One-shot 4: Baloncesto Traicionado

2.4K 137 6
                                    

Kuroko Tetsuya

La habitación estaba completamente a oscuras y lo único que se escuchaba era mi llanto. No podía creer aún lo que había visto... Kagami, mi novio besándose en aquella cancha de baloncesto con su amigo de la infancia. Yo que siempre le había apoyado, que siempre estuve aquí para él y me hacía esto. No había querido interrumpirle y aunque me quedé unos segundos allí inmóvil viendo como esos dos se besaban con pasión en la vieja cancha del río no podía evitar que me destrozase el corazón. Las lágrimas brotaron de mis inexpresivos ojos.

Desde que aquel chico había vuelto de América, Kagami sólo había tenido ojos y tiempo para él, se había olvidado de mí por completo y poco a poco... dejé de ser solamente el séptimo jugador fantasma para convertirme en el novio fantasma. Ya nada podía salirme peor que esto, pero en vez de enfadarme con él y montarle un numerito de celos, decidí dar media vuelta y marcharme a casa. Yo nunca fui de esas personas expresivas, me guardaba el dolor y el sufrimiento, me lo guardaba todo hasta que explotaba pero claro... no exploté todo esto hasta que llegué a la soledad de mi cuarto, nadie me vería llorar jamás.

Mi madre me llamó desde abajo para que bajase a cenar, pero yo no quise ir, no tenía hambre y mucho menos... ganas de dar explicaciones de lo que había ocurrido. No soportaba esa idea de tener que abrir mis sentimientos o mi mente sobre lo que pensaba a desconocidos. Ese día me fui a dormir temprano y aunque el móvil sonó un par de veces, al ver el nombre de Kagami no quise cogerlo.

Al despertarme al día siguiente me vestí para ir a clase, supuse que Kagami me esperaría a la entrada como siempre así que una vez estaba a punto de llegar al instituto, preferí entrar por la puerta de atrás y encerrarme en el gimnasio. Dejé las cosas en el banquillo y cogí una pelota de baloncesto pasándola de una mano a la otra botándola. Me apetecía jugar, me desahogaba jugar al baloncesto aunque cuando lanzaba a canasta nunca acertaba, lo mío siempre habían sido los pases y me daba cuenta de lo inútil que era frente a Himuro. ¿Cómo podía competir contra él por mi novio? Himuro era guapo, inteligente, jugaba genial al baloncesto, hacía buenos pases y encestaba... yo sólo era el inútil que hacía buenos pases, nada más.

- Que lanzamiento más terrible Kurokocchi – escuché que alguien decía a mi espalda y al girarme me encontré a Kise.

- Lo siento – le comenté limpiándome el sudor de la cara con la camiseta – no voy bueno en lanzamientos.

- Lo sé – me dijo cogiendo el balón que había llegado hasta su pie – yo podría enseñarte algún truco – me comentó corriendo con el balón y encestando.

- ¿Qué haces aquí Kise? – le pregunté algo cabizbajo – no estudias en mi instituto.

- Lo sé, sólo he venido porque me han mandado a hablar con vuestra entrenadora, querían hacer un partido amistoso contra vosotros.

- Ya veo – le dije serio cogiendo la pelota que Kise me lanzó.

- ¿Por qué no estás en clase? – me preguntó – creí que deberías estar allí.

- No tengo ganas de ir – le dije lanzando a canasta y fallando como siempre.

- Levanta más ese codo para el lanzamiento, tú posición de tiro es terrible, así no acertarás nunca – me dijo Kise cogiendo la pelota y devolviéndomela – inténtalo de nuevo.

Hice lo que me comentó y cuando coloqué la postura para lanzar subí un poco más el codo pero Kise se acercó a mí y tocó mi codo levantándolo aún más mientras su otra mano cogía mi cintura y me colocaba en mejor posición.

- Lanza – me dijo susurrando al oído y encesté ante mi asombro.

- Vaya.

- Todo es posición y un poco de suerte – me dijo sonriendo - ¿Me cuentas que haces aquí practicando tiros cuando no se te dan nada bien?

Seis estilos de baloncesto (Kuroko no Basuke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora