capitulo 1:

2.6K 50 4
                                    

1/2
Capitulo 1 : Enemigos mortales
En la bella ciudad de Verona, aquella mañana,cuatro aceros se cruzaban bajo el sol. El sonido de los mandobles retumbaba en el laberinto de calles, vacías aún a esa hora temprana. Un odio antiguo y seco era la única explicación de aquella pelea. La enemistad entre Montesco y los capuletos, las familias más poderosas de la ciudad, se remontaba a tiempos lejanos. Hasta los criados más  viejos de las dos casas se peleaban cada vez que se encontraba. Y allí estaban, esa mañana, dos criados de los montesco y dos de los capuleto,batiendose por el honor de sus amos.
Las ventanas comenzaron a abrirse y los vecinos salieron a la calle. Estaban hartos ya, muchos de ellos, de aquellas batallas callejeras.
Benvolio, sobrino de Montesco, irrumpió gritando en la pequeña plaza.
-¡Necios! -vocifero, desenvainando la espada -¡Detengase! ¿cual es para ustedes el sentido de este combate?
Benvolio trataba de separar los aceros, cuándo apareció en escena Tibaldo ,sobrino de la señora Capuleto.
-Pero ,¿que es esto?-se dirigió a benvolio -¿Luchas contra unas gacelas? ¡En guardia,benvolio! ¡Llego tu hora!
-sólo trato de poner paz-dijo benvolio -Guarda tu espada o ayudame a separar a estos hombres.
-¡PAZ!-replico Tibaldo - ¿Quien habla de paz con la espada en la mano? Odio esa palabra y odio a los Montesco. ¡En guardia!
El combate era inevitable. Pero los vecinos estrecharon el cerco sobre los espadachines. Tenían palos y picas en las manos.
-¡Duro con ellos! -grito uno.
-¡Mueran los Capuletos y los Montesco! -clamaba el pueblo.
Los viejos patriarcas de las dos familias, alertados por el ruido, venían ya corriendo por las calles.
-¡Mi espada de combate!-gritaba el viejo capuleto.
-Mejor pide tu muleta, ¿para que una espada? -le respondió su esposa.
-¡Que nadie me detenga! -vociferaba el viejo Montesco.
-pero si no puedes dar un paso.... -replica su mujer.
De pronto, se hizo silencio: el principe Escalus y su séquito habían aparecido en la escena, montados en sus caballos.
-Enemigos de la paz-dijo el principe -,resultan patéticos tratando de apagar el fuego de la furia con rios de sangre que brotan de sus propias venas. Viejos Capuleto y Montesco; si siguen provocando peleas en las calles, los pagarán  caro. Y a quien se quede aquí, lo condenaré a pena de muerte.
El príncipe y su séquito hicieron  girar sus cabalgaduras y, con gran ruido de cascos sobre el empredado ,se alejaron.
Todos comenzaron a dispersarse.
El viejo Montesco, su mujer y benvolio tomaron el  centro de la calle con paso demorado.
-¿Dónde está  romeo, mi hijo?-le pregunto a su sobrino la señora Montesco -Es una suerte que no haya participado de la pelea.
-En realidad, señora, no está bien en estos dias -contesto benvolio. -Lo vi temprano paseando por una arboleada al oeste de la ciudad y,cuando noto mi precedencia, corrió  a esconderse.
-Si ,de día traba la puerta y los postigos de su cuarto, y vive envuelto en una noche artificial. A veces lo oigo sollozar.Si supieramos de donde nace su tristeza, podríamos ayudarlo -dijo el bueno Montesco.
Los tres caminaban rumbo al palicio de los Montesco, bajo los arcos y balcones de Verona, que ensombrecian las estrechas y sinuosas calles.
-Ahi viene romeo -anuncio benvolio -.Quizá, si nos dejan a solas, pueda yo averiguar qué  es lo que oscurece su corazón.
Los  Montesco estuvieron de acuerdo y apuraron el paso,para doblar la primera esquína .
-¡Benvolio! -se asombró Romeo al encontrarse cara a cara con su primo -pero,¿esos que van allá no son mis padres?
-sí, tenian apuro y dejaron sus saludos. Están preocupados, primo, por el aislamiento en que te encuentras.
Romeo suspiró.
-¿Enamorado? -pregunto benvolio
-privado...
-¿Del amor?
-Del favor de la que amo.
-¿Y quién es, si se puede saber?
-pidele a un enfermo que haga testamento: seria un ruego tan inoportuno como preguntarle a mi ese nombre.
-Debe ser bella....
-Muy bella. Pero ha jurado no amar  nunca
-Quebrara su juramento una flecha tuya ,bien dirigida.
-Las flechas del amor nunca podrían alcanzarla. Ese es mi dolor.
-¿Te puedo dar un consejo?  Dales libertad a tus ojos para mirar a otras bellezas.
-seria como leer un poema.cualquier belleza no haría más que recordarmela.
Mientras, en la casa de los capuleto ,el conde parís, un pariente del príncipe, le aconsejaba al viejo jefe de la familia que hiciera ,de una  vez por todas, las paces con los Montesco.
-Creo que a Montesco, igual que yo, está atado a un antiguo rencor. Pero a esta altura de nuestros años ya podríamos vivir en armonía -respondió capuleto.
-señor -lo interrumpió entonces parís -,me debe aún la respuesta a una proposición que le he hecho.
-sólo repetir e lo que ya dije: mi hija julieta tiene apenas catorce años. Seria bueno esperar aunque sea dos años para casarla.
-sin embargo, otras, aún más jóvenes que ella, ya son madres.y felices.
-Tambien pierden,prococes, su frescura. Pero, sea;si tu deseo es noble, te permito que la cortejes y ganes su corazón. Tienes una oportunidad esta noche, en la fiesta que doy.

Romeo y Julieta-William shakespeare |#wattys2015Donde viven las historias. Descúbrelo ahora