12 CHICOS LOBOS - Capitulo 26

Start from the beginning
                                    

- Que niña tan quejumbrosa. ¿Qué ocurre con él? – preguntó señalando a Simón con la cabeza.

- Te ruego que no lo despiertes. Es mi primer momento de paz en toda la mañana.

Micaél se levantó y camino hacia el escritorio que ella compartía con Simón. Pensó que solo quería evaluar su trabajo, pero se detuvo justo en frente y comenzó a observarla. Erika siguió escribiendo como si nada pasara, después de todo no estaba pasando nada, ¿no es así?

- ¿Qué ocurre? – se atrevió a preguntar después de un rato.

- Tu mano. – contesto Micaél sin apartar la mirada – La manera en la que haces los trazos es tan... delicada.

De pronto el chico avanzó y tomó la mano de Erika, haciéndola que soltara el lápiz. Comenzó a trazar círculos por sus nudillos con su pulgar, provocándole un escalofrió por toda la espalda. Era la primera vez que un chico le hacía eso.

- Tienes la piel muy suave.

- Gracias. – dijo mientras retiraba su mano de las de Micaél.

Ambos se quedaron en silencio, mirándose a los ojos. El chico comenzó a recorrer todo el cuerpo de Erika con los ojos, haciendo que ella se incomodara.

- ¿Por qué te encanta torturarme? – le reprochó.

- ¿Eh?

- ¿Tienes idea de todos los pensamientos que pasan por mi mente al verte vestida así?

Erika hecho un vistazo rápido a su suéter negro y su falda a cuadros que le llegaba al medio muslo. La primera vez que vio la falda, le reclamó a Simón lo corta que era, a lo que el chico le había contestado: "Acordamos que la usarías en ocasiones, pero nunca acordamos el largo de la falda."

- Solo la estoy usando porque Simón no dejaba de insistir. Pero ahora que veo todos los problemas que acarrea, no pienso volver a ponérmela.

- ¿La estas usando... para Simón? – No pudo evitar que sus palabras sonaran un poco dolidas.

- No exactamente para él. – al ver que Micaél seguía comiéndosela con la mirada, se desesperó. - ¿Sabes qué? Iré a quitármela de una buena vez.

Con mucho cuidado, deslizo su brazo que seguía debajo de la cabeza de Simón y lo sustituyo por una pequeña pila de cuadernos, para su buena suerte, el chico no se despertó. Se levantó de la mesa y se dispuso a salir de la habitación. Antes de que lo hiciera, Micaél la detuvo por el brazo.

- ¿En serio vas a quitártela? No era mi intención incomodarte tanto. – se disculpó con la mirada.

- Tal vez no lo fue, pero aun así quiero quitármela.

- Está bien. – dijo soltándole el brazo – Pero no te demores mucho, aun te falta tu resumen de la Segunda Guerra Mundial y el de la Guerra Fría.

Erika dejó la habitación y se encamino por el pasillo. Seguramente Simón se molestaría si se negaba a volver a usar la falda, pero ya no le importaba.

Entró a la habitación donde dormían para buscar su baúl. Kaiser estaba tirado en el suelo sobre los cojines arrojando una pelotita a la pared una y otra vez. Erika pasó por un lado sin darle mucha importancia, pero su pie se enredó en una cobija tirada en el suelo, haciéndola caer sobre el chico. Kaiser alcanzó a detenerla antes de que sus frentes chocaran.

- Si quieres hacer eso, creo que deberíamos buscar un lugar más privado. – susurró el chico cómplice mente con una enorme sonrisa.

- ¿Qué? ¡No! Estás loco. – grito mientras se quitaba de encima de Kaiser.

12 CHICOS LOBOS ©Where stories live. Discover now