~𝕃𝕒 𝕡𝕝𝕒𝕘𝕒~

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El ventilador de mi cuarto soltaba una corriente suave mientras me ponía el suéter del uniforme

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El ventilador de mi cuarto soltaba una corriente suave mientras me ponía el suéter del uniforme. Afuera, la luz apenas comenzaba a filtrarse, ese gris amarillento típico de las mañanas de Arcadia. Me até las agujetas, acomodé la mochila a mis hombros y tomé mi celular para ver la hora...justo cuando vibró con un mensaje nuevo

Eli...

"Greñitas... no voy a ir, amanecí con temperatura."

Me quedé mirando la pantalla unos segundos. Genial, perfecto. El día ideal para que Eli, mi único compañero de cordura y teorías, decidiera enfermarse.

—Pues qué bien...—bufé, arrugando la nariz.

Ahora tendría un día eterno, sola... y para rematar, la exposición ya había pasado, así que ni siquiera tenía estrés académico que me mantuviera viva por dentro.

Suspiré, guardé el celular y salí de mi cuarto. Bajé las escaleras y encontré a papá en la cocina preparando su café apestoso a quemado. Levantó la mirada al escuchar mis pasos.

Antonio:—¿Lista? —preguntó.

—Sí.—respondí, metiendo la mano a mi mochila para asegurarme de que no olvidaba nada.

Papá observó por la ventana hacia el porche...
Antonio:—¿Eli no está afuera?—

—Está enfermo. Se quedó en casa —dije, poniendo los ojos en blanco con un cansancio exagerado.

Papá sonrió como si fuera una tragedia cómica.
Antonio:—Ah, bueno...pues cuídate. Y si te aburres, siempre puedes hacer nuevos amigos—

—Jaja, muy chistoso. Nos vemos en la tarde —me despedí.

Salí por la puerta aún sintiendo su mirada paternal de "sé amable y socializa" perforándome la nuca.

El aire de la mañana estaba fresco cuando subí a mi bicicleta. Mientras pedaleaba, la mente se me fue directo a la nota. La había dejado en el cajón de mi mesa de noche, pero su presencia rondaba en mi cabeza como un eco travieso.

¿Quién la había puesto ahí?
¿Quién sabía dónde guardo mis cuadernos?
¿Y por qué me la dejó?

Me mordí la mejilla, inquieta.

Además, sin Eli, mis pensamientos tenían más espacio para hacerse intrusivos.

—Será un día eterno... —murmuré.

Pedaleé más rápido, deseando que al menos el día no fuera demasiado extraño... aunque Arcadia siempre encontraba maneras de contradecirme.

 aunque Arcadia siempre encontraba maneras de contradecirme

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Ó𝕣𝕓𝕚𝕥𝕒 ℂ𝕠𝕞𝕡𝕒𝕣𝕥𝕚𝕕𝕒-ᴋʀᴇʟ ᴛᴀʀʀᴏɴWhere stories live. Discover now