Prólogo

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Clary POV

- Lo siento... Pero creo que lo mejor para mi familia , en especial para Jace, es no volver a verte si todo esto sale bien.- Dijo Isabelle. 

Entonces pensé en mi familia. Mi madre estaba en coma y, aunque le había dado a Magnus el libro de lo Blanco, todavía no tenía noticias de ella; Luke había sacrificado muchas cosas incluido su amor por tenerme en la ignorancia todos estos años, Simon se había convertido en vampiro y todo por culpa de esa maldita fiesta. Sin contar a Max, a Isabelle, a Alec... y Jace. Nuestro amor es imposible, somos hermanos. No puedo ayudar en la guerra contra mi padre y su espía Sebastian (Clary todavía no sabe que es su hermano). Soy una débil mundana, pero encontraré la forma de convertirme en una gran cazadora de sombras y de recompensar a mis seres queridos o por lo menos de dejar de causarles problemas. 

- Tienes razón, solo traigo dolor a la gente que quiero.

Me di la vuelta, con la intención de echar a correr. En ese momento sentí la mirada de Simon desde la puerta. Le sorteé con facilidad y eché a correr sin prestar atención a los incesantes gritos de Simon. Era lo mejor, debía irme, sin mirar atrás. Las lágrimas corrían por mis mejillas, pero no me detuve a pensar, si lo iba a hacer, mejor que fuese rápido; así dolería menos. Solo había alguien quien podía ayudarme a convertirme en una auténtica cazadora de sombras. Me dirigí al Gard y pedí una audiencia con la Cónsul Jia Penhallow. Entré a su despacho, ella estaba sentada en su gran sillón, me miró y dijo:

- Hola Clary, ¿qué puedo hacer por ti? Estoy un poco ocupada así que, si no te importa...

- Me importa. Tengo una proposición que hacerle. Puedo hacer que ganen la guerra.

- Interesante- Jia me miraba con bastante curiosidad.

- He creado una runa- Proseguí- Sirve para unir o más bien para compartir los poderes. Se llama Unión y se las tienen que poner dos personas: un nefilim y un subterráneo. Yo puedo ofrecer una alianza completa y una victoria total contra mi padre.

-Pero... ¿Qué quieres a cambio?

Sonreí sin poder evitarlo, aunque era una sonrisa llena de amargura- Un futuro Cónsul... Un nuevo futuro.

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(En ese mismo momento...)

POV de Jace

Había seguido a Valentine y a su espía Sebastian hasta una cueva cerca del mar. Tan pronto como pude, llamé a Alec para que viniese con refuerzos. A lo lejos, en la playa, había un círculo de runas en cuyo centro se encontraba la copa y la espada mortal. Pero eso no es lo que más me inquietó.... Sebastian había sustituido su cabello negro por un cabello rubio plateado, seguramente se había tintado, pero le hablaba a Valentine con bastante confianza. Mientras estaban distraídos hablando, me apresuré a acercarme a los instrumentos mortales. Pero alguien me cogió por la espalda y al darme la vuelta reconocí los ojos negros de Sebastian. Me tiró hacia atrás como si fuera un trapo y , antes de que pudiera evitarlo, me ató de pies y manos.

-Oh... Mira padre quién ha venido. Pero si es el angelito- Dijo Sebastian con una sonrisa que daba escalofríos

-¿Padre?- No podía ser... Al final lo comprendí. Sebastian era un calco exacto de Valentine. Todo encajaba.Me armé de valor, miré a Valentine y dije- Nos has engañado, yo no soy Jonathan Christopher Morgensten, ¿verdad?, no soy tu hijo y no tengo sangre de demonio- Valentine asintió- ¿Por qué?

-Hijo...

- No soy tu hijo - Repliqué con voz dura- ¿Quién soy?

- Antes de que nacierais Jonathan, Clary y tú, tenía un plan o por lo menos quería probar algo nuevo. Mientras Jocelyn estaba embarazada de Jonathan, le fui suministrando pequeñas cantidades de sangre de demonio y así crear una nueva raza de cazadores de sombras más fuertes que nunca- había cierto brillo de orgullo en su mirada- Pero el experimento salió mal. -Concluyó con un tono de voz que era una mezcla de cansancio y derrota. Sebastian hizo una mueca pero no dijo nada.- Luego supe que tu madre , la mujer de mi primer oficial, estaba embarazada y pensé en intentar el mismo experimento pero aplicando sangre de ángel en vez de demonio. Luego todo se complico... El levantamiento, Jocelyn, la muerte de tu padre, el suicidio de tu madre... Sin embargo, pude sacarte de su vientre antes de que fuera demasiado tarde y te crié de la misma forma que a Jonathan pero en lugares distintos. Y te hice creer que era Michael Wayland. Lo que fue muy conveniente, porque así luego te pude dejar en manos de los Ligthwood.

Una nueva ClaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora