojos azules donde fuese. Whisp se retiró al ver que sus servicios ya no eran requeridos. Se acercó a unas estudiantes, unas gemelas.

—Disculpen ¿Me pueden decir donde se transmite el programa de Cupido?

—Para llegar a donde se transmite el programa de Cupido ve hasta la segunda planta por aquella escalera y toma el pasillo de la derecha, la segunda puerta.

—Gracias —Valentín se encaminó sin desvíos hacia la dirección indicada por la chica de cabellera muy larga y al abrir la puerta vio a Cupido muy concentrada en su libreta, se asomó a ella estaba escrito el nombre Dexter y rodeado de corazones— ¿Quién demonios es Dexter?

—Es solo un... —ella volteó sorprendida y lo abrazó— Es bueno verte Val, pero ¿Qué haces aquí?

—Mejor dime ¿Quién es Dexter?

—A ti no puedo mentirte con respecto a estas cosas, creo que sería ridículo el siquiera intentarlo. Él es un muchacho que conocí cuando llegue aquí y me gusta mucho —olvidemos lo que Val consideró antes como un corazón roto. Eso fue un corazón herido, un corazón roto fue lo que tuvo al oír a Cupido decir que gustaba de otro—. Lamentablemente el gusta de otra chica.

—Pues es un idiota de pésimo gusto no vale la pena ni de ser nombrado. Tú eres única.

—Ella se llama Raven y es muy, pero realmente muy guapa.

—Dudo que sea más bella que tú.

—No es solo que es bonita, es divertida, interesante, creativa y valiente, por eso el la ama. Raven es genial.

—Pues ella será todo eso, pero tú eres dulce, tierna, divertida, noble, genuina, inteligente, hermosa, cautivante, sensible, desinteresada, gentil, buena amiga. También eres un poco tonta, te acercaste a este caso perdido cuando nadie más quiso hacerlo ¿Quieres que siga? —tal vez, solo tal vez, dejo que sus sentimientos hablaran.

—¿Enserio crees todo eso de mi? —ella escondía el rostro con su cabello para que Valentín no viera sus mejillas sonrojadas, lo que él le dijo fue muy dulce y sonó muy sincero.

—Creo eso y muchísimo más.

—Gracias,  realmente necesitaba un amigo en estos momentos —él sentía como si esa chica tuviera la capacidad de romper su corazón un millón de veces y aun así seguiría adorándola.

Corazones flechadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora