2. Te veo en diez.

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Alex.

Esto es un pedazo de mierda. Kelsey no me recordaba. Si no hubiese ido a esa fiesta no hubiese perdido a mi Kelsey, puede que no haya muerto y estoy completamente agradecido por ello pero no quería que algo así sucediera, aunque jamás algo va a salir bien entre nosotros dos. Siempre había algo que no nos permitía ser felices y eso era una completa basura.

No podía seguir en la habitación,mis sentimientos estaban a flor de piel expuestos, mi pecho estaba apretado y me costaba respirar ¿Cuanto control podía tener Kelsey sobre mi?

Salí del hospital, el día reflejaba exactamente como me sentía, nubes negras cubrían el cielo, sin poder tener algún rastro del sol. Me subí a mi moto y conduje sin parar. El viento golpeaba en mi cara y entre todo esto se podía decir que era algo agradable. Quizás pasé algunos semáforos rojos, no me di cuenta, estaba tan concentrado en conducir y recordarla que cualquier cosa que hiciera ella iba a estar presente en cada uno de mis pensamientos.

Sé que a veces puedo comportarme como un idiota, que miento constantemente para llevarme a las mujeres a la cama y olvidarme del día. Pero con Kelsey era diferente, me revolvía el estómago y me daban ganas de besarle y estrecharla entre mis brazos sin poder soltarla jamás.

¿Porque tuvo que pasar esto?¿Porque a ella? Mi Kelsey no merecía nada de eso, yo fui el estúpido, insensible y todas esas mierdas que se me pueden ocurrir en el momento. Si pudiera cambiar y estar yo en su lugar, sin dudarlo lo haría una y mil veces.

No quise causarle más problemas de los que ya tenía y por mi culpa ahora estaba en el hospital, sin recordarme y sin recordar el instituto, ni sus becas, ni mucho menos a mi.

Me bajé de la moto en cuanto llegué a nuestro lugar especial, tenía que pensar en algo, si esto iba a ser permanente, necesitaba idear algo, necesitaba hacerle recordar.

Dicen algunas personas que no cambiarían los errores que hicieron a lo largo de su vida porque los hacen más fuertes, pero yo, en este momento, quería volver en el tiempo y cambiarlo. Quizás unos minutos antes del impacto.

Me odio.

No me había percatado del tiempo,no me di cuenta cuanto pasó y de todos modos no quería hacerle frente a esto. Es jodidamente suficiente enfrentarme a la que alguna vez formó parte de mi vida. Suficiente fue que Kelsey no me reconociera en el momento en el que abrió sus ojos, sus hermosos ojos. Y aunque de todas formas, siempre me arrebataban lo que más quería en el mundo.

Puede que en mi todo sea desordenado. El cabello. La cama. Las palabras. El corazón. La vida.Pero Kelsey supo lidiar con cada uno de ellos.

Jamás había querido tanto a una mujer como la quiero a ella, es especial, jamás logré sentir algo parecido a una relación con alguien, jamas había deseado tanto a alguien como deseo a Kelsey, jamás logré que alguien me quisiera dela forma que lo hace ella, solo ella.

Ahora jamás la tendría, algo había pasado con su jodida cabeza, porque justo olvidó el momento en que nos conocimos, en el que me sinceré, los besos que nos dábamos, las caricias que nos hacíamos.

Ese jodido conductor pagaría, era una promesa.

Mi celular comenzó a vibrar incómodamente sobre mi bolsillo trasero de mis vaqueros, lo tomé y suspiré botando toda esta mierda en mi cabeza.

—¿Diga?

—¿Alex? —Preguntó una voz muy grave para ser una mujer.

—¿Quien habla?

—Soy David, tengo algo importante que decirte. —Hizo una pausa, una muy larga para mi gusto. —Pero no dentro del hospital, dime cuando puedas, yo veré mi agenda y aplazaré algunas citas y eso.

—Ahora mismo.—Dije sin más.

—¿Estas seguro?

—Completamente. —Le aseguro.

—Esta bien, te veré dentro de diez minutos en la cafetería de la vuelta, no puedo ir muy lejos, la situación es complicada aquí en el hospital.

Sonreí sin gracia. —¿Tu madre no te deja?

Sentí su risa a través del teléfono. —Muy gracioso Alex.

—Te veo en diez.

Y corte, de seguro lo que tenía que decirme debía ser muy importante, lo tenía que ser, de lo contrario como consiguió mi numero y logró llamarme para hablar de algo "importante", de seguro no perdería su valioso tiempo en salvar vidas a hablar con alguien como yo.

Me subí a mi moto, la encendí y el motor surgió a la vida, me coloqué el casco.

Bendito casco que alguna vez Kelsey lo usó, mientras visitábamos a su padre.

Sin lugar a dudas Kelsey era el amor de mi vida. El problema es que nos encontramos tarde, o quizás demasiado temprano.

No me olvides (#2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora