-¡Dannazione! (Maldicion) ¿me quieres matar de un susto?- exclamó, sus jeans marrones estaban mojados.

-Lo siento, este es mi nuevo salón, solo venia a apoderarme de una silla- dije yo.

-Por lo menos te disculpas, cualquiera me hubiera ignorado o se hubiera reído- siguió tallando el piso, hasta ese punto, vi que había una mancha verde moco en el suelo, donde ella tallaba.

-¿Que es eso?- pregunte, ella soltó una risa.

-Digamos que le hice una broma a una chica y bueno, estaba entre limpiar los baños y lavar esto, y créeme, nunca limpies los baños, por experiencia te lo digo- me fije un poco en su aura... Era diferente, parecía la de una, semidiosa.

La vi un momento, cabello negro, piel blanca, ojos café oscuro... Parecía hija de Hades, pero no era hija de Hades, tenía otra clase de aura.

-¿Pasa algo?¿me manche la cara?- preguntó ella, será mejor no decirle, mientras no se entere, no habrá monstruos.

-No, me quede pensando, a veces me pasa a causa de mi THDA- ella abrió los ojos de golpe.

-¡Oh por dios! ¿Tienes THDA? Yo también- definitivamente era semidiosa- aparte de dislexia.

-Yo también tengo dislexia- ella chillo y río.

-Te veo cara de extranjero ¿de donde eres?- me pregunto, cambiando de tema.

-Soy de Venecia originalmente, pero vivía en Nueva York, Estados Unidos.

-Genial, por cierto, soy Jannia Ambrosetti- se presentó.

-Nico Di Angelo- respondí.

-¿De ángel, eh? Bueno, con esas pintas no pareces un ángel, mas bien un demonio motociclista- dijo ella burlona.

-Valla, gracias- dije sarcástico.

-Siéntate ahí en la esquina, a los chicos de atras casi no les preguntan- explicó ella, yo me senté en donde me indico y saque mi estuche y libros que me tocaban.

-¿Donde se guardan los libros?- pregunte.

-Debajo de tu silla, es un mesa banco, por si no te has dado cuenta- respondió ella.

-Esta bien- acomode mis cosas y nos quedamos un rato en silencio, agarre mi teléfono y vi la hora, 6:50, en cinco minutos empezaban las clases.

Mire por la ventana y vi que el sol estaba saliendo, aunque fuera tan temprano. Después de unos minutos, el timbre sonó y los alumnos fueron entrando de tanto en tanto, hasta que todos los lugares quedaron ocupados; algunos chicos me miraban con sonrisas amables, como si fuéramos viejos amigos, pero hubo un chico que me llamo la atención... Pelo rizado castaño, piel morena, ojos traviesos, sonrisa de loco... Me recordó mucho a alguien, a un hijo de Hefesto un tanto bromista, pero no podía ser Leo Valdez, el estaba en el Campamento Mestizo con Calipso, no pudo haber venido a Italia y encontrarme tan fácilmente, lo vi un rato hasta que vi cierto detalle que me decía que no era Leo, tenía los ojos de un café claro, casi miel, aparte de que no irradiaba aura de semidiós.

-Muy bien alumnos- dijo una profesora al entrar, rubia, ojos cafés- buenos días- saludo, todos saludaron en coro- hoy tenemos un nuevo alumno: Nico Di Angelo, párese por favor jovencito- me ordeno ella, pero sin mirarme, como si no supiera quien se todos los chicos era yo- preséntese- me indico.

-Bueno, como ya dijo la profesora: soy Nico Di Angelo, soy nativo de Venecia pero me fui a Nueva York un tiempo y ahora estoy aquí en Verona- explique yo indiferente, con las manos en los bolsillos.

Ausente (Nico Di Angelo y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora