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Un rayo de luz llegaba a mi rostro. Me remuevo en la cama para seguir durmiendo, pero luego escucho un grito de mi mamá.

- ¡Julieta! Levántate, Mia está aquí.

Tomo mi celular con algo de pereza y veo que son las once de la mañana.
¿Por qué viene tan temprano?

- ¡Mueve tu trasero Copito!

Oh si. Mia acaba de tirarse encima mío en la cama.

- ¿Por qué tan temprano? -Pregunto, limpiando mis ojos.-
- Recuerda que es nuestro último día de vacaciones y tenemos muchas cosas que hacer, incluyendo acompañar a Mateo a su rehabilitación.

Me levanto como puedo y veo mi desastre en el espejo. Ojos grises con lagañas, pelo castaño desordenado. Una belleza.

- Tomaré una ducha, prepara mi desayuno.
- Tu mamá ya lo tiene listo. Te eligiré la ropa.
- Está bien.

Con Mia somos amigas desde pequeñas, digamos que nuestras madres jugaban con sus panzas, ósea desde nuestro nacimiento. La razón por la que me dice Copito, es porque nuestro primer viaje juntas fue a la nieve y ambas aprendimos la misma palabra después de decir papá y mamá. Adivinen que fué, Copito.

Cuando salgo de la ducha, Mia estaba abajo en la cocina hablando con mi madre. Me visto y me junto con ellas.

- ¿Como amaneciste mamá?
- Mejor, tu hermano no dio muchas patadas. -Se acaricia el viente y yo sonrío.-
- ¿Papá ya se fué al trabajo?
- Sí, estaba trabajando en una nueva medicina.

Mi padre era un genio, enserio lo era. Mi hermano mayor también es muy inteligente, por lo cual se fue al extranjero de inmediato. Ciertas veces nos viene a ver, pero es alguien muy independiente. Mi padre es médico, pero cuando vuelve a casa, trabaja en nuevas medicinas. Tenemos un laboratorio en el subterráneo de la casa.

- ¿Trabajarás hoy? -Pregunta mi madre.-
- Sip.

La verdad es que no teníamos problemas de dinero, pero me gustaba ganar el mío en un pub cerca de aquí.
Después de tomar desayuno, mi madre va donde la abuela y junto a Mia vamos al centro comercial.

Mia quería comprar cosas nuevas para el último año de clases.

- ¡Esa mochila es muy mona!
- Es tan rosada... -Digo, mirándola raro.-

Mia era un amante del rosado y las flores. Yo mas bien era de colores neutros.

- ¿Has hablado con Mateo? -Pregunto.-
- Sip. Mientras estuviste de vacaciones, llevaba 42 días limpio.
- ¿Llevaba?
- Es que no se como está ahora, espero que siga así.
- También yo.

Mateo terminó con su novio hace un año. Y no sé porque, puede ser porque son mas intensos, pero en una fiesta bebió y bebió hasta olvidarlo. Fue ahí el problema.

Corría el rumor de que unos chicos estaban probando una nueva droga y la introdujeron en el alcohol para ver la reacción de la gente. Mateo el muy suertudo tomó, y después se volvió adicto. 

Fueron días horribles tratando de que él lo dejara, con Mia lo pasamos muy mal, pero jamás lo dejamos solo.

Ahora vamos a terapias de grupo junto a él, claro Mia mas que yo, ya que las terapias empezaron cuando salí de vacaciones con mi familia.

Después de comprar las cosas con Mia, me dirijo a trabajar unas cuantas horas antes de ir con Mateo. Trabajaba en un pub muy conocido por los universitarios y la gente de mi colegio. Era un lugar tranquilo pero bastante divertido, siempre estaba lleno.

Serendipia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora