───· • • ✤ • • ·───☾ ☽──

11 2 1
                                        

───· • • ✤ • • ·───☾
𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟒: 𝐓𝐚𝐫𝐝𝐞𝐬 𝐞𝐧
𝐥𝐚 𝐌𝐚𝐧𝐬ión
☽───· • • ✤ • • ·───☾

La tarde cae lentamente sobre la mansión Addams, tiñendo las paredes de un azul profundo que se mezcla con sombras alargadas.
El viento mueve cortinas negras, dejando que la luz se filtre como un susurro.
En el salón principal, Merlína Addams está sentada con su violonchelo, los dedos recorriendo las cuerdas con delicadeza y fuerza al mismo tiempo.
Cada nota parece encender un pequeño destello de magia oscura en el aire, y el eco resuena entre las paredes góticas como si la propia casa respirara con ella.

Merlína: —Karen… acércate un momento.

Karen Addams, su hermana menor, camina lentamente, obediente.
Sabe que los cambios de humor de Merlína se acentúan con el embarazo, y que lo mejor es seguir sus instrucciones.
Su mirada mezcla respeto y ternura, mientras observa cómo cada movimiento de Merlína es elegante, pero cargado de intensidad.

Merlína: —Quiero un cuadrople con hielo. Que esté exactamente como  a mí me gusta

Karen: —Sí, claro, Merlína. Ahora mismo.

Karen se dirige hacia la pequeña barra donde prepara las bebidas.
Mide con cuidado los ingredientes, los vierte en el vaso… y, sin darse cuenta, olvida añadir el hielo.
Entrega el cuadrople a su hermana con una sonrisa que intenta ser inocente.

Merlína (mirando el vaso): —Karen… ¿dónde está el hielo?

Karen (tímida): —Ah… lo olvidé… lo siento, Merlína.

Merlína (levantando una ceja, con un tono que mezcla diversión y amenaza): —¿Olvidarlo? Karen, sabes perfectamente que un cuadrople sin hielo no es digno de llamarse así.

Karen (suspirando, resignada): —Está bien, lo rehago.

Merlína (con voz más suave, casi susurrante): —Gracias… aunque ya sabes que no me gusta esperar.

La discusión se disuelve entre risas tensas y un silencio lleno de complicidad.
Karen regresa a la barra, agrega el hielo, mezcla de nuevo y entrega el vaso, esta vez perfecto.
Merlína lo toma con un gesto de satisfacción que apenas roza la ironía.

Mientras tanto, en la habitación de Daniela, la hija de Karen y Gabriela, se escucha un tono de notificación.
Mía Galpin Ramírez, desde su casa, marca el número de Daniela con entusiasmo.

Mía (por teléfono): —¡Hola, Daniela! ¿Qué tal?
Hoy nos encantaría que toda tu familia pasara la tarde con nosotros.

Daniela (sonriendo, mientras sostiene el teléfono): —¡Sí! Voy a preguntar a  mis madres

Poco después, Sofía Addams Sinclair y Daniela se acercan a las salas donde Merlína, Enid, Karen y Gabriela conversan.
Las dos adolescentes, con la energía propia de su edad, miran a sus madres con una mezcla de emoción y complicidad.

Sofía: —Madres, tías… nos acaba de llamar Mía. La familia Galpin Ramírez nos invita a pasar la tarde con ellos.

Daniela: —Sí, y dicen que podemos llevarnos algo de la mansión si queremos… aunque no sé qué llevar.

Enid  (tomando la mano de Merlína): —Bueno… parece que nuestros pequeños están ansiosos por socializar.

Merlína (tomando un sorbo de su cuadrople con hielo): —Perfecto. Una tarde… con reglas y caos controlado, al estilo Addams.

Karen: —Entonces… ¿vamos a aceptar la invitación?

Gabriela (mirando a Daniela con sonrisa): —Creo que sí… siempre es bueno que compartan con otras familias. Aunque nunca habrá nadie como nosotros.

Las adolescentes sonríen, emocionadas por la idea de salir, y las madres intercambian miradas cómplices.
El ambiente dentro de la mansión sigue siendo elegante, oscuro y familiar: los cuadros parecen observarlos, las cortinas se mueven con gracia y los candelabros lanzan sombras que bailan al ritmo de las notas del violonchelo de Merlína.

Merlína (mirando a Karen con un toque de diversión): —Veo que a pesar de los años, todavía olvidas detalles… pero aún así, te sigo queriendo.

Karen (sonriendo suavemente): —Lo sé… y aún así, me divierto obedeciéndote.

Enid (apoyando su cabeza en el hombro de Merlína): —Qué armonía más peculiar… solo los Addams pueden tenerla.

El sol desciende lentamente detrás de la mansión, y la tarde se llena de un aire de misterio y anticipación.
Las adolescentes, las madres, y la música de Merlína crean una escena que parece sacada de un cuadro:
oscura, elegante, llena de emoción y de esa peculiaridad que define a los Addams.

Mientras la tarde continúa, el sonido de la risa y la música se mezcla con los rumores del viento, recordando a todos que, aunque los días sean normales, nunca lo serán del todo en la mansión Addams.

☽───· • • continuara • • ·───☾

Nunca Más: La Nueva EraWhere stories live. Discover now