capitulo 19

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—Señora tiene que calmarse —me mira y yo solo miro a la nada, me toca la frente —tiene fiebre —suena preocupada, solo quiero morirme ¿Cómo alguien puede ser tan cruel?

—No me siento bien —digo y respiro, me miro en el espejo y tengo los ojos rojos.

—Le avisaré al señor —la sujeto del brazo, es eso lo que menos quiero.

-No. Por favor no —le suplico —no lo quiero ver —me mira. Solo espero que se apiade de mí. —Debe ser la rabia que cogí, me tomo una pastilla y se me pasa, además me duelen las piernas, las tengo un poco hinchadas por los tacones y todo el show —la miro.

—Voy a bajar por agua y sus medicinas —le sonrío y me acuesto.

***
- ¿Cómo esta? —Nana me fulmina con la mirada como si hubiera hecho lo peor del mundo.

- ¡¿Cómo se supone que debe estar ?! —Está enojada conmigo. Veo que busca la medicina de Michel ¿Por qué? Acaso se siente mal. No le dio su lugar, dejó que María la humillara, no la defendió y aparte no hizo nada y se metió en defensa de María ¿Cómo debe estar? de maravilla.

—Las cosas no fueron así —digo y rueda los ojos - ¿Y eso para qué? —Digo viendo lo que lleva.

—Tiene fiebre, no se siente bien y tiene hinchada las piernas. Se suponía que tenía que guardar reposo, está débil y mire la rabia que cogió ¿Por quién? Si, por usted —utiliza sarcasmo conmigo, nunca me había hablado así.

—Voy a subir —niega y toma la charola.

—Ni se le ocurra, no lo quiere ver —toma una jarra de agua y unas pastillas.

—Nana cuídala ¿Sí? —Asiente - ¿Qué hice mi muñeca?

—Lo haré, no por ti si no por ella. Usted no se merece nada —la miro, lo que dice es cierto. —Nana me dejó con la palabra en la boca.

—Usted no se da cuenta del daño que le está haciendo a esa joven, ella no es como las otras, ella no es como Maritza —dice firme, me hago el sordo. Como que no escuche eso.

- ¿De qué hablas? —La miro nervioso.

—Usted sabe de qué hablo —me dice molesta —esa niña no merece todo lo que usted le está haciendo. Déjela ir y ya —se va y yo me quedaba pensando.

Michel ¿Qué estás haciendo conmigo? ¿Qué te hice? No quise defenderte pero fue porque tú me ignorabas, parezco un adolescente ¿Por qué pierdo el control con ella? ¿Qué es lo que tiene que me parece tan fascinante? su belleza, su mirada, su cuerpo perfecto, su forma de hablar de expresarse. Es tan dulce y buena, tiene algo que no lo había visto nunca en una mujer, lealtad, fidelidad, no es interesada, al contrario y es fuerte como una roca, independiente, tanto que me saca de quicio ver que no me necesita y no depende de mí ¿Por qué quiere alejarse de mí? Yo podría darle todo. ¿Por qué me importa tanto lo que siente? ¿Por qué quiero saber todo de ella? ¿Por qué quiero ser su mundo? ¿Por qué me gusta verla? Tiene una mirada tan angelical que inspira amor.

***
Brayiam no vino, se quedó con la puta esa ¿Por qué me afecta? si son tal para cual. Miro la fotografía que hay en la mesa de la cama, se ve feliz, lo veo en su mirada. Parece una fotografía de hace años, me inspira amor, ternura ¿Por qué no puede ser así en la vida real? ¿Por qué tiene que ser una sombra de oscuridad? Me duermo. Siento un dolor en mis músculos y en mi vagina, me tomo una pastilla, me curo y me doy una ducha me visto con una falda súper corta y una blusa - ¡Como odio todo esa ropa!

- ¿Quién puede usar esto? —Me medio maquillo y me quedo sentado en la cama. Necesito hablar con mi familia.


***


Voy al despacho y empiezo a trabajar con mis hombres y aún sigo nervioso con todo lo que ha pasado, por una parte mi muñeca y por otra su padre. No se la voy a dar. Es mía. Desayuno y no baja.

—No va a bajar —afirma el perro.

—No sé de qué hablas —miro mi comida como si nada.

—Tú sabes. Cualquier persona con dos dedos de frente no baja después de esa humillación —tiene que arruinarme el día.

—Cállate —como rápido y me meto en el despacho, no estoy de humor.

—Señor una llamada.

—Te dije que no quería hablar con nadie —le digo molesto, acaso eso es difícil de entender.

—Señor lo sé, pero es el señor Somerlanders —maldita sea ¿Y ahora qué?

—Está bien —tomo el teléfono.

—Somerlandeses.

—Grosbfiab.

- ¿Cómo ha estado?

—Déjate de estupideces, mi hija ¿Cómo está?

—Bien. Porque lo dice, si es por el incidente del otro día no volverá a pasar, se lo aseguro.

—Quiero hablar con ella.

- ¿Cómo?

—Lo que escuchaste ¿Acaso no puedo hablar con ella?

—Sí, es sólo que...

—Mi hija habló con mi esposa.

- ¿De qué me habla?

—Voy a hacer claro con usted Grosbfiab, mi muñeca habló con mi esposa.

-Si.

—Yo no sabía nada. Ayer en la noche mi esposa me contó todo lo que hablaron.

- ¿Y?

—Yo no me como todo lo que le dijo.

- ¿A qué se refiere?

—A que mi hijo quiere ir a ver a mi muñeca y ver por sus propios ojos que ella está bien ¿Hay algún problema con ello?

—No, para nada ¿Y cuándo piensa venir?

—Hoy en la tarde va para allá.

Me cuelga - ¿A qué se refiere con que Michel hablo con su esposa? Me muevo rápidamente de la silla y subo las escaleras en busca de Michel y la encuentro mirando por el balcón con una mini falda que se le ve el trasero, que gran trasero se ve, su figura tan bella y su cabello vuelan, se ve pensativa pero hermosa.

—Acaso intentas saltar y largarte como la última vez —ni siquiera voltea a mirarme —Te estoy hablando —me ignora, la agarró del brazo y la hago girar y la miró a los ojos. Esos ojos verdes me miran.

LA MUÑECA DE LA MAFIA 1 ( COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora