Por primera vez en nueve meses, Tony volvió a bajar a su taller. Entró con Peter en brazos, oliendo la mezcla familiar de metal y electricidad, y se le escapó un suspiro casi nostálgico.
—Ah… hogar dulce hogar. —Lo dijo como si fuera una canción.
Steve arqueó una ceja detrás de él.
—¿Y yo pensaba que tu hogar estaba donde estaba tu familia?
Tony le dio un codazo suave.
—Es un empate técnico, Rogers. Tú y Peter son la parte cálida… pero aquí está la parte brillante.
Prepararon todo. Peter quedó en un corralito lleno de juguetes, con cubos de colores, peluches y hasta unos bloquecitos luminosos que Tony había fabricado.
—Jarvis, vigílalo. —Tony ajustó su tablet.
—Con todo gusto, señor. Aunque debo advertir que el señorito ya ha intentado morder un cubo.
Tony sonrió orgulloso.
—Un innovador nato.
Steve lo miró con los brazos cruzados.
—O un tragón.
El día pasó entre balbuceos y herramientas. Tony soldaba piezas mientras Peter jugaba feliz, aunque de vez en cuando golpeaba los barrotes como si quisiera salir. Steve fue a buscarlos al anochecer para comer.
—Vamos, amor . Ni la ciencia puede competir con un estómago vacío.
—Eso es discutible —replicó Tony—, pero está bien. Mini Stark también necesita socializar con servilletas manchadas.
En el restaurante, Peter estaba sentado en su sillita alta con un babero con el escudo de Steve que Happy les había regalado. Mientras los meseros llevaban la comida, Tony y Steve comenzaron a recordar momentos recientes.
—¿Recuerdas cuando casi juras que dijo tu nombre? —preguntó Tony, sirviendo agua.
Steve sonrió, mirando al bebé.
—Claro. Estaba en el baño, lo cargaba con la toalla… y de pronto dijo “duh”.
Tony soltó una risa sarcástica.
—Steve, estaba tiriteando. Lo que escuchaste fue el vibrato de un motor descompuesto.
—¡Era un “dad”! —insistió Steve.
Tony rodó los ojos, divertido.
—Y Natasha asegura que un día dijo “Na”… obviamente porque se lo debe a ella.
Steve rió bajito.
—Y Bruce casi llora cuando pensó que dijo “Bru”… pero resultó que era un eructo monumental.
Ambos rieron, mientras Peter, como si entendiera que hablaban de él, golpeaba su plato con la manita.
—“Ba-ba-ba!” —exclamó con emoción.
Tony alzó las cejas.
—¿Ves? Claramente está desarrollando un idioma secreto.
Después de comer, volvieron a la Torre porque Tony había olvidado apagar uno de sus prototipos.
Steve acomodó a Peter de nuevo en el corralito, y el bebé hizo un puchero inmediato, estirando los brazos hacia su papá alfa.
—Un momento, peque —dijo Steve, inclinándose a besarle la frente—. Solo necesito ayudar a tu mamá.
Peter golpeó los barrotes con fuerza y, de pronto, con un esfuerzo casi solemne, abrió la boca:
—¡Pa-pááááá!
El taller quedó en silencio.
Tony dejó caer el destornillador y giró tan rápido que casi se tropieza.
—¿Escuchaste eso? ¿Escuchaste eso? ¡Dijo “papá”!
Steve tenía los ojos muy abiertos, completamente emocionado.
—Sí… ¡me llamó papá!
Peter volvió a levantar los brazos y, con un sollozo pequeño, repitió:
—“¡Pa-páááá!”
Steve lo cargó de inmediato, abrazándolo fuerte contra su pecho.
—Aquí estoy, pequeñín. Nunca más te dejo en ese corralito si no quieres.
Tony sonrió con lágrimas en los ojos, aunque su tono siguió siendo el de siempre.
—Genial. Su primera palabra es un reclamo contra el mobiliario. Claramente es mi hijo.
Steve lo miró enternecido, acariciando la espalda de Peter.
—Es nuestro hijo. Y acaba de darme el título más bonito del mundo.
Tony se acercó y besó la coronilla del bebé, que ahora descansaba feliz en brazos de su alfa.
—Bienvenido al club de los que saben cómo manipularte, Rogers. Ya empezó pronto.
Steve rió bajito, abrazando a los dos.
—No me importa. Que me diga “papá” todas las veces que quiera.
Y en ese taller, con Peter acurrucado entre ellos, ambos supieron que las primeras palabras eran solo el inicio de una vida llena de historias que contar.
Luz H.
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Nosotros + Uno | Mpreg
RomancePensaron que lo habían enfrentado todo... hasta que el amor les dio una nueva misión. Después de vencer a Thanos y devolver las Gemas del Infinito, Tony Stark al fin tiene lo que siempre soñó: una vida tranquila al lado del hombre que ama, el legend...
