- Que niña tan quejumbrosa. ¿Qué ocurre con él? – preguntó señalando a Simón con la cabeza.
- Te ruego que no lo despiertes. Es mi primer momento de paz en toda la mañana.
Micaél se levantó y camino hacia el escritorio que ella compartía con Simón. Pensó que solo quería evaluar su trabajo, pero se detuvo justo en frente y comenzó a observarla. Erika siguió escribiendo como si nada pasara, después de todo no estaba pasando nada, ¿no es así?
- ¿Qué ocurre? – se atrevió a preguntar después de un rato.
- Tu mano. – contesto Micaél sin apartar la mirada – La manera en la que haces los trazos es tan... delicada.
De pronto el chico avanzó y tomó la mano de Erika, haciéndola que soltara el lápiz. Comenzó a trazar círculos por sus nudillos con su pulgar, provocándole un escalofrió por toda la espalda. Era la primera vez que un chico le hacía eso.
- Tienes la piel muy suave.
- Gracias. – dijo mientras retiraba su mano de las de Micaél.
Ambos se quedaron en silencio, mirándose a los ojos. El chico comenzó a recorrer todo el cuerpo de Erika con los ojos, haciendo que ella se incomodara.
- ¿Por qué te encanta torturarme? – le reprochó.
- ¿Eh?
- ¿Tienes idea de todos los pensamientos que pasan por mi mente al verte vestida así?
Erika hecho un vistazo rápido a su suéter negro y su falda a cuadros que le llegaba al medio muslo. La primera vez que vio la falda, le reclamó a Simón lo corta que era, a lo que el chico le había contestado: "Acordamos que la usarías en ocasiones, pero nunca acordamos el largo de la falda."
- Solo la estoy usando porque Simón no dejaba de insistir. Pero ahora que veo todos los problemas que acarrea, no pienso volver a ponérmela.
- ¿La estas usando... para Simón? – No pudo evitar que sus palabras sonaran un poco dolidas.
- No exactamente para él. – al ver que Micaél seguía comiéndosela con la mirada, se desesperó. - ¿Sabes qué? Iré a quitármela de una buena vez.
Con mucho cuidado, deslizo su brazo que seguía debajo de la cabeza de Simón y lo sustituyo por una pequeña pila de cuadernos, para su buena suerte, el chico no se despertó. Se levantó de la mesa y se dispuso a salir de la habitación. Antes de que lo hiciera, Micaél la detuvo por el brazo.
- ¿En serio vas a quitártela? No era mi intención incomodarte tanto. – se disculpó con la mirada.
- Tal vez no lo fue, pero aun así quiero quitármela.
- Está bien. – dijo soltándole el brazo – Pero no te demores mucho, aun te falta tu resumen de la Segunda Guerra Mundial y el de la Guerra Fría.
Erika dejó la habitación y se encamino por el pasillo. Seguramente Simón se molestaría si se negaba a volver a usar la falda, pero ya no le importaba.
Entró a la habitación donde dormían para buscar su baúl. Kaiser estaba tirado en el suelo sobre los cojines arrojando una pelotita a la pared una y otra vez. Erika pasó por un lado sin darle mucha importancia, pero su pie se enredó en una cobija tirada en el suelo, haciéndola caer sobre el chico. Kaiser alcanzó a detenerla antes de que sus frentes chocaran.
- Si quieres hacer eso, creo que deberíamos buscar un lugar más privado. – susurró el chico cómplice mente con una enorme sonrisa.
- ¿Qué? ¡No! Estás loco. – grito mientras se quitaba de encima de Kaiser.
YOU ARE READING
12 CHICOS LOBOS ©
WerewolfErika acaba de terminar con su novio, es de noche, hace frío y esta sola. Como si eso no fuera suficiente, la están siguiendo. No quiere voltear porque tiene miedo, pero sabe que son mas de 1. Erika despierta en un bosque, tiene frío y esta asustada...
12 CHICOS LOBOS - Capitulo 26
Start from the beginning