Mi hermano es un idiota.

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Quede paralizada y no podía ni respirar. Era increíble de la forma mala.

-Ah...hola.- Le dije y me fui a mi habitación sin mirar a nadie y hacer como si no me importara.

Cuando cerré la puerta, mi corazón estaba a mil.

NO LO PUEDO CREER! QUE HACE EL AQUÍ?! Felipe es... MI HERMANO!

Me pegaba bofetadas muchas veces para reaccionar a la supuesta pesadilla que pensaba. Pero no, era la realidad.

Mi mirada quedo sorprendida por un largo tiempo hasta que me tocaron la puerta de mi cuarto.

-Pase...- Dije con voz baja.

-Ya no debemos encontrarnos, asi que iré al punto,es el momento de la apuesta. - Entro Felipe y empezó a ver y tocar mis cosas.

- ¿Perdón? 1- Deja de tocar mis cosas 2- Puedo deberte otra cosa que no sea mi cuerpo! 3- SOMOS HERMANOS!- Le dije furiosa.

-Pero yo te salve, y no tienes 1 millón de dolares asi que yo puedo pedir lo que desee. Ven ya.- Dijo insistentemente.

-No!- Dije con valentía.

-Vaya...que feo. Voy a tener que obligarte...- Dijo y de repente, sostuvo mis brazos, me empuja contra la pared y me roba el beso.

Lo empuje y seque mis labios con mi muñeca.

Estaba muy mal, mi primer beso con alguien que no quiero y que me obligo.

-Sal de mi habitación! Ya! Rápido!- Mis ojos se llenaban de lagrimas poco a poco.

Se fue sin decir una palabra y cerro la puerta fuertemente.

Lloré, no sabia que hacer ni que pensar, estaba destruida. Mi beso, mis labios que eran para la persona de la que me enamoraría...

Trataba de pensar muchas cosas para olvidarme pero no lo lograba, asi que trate de hacer una deducción reflexionando del momento.

-Bueno...no es considerado un beso si las 2 personas no se aman...solo lo olvidarle y seguiré con mi vida. No me puedo detener por esto.- Me convencí de eso, saqué una sonrisa y me fui a dormir.

-Olivia...Olivia...- Una voz dulce me hablaba, y me susurraba algo.-Olivia...Lo siento...- Dijo la voz.

Sonó tan profundo y relajante que no puede despertarme.

...

Abrí mis ojos y era hora para levantarme. Me vestí e hice lo de siempre.

Estaba en el baño a punto de cepillarme los dientes, cuando abrieron la puerta.

Era Felipe sin camiseta.

-Ponte una remera.- Dije sonrojada.

- No. Después.- Dijo y agarro su cepillo.

Mire al espejo para verlo y me di cuenta de que era muy alto. Tan alto que mi cabeza llegaba en sus hombros.

-Que miras?- Pregunto confundido y me sorprendí.

Que vergüenza! Encima estoy toda hecho un tomate!

-N-nada.- Terminé de lavarme el rostro y los dientes y bajé a desayunar.

-Hola mamá, hola Roberto!- Los saludé lo mas alegré posible.

-Dime papá si quieres Olivia...- Dijo Roberto. Me puse muy mal y con ganas de llorar cuando lo dijo.

No, lo siento. No voy hacer eso, nadie puede ser llamado papá si no es mi padre de sangre. Nadie puede reemplazar a papá.

Solo cambie de tema y trate de evitarlo.

Mi hermano y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora