-e dicho que no quiero estar contigo!!!-
Edd-pero yo te amo...
-yo no!!!-
Edd- *estarás conmigo cueste lo que cueste*
♡~hola!!! se que paso mucho desde mi última historia que no e terminado, pero quiero crear otra, espero que les guste!!
⚠️ Está his...
Su mirada se oscureció por unos segundos. Luego sonrió como si nada.Pero yo ya no pude olvidar ese gesto...
Narra Edd
Yo no debería enojarme tanto, pero es que nadie tiene derecho a lastimarla. Nadie. Ni hablarle fuerte, ni mirarla feo, ni quitarle puntos.
Mi amor es un cristal. Quien lo ensucie… lo pago caro.
Ese día, cuando ella se fue, volví a la escuela fingiendo que olvidé mis llaves. La maestra seguía ahí, corrigiendo trabajos. Me acerqué. Ella ni siquiera levantó la vista.
Edd:Buenas noches, profesora —dije, con una sonrisa tan tranquila que incluso me sorprendió mucho.
Le pregunté por la calificación injusta. Se burló. Sonrió como si ella no importara. Como si MI niña fuera solo un número. Como si no supiera todo lo que vale.
Y entonces… ya no pude escuchar más.
Después solo... me enoje... ⚠️ Aviso, esena violenta⚠️
Lo primero que hice al entrar al salón fue cerrar la puerta con seguro. No hizo ruido. Yo sí sabía cómo moverla.
La maestra seguía inclinada sobre su escritorio, corrigiendo trabajos con ese tic molesto en su ceja. Siempre fruncida. Siempre juzgando a todos. Mi niña no merecía una maestra así.
Edd: Profesora… —comencé con esa voz tranquila que uso cuando algo dentro de mí ya está decidido.
Ella ni levantó la vista. Ese desinterés fue… la señal.
Abrí mi estuche. El metal de las tijeras brilló suavemente bajo la luz del proyector. También podía usar la pluma metálica, la regla de aluminio… pero las tijeras eran más personales.Eran mías.Y mi niña las había tocado una vez cuando me pidió prestado el estuche.
Profesora: ¿Qué quieres ahora? —refunfuñó la maestra, sin saber que esa sería su última frase.
Me acerqué por detrás, despacio, disfrutando la tensión de mis propios pasos.Ella seguía escribiendo. Inmóvil, sin estar muy consiente lo que va a pasar.
Edd: Solo quiero hablar —dije.
Profesora: Pues habla rápido, tengo cosas más importantes que hacer.
Más importantes que mi niña.Ese pensamiento me hizo sonreír.
Edd: Sobre la calificación… —murmuré mientras colocaba mi mano sobre su hombro.
Ella se tensó.
Profesora: No puedes tocarme, ¿qué te pasa?
Sus palabras salían afiladas, arrogantes, convencida de que nada podía tocarla. Pobrecita.
Incliné mi rostro junto a su oído.
Edd: Deberías haberla tratado mejor.
Ella giró para empujarme. No le di tiempo.
Mi mano se cerró sobre las tijeras dentro del estuche. El sonido del metal al abrirse fue suave, casi elegante. Ella lo escuchó. Y por primera vez, tembló.
Profesora: ¿Qué vas a hacer? —susurró, con la voz quebrándosele.
La empujé contra el escritorio. Los papeles se expandieron por el salón como un ave que huye. Ella intentó levantarse, pero yo tenía más fuerza, más calma, más… decisión.
Edd: Solo… equilibrar las cosas —murmuré.
En ese instante, ella comprendió.Sus ojos se abrieron por completo. La desesperación la volvió torpe. Intentó gritar, pero mi mano cubrió su boca con fuerza.
Edd: Shhh… —susurré—. Esto es por ella.
El movimiento fue rápido. Calculado. Frío.
Ella intentó soltarse. Su silla cayó al suelo con un estruendo. El salón entero tembló con su desesperación. Pero yo mantuve el agarre con firmeza mientras su resistencia se hacía cada vez más débil. Más débil. Más débil…
Hasta que finalmente… dejó de pelear.
El silencio que siguió fue perfecto. Casi artístico.
Respiré hondo. No sentía culpa. Sentía satisfacción.
Ahora venía la parte importante: el accidente.
La acomodé en el piso, cerca de la repisa de materiales. Abrí el mueble. Tiré cajas, cuadernos, utensilios. Hice que pareciera que había intentado alcanzarlos, resbalar, caer. La silla rota ayudó. La posición de su cuerpo, también.
Las tijeras… esas volví a mi estuche. Nunca las dejaría atrás. Mi niña las había tocado.
Después, con total tranquilidad, salí por la ventana del salón que daba al patio trasero. La luz del sol me dio en la cara.
Era cálida. Reconfortante. Como si el mundo me hubiera dado la razón.
Pensé en mi niña.
Ya está, mi amor. Una menos que te lastime. Una menos que te haga llorar.
Caminé ligero. Libre.
Y con las tijeras guardadas junto al corazón.
⚠️acaba la violencia⚠️
Cuando salí de ahí, respiré hondo. Me sentí satisfecho. Me sentí útil. Mi niña nunca sabrá lo que hago por ella
Solo quiero protegerla.
Sabia que no era la forma correcta, pero nadie lo haria, nadie la amaria como yo la amo, la amo tanto que no puedo evitarlo, es mia. Es... MIA... ¡MIA! ¡SOLO MIA! Su cuerpo, su alma, su corazón es mio, tiene que ser mio, no importa lo que haga, ella sera mia, de una y otra forma, Y aun asi tengo que ser espeluznante, no importa, y saben.. voy a hacerle una carta... o mandarle la carta con un corazón!!.
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Perdon pro tardar un siglo, pero pasaron cosas y si una de ellas creí que era una causa perdida 😔👊
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