ꗃ៹ WEAK HERO › ☆

⌗ ⋮ yeon sieun › ᵎ

No sabían cómo terminaron en aquella situación. Solo habían sido obligados a convivir juntos debido a las malas calificaciones que Heesok tenía.

Cuando la directora informó que Heesok debía llevar tutorías debido a sus notas tan bajas, mandó a llamar a Sieun, quien por supuesto se negó.

—Lo lamento joven Yeon, pero no tiene muchas alternativas, supimos del problema que tuvo hace una semana con unos chicos de otra escuela, vestía el uniforme de esta institución y no queremos que manche el prestigioso nombre de esta. Por lo cual, deberemos aplicar un castigo, no con uno muy grave pero esto será un llamado de atención para que no vuelva a repetirse. —explicó la directora.

Lo tenían. Supo dónde atacar y hacerlo aceptar.

En todo ese tiempo, su compañera estuvo sentada sin decir ni una palabra. Ya se había negado con la directora pero ante las imploraciones de no querer un tutor y ponerse al corriente por su propia cuenta y solo ser ignorada, decidió sólo quedarse callada. Además, cuando dijo la directora que Sieun era el candidato a ser su tutor, murió internamente.

Le daba miedo.

No como tal pero sentía que acercarse a Sieun implicaba problemas, sentirte estúpido por su gran intelecto y nerviosismo por su actitud borde y callada.

"Si no me muevo no me ve" fue lo que se repetía en la mente cuando ambos salieron de la dirección.

Sieun, sereno, volteó a verla. Heesok parpadeó varias veces y supo que tendría que decir algo.

—H-Hola, creo que no me conoces, somos compañeros, lamento todo este problema. —dijo con una sonrisa apenada.

Su silencio la estaba matando en verdad.

—Sí te conozco. —fue lo único que dijo.

Su voz era un susurro, suave, tranquilo, delicado. Escuchar su voz provocó una reacción en ella, su piel se erizó y sentía que su garganta se había secado.

Pero tenía que disimular, no podía verlo tan embobada. Lo cierto era que, Heesok tenía meses soltando suspiros por él, aunque este no lo notara. O no le importara.

Aún así siempre tenía presente que acercarse a él solo significaba una cosa: peligro.

—¡Hola Sieun! —le saludó con una sonrisa pequeña el primer día de tutoría.

Mayormente, las sesiones serían en biblioteca pero también acordaron que podrían ser en casa de Heesok.

El mencionado solo la vio unos segundos y volvió a prestarle atención al libro que tenía con él. Sacó un cuaderno de su mochila, borrador y lápiz.

—Iniciaremos con matemáticas. —anunció.

Y así, las arduas sesiones de estudio en la biblioteca de la escuela o en casa de ella hicieron complicado el intento por estar calmada al lado de él. Habían durado un mes de esa forma, estudiando, bajo un gran silencio que solo era interrumpido cuando Sieun le explicaba más cosas y Heesok trataba con todas sus fuerzas de entender rápido para no generar muchas preguntas y así no molestarlo tanto.

Hizo más intentos por hacerle hablar de algo más pero jamás funcionaron.

—Deberíamos tomar un descanso de cinco minutos. —propuso, estirándose en su lugar.

Esa era tal vez la décimo quinta vez que intentaba socializar con él.

—Son cinco minutos menos de aprendizaje. Si eso es lo que quieres, adelante. —cerró el libro que estaban viendo y procedió a colocarse los audífonos.