let's videocall^^

Start from the beginning
                                        

Suspiraste. Tu día oficialmente acababa de empezar.

Micah Yujin.

Habías hablado con él por semanas. Tu mayor "rival"... y tu mayor distracción. Ambos sabían que había atracción, pero ninguno daba el primer paso. Con sus mensajes y sus videollamadas, tus días aburridos habían tomado color. No podías negarlo: era atractivo, tonto al hablar y demasiado de tu tipo. Pero también era un narcisista insufrible, y jamás le darías la satisfacción de admitir cuánto te gustaba.

Al menos no todavía.

—Angel :( me hiciste mucha falta hoynnnnnn.

—Jajaja, si ayer estuvimos como seis horas hablando. Casi llego tarde al trabajo por tu culpa -_-

—assfshsjdhdhsj

—¡Exacto! Fue ayer. Hoy no hablamos nada :CC. ¿No te das cuenta que me haces falta incluso cinco minutos???¿¿¿¿¿¿¿¿

—Qué exagerado eres -_-

Claro que lo extrañabas, pero ni muerta lo admitirías tan fácil.

—asgsjdjsh me lastimas, mi angel~

—Y bien. ¿Estás ocupada ahora mismo?

Parpadeaste. No solía preguntar eso.

—No, acabo de llegar a casa y solo quiero relajarme. ¿Por qué? :pp

Una nueva notificación iluminó la pantalla.

[ᴍɪᴄᴀʜ ʏᴜᴊɪɴ ᴛᴇ ᴇsᴛᴀ́ ʟʟᴀᴍᴀɴᴅᴏ...] 

 ¿ᴅᴇsᴇᴀs ᴄᴏɴᴛᴇsᴛᴀʀ?

 [ sɪ́ ] [ ɴᴏ ]

A esas horas, una llamada de Micah solo podía significar una cosa: estaba de humor para molestarte... o para algo más.

Sonreíste y aceptaste.

La cámara se activó, mostrando a un Micah diferente: nada de sus ropas llamativas. Solo una camiseta gris holgada y el cabello rizado algo alborotado. Su sonrisa, sin embargo, brillaba como siempre.

—¿Quieres que te ayude a relajarte, angel?~

—¿Ya vas a empezar, Yujin? Te cuelgo. —dijiste bromeando.

—¡NOOOOOOO! —gritó dramáticamente, fingiendo llorar—. Era un chiste, lo juro.

La risa se te escapó, ligera, inevitable. Cada vez su compañía resultaba más reconfortante, aunque jamás lo admitirías.

Podías sentir sus ojos ámbar observándote a través de la cámara. Su expresión estaba distinta: más intensa, más cercana, como si la pantalla entre ustedes se hubiera vuelto delgada.

—Y bien —preguntaste—, ¿por qué me llamaste a esta hora?

Micah se inclinó hacia adelante, apoyando el codo en la mesa. Su voz bajó de tono, suave, casi íntima.

—¿Acaso no puedo llamar a la persona que me gusta solo porque la extraño? Hoy luces más linda de lo usual. ¿Lo sabías, mi angel?

Sentiste el calor subir a tus mejillas. Lo odiabas por eso: siempre lograba desarmarte con un simple cumplido. Pero mantuviste la mirada fija, negándote a darle el gusto de tu debilidad.

—Hoy andas más coqueto de lo usual. ¿Te pegaste con la puerta o qué?

Él rió.

—Siempre soy así. Mientras se trate de ti, podría dejarme atropellar por un auto y aún así seguiría coqueteándote, angel.

El silencio se volvió pesado, cargado de electricidad. Se miraron a través de la cámara, ninguno apartando los ojos. No era incómodo. Era íntimo.

Micah bajó un poco la cabeza, sonrojado, y murmuró:

—En serio... solo quería verte. Esta semana hablamos poco, y te extrañaba. No solo para molestarte.

Su sinceridad te apretó el pecho. Entre bromas y sarcasmos, él tenía una forma única de hacerte sentir especial.

Decidiste dar un paso adelante.

—Micah, me tienes aquí y ahora. Soy toda tuya por estos momentos. —le dedicaste una sonrisa.

Por un instante, él se quedó en shock. Luego, una sonrisa lenta y peligrosa se dibujó en sus labios.

—¿Toda mía, huh...? —repitió, saboreando la frase—. Entonces no te quejes de lo que venga después, angel.

Se enderezó en la silla y chasqueó los dedos teatralmente.

—¿Qué tal si jugamos algo nuevo esta noche?... Nada más que tú y yo.

Sus ojos brillaban con un fuego distinto.

Durante las noches de videollamada, además de jugar online, ustedes terminaban poniéndose cada vez más... personales. Se perdían en conversaciones que duraban hasta el amanecer. Eran solo tú y él, encerrados en aquella sala de chat como si el mundo entero no existiera.

—¿Algo nuevo? —preguntaste con una risa nerviosa, aunque el corazón latía con fuerza—. ¿Qué tienes en mente? Me interesa escucharlo.

Micah se inclinó hacia la cámara, con esa sonrisa que nunca presagiaba nada bueno.
—Wow, ¿a qué se debe ese repentino interés, angel? ¿De verdad deseas tanto este juego... donde tú y yo somos los protagonistas?

Espera.
¿Estaba hablando en serio?

Quizá esta noche pintaba más interesante de lo que pensabas.

—Si lo vas a poner así... entonces quiero que me lo cuentes todo. —Tu voz salió más coqueta, casi un reto en sí misma.

El moreno se sonrojó, apenas, pero no apartó la mirada. Al contrario: sonrió con descaro.
—Quiero que me respondas sin huir... porque esta vez no pienso dejarte escapar. Y quien pierda, tendrá un castigo. ¿Aceptas?

La noche aún era joven, y estabas al borde del aburrimiento. ¿Por qué no? ¿Qué podría pasar?

—Bien. Acepto.

El aire se volvió espeso, eléctrico, como si algo estuviera a punto de romperse.

Micah bajó la voz a un susurro, y tu piel se erizó.

—Dime, angel... ¿verdad o reto?


☆彡.。.:*・☆彡.。.:*・☆彡.。.:*・☆彡.。.:*・


Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 07 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

"𝐓𝐑𝐔𝐓𝐇 𝐎𝐑 𝐒𝐄𝐗"+𝟏𝟖! [ 𝐦𝐢𝐜𝐚𝐡 𝐲𝐮𝐣𝐢𝐧 ]Where stories live. Discover now