78-. Sonidos Molestos

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Adolorida. Adolorida y cansada era como me sentía después del insufrible interrogatorio al cual fui sometida por el doctor O'donnell —quien con su acento no hacía otra cosa más que recordarme a Niall—; sin embargo, la verdadera tortura empezó cuando mi cuerpo entero fue expuesto a todos los exámenes habidos y por haber.

Los piquetes de aguja habían sido tantos que mis brazos y otras partes de mi humanidad se asemejaban a un colador, Louis me lo había hecho saber desde el primer instante y desde entonce no se había detenido, ni siquiera ahora que me hallaba tendida sobre mi cama debido al estado de debilidad casi mortal que había provocado la gran cantidad de sangre que me había sido extraída con el fin de examinarla.

Aún no entendí como mamá accedió a que Louis "cuidara" de mí mientras ella iba a hacer ciertos encargos a Covent Garden. Mi querido amigo estaba haciendo todo excepto lo que le fue encomendado y si era sincera conmigo misma, creo estaría mejor sola, Louis sólo estaba empeorando mi estado.

—Detente, por favor —imploré. Louis estaba caminando de un lado a otro de la habitación y comenzaba a marearme.

—¡No me agrada! —con el ceño fruncido tomó asiento junto a mí en la cama.

Suspiré. Era imposible que siguiera pensando en eso. ¡Era una tontería!

—Juro que voy a golpearte si continuas hablando de lo que paso en consulta —y yo no solía jurar en vano.

—Es que... ¡aghh! —soltó exasperado—. ¿Escuchaste como la llamó? Él no tenía ni tiene el derecho de llamarla de esa forma.

—Sólo le dijo "Jay".

—¡Exacto! —exclamó como si aquello hubiese sido un insulto hacia su madre—. Ese doctor O'donnell es un confianzudo, él únicamente debe referirse a mi madre como enfermera Johannah Poulston y ya —sentenció cruzandose de brazos.

—Sabes que ella detesta que le digan "Johannah", además, todo el mundo, incluyendo al personal del hospital siempre le han dicho "Jay".

—Pues sí, pero no todo el mundo la mira como lo hace ese doctor.

Contuve una carcajada. ¡Dios! Louis estaba perdiendo todo sus argumentos.

—¿Y cómo es que la miraba según tú? —cuestioné con genuino intéres. Louis estaba celoso y eso era algo realmente tierno.

—Como si... como si quisiera desvestirla ahí, frente a nosotros —masculló con algo de incomodidad.

—No había nada extraño en la forma en la que el doctor O' donnell observaba a Jay —seguí hablando al notar que Louis abría la boca dispuesto a argumentar en contra—, pero suponiendo que si, dime ¿qué habría de malo en que el hombre esté interesado en tu madre?

—¿Cómo que qué? —su ceño se frunció de nuevo—. ¿Tú que opinrias si tu madre comienza a salir con otro hombre que no es tu padre?

—Las cosas son muy diferentes, Louis. Mi madre acaba de perder al hombre al que más amó, sin duda es muy pronto para ello, en cambio, Jay lleva casi veinte años preocurando sólo tu bienestar y felicidad antes que la suya misma. Durante todo ese tiempo ha dejado la piel intentando que a ti no te haga falta absolutamente nada ni siquiera un padre, pues ella se ha encargado de ejercer ambos roles sin quejarse. Si a mí me lo preguntas, creo que es justo que ella rehaga su vida con alguien ahora que tú planeas hacer lo mismo, después de todo, Jay aún es una mujer joven y bastante atractiva.

El silencio se hizo presente mientras aguardaba a que Louis dijera algo. No pretendere que espero que Louis haga caso a mis palabras, nunca lo ha hecho y no creo que comience ahora, pero si algo de lo que dije logró introducirse en su dura cabeza, sólo era cuestión de tiempo para que él lo meditara todo y llegara a la mejor conclusión. Louis era un hombre bueno, justo y bondadoso, Jay lo había criado con esos valores y sólo era cuestión de esperar a que él procesara todo y entonces elegiría lo que resultaba correcto.

My Favorite NeighborDonde viven las historias. Descúbrelo ahora