Dentro de mil años todo será igual

Veré tu rostro, tu llanto hare cesar.

No existe un día, en que no recuerde tu calor...

No existe un día... en el que no te entregue mi amor...

...

Luis llego lleno de nervios y de dudas a la disquera. Temía ver a Sofía y a Mónica juntos. Pero el la conoce. Sabe que es leal, estando con otro... Los vio llegar, cada uno por su lado. Y Sofía mantuvo su distancia. Siente mucha curiosidad, no entiende lo que está pasando entre ellos. Tal vez debiera indagar. Saber lo que pasa. La actitud de la cantante, las circunstancias y los hechos se han vuelto sospechosos. No es como si el tuviera algún derecho, y mucho menos luego de Ivette, pero necesita saber que está pasando. Entra a la cabina de grabación justo después de ver a Sofía entrar a la suya. Se pone los audífonos y se acerca al micrófono.

Canta con toda el alma. Recuerda cada parte del montaje coreográfico que hace con Sofía cuando canta la canción. Como acaricia sus brazos y se acerca a su rostro, sintiendo su respiración. Esos acercamientos son pocos, casi solo se realizan en los conciertos y en alguna que otra práctica. Pero está seguro de que aquellas sensaciones también las tiene ella. Por eso no quiere... no puede dejarla ir así tan fácil.

...

Sofía sale un poco antes de que sea la hora que acordaron para la salida. Después de todo ella terminó su parte mucho antes del tiempo previsto. Es mejor salir sin que la vean. No quiere pasar momentos extraños. Por lo menos no hoy. Sale de la disquera por una puerta trasera que da a un viejo callejón. Camina unas cuadras y llega a una avenida principal. Toma un autobús y paga el pasaje. Se sienta en las filas del final.

Poco después llega a su destino. Baja del autobús que la deja a unas cuantas calles de la galería de Marco. Revista que su cabello esté en orden y que su ropa se vea bien. Así es. Todo se ve bien. Camina lo que le falta del camino y entra a la galería. Pasa la exhibición y llega al taller. Toca a la puerta.

- Pase- responde Marco desde el interior.

Cuando Sofía entra puede ver que el pintor se encuentra frente a su caballete. Está pintando el rostro infantil de un retrato familiar. Ella avanza y se sienta en un banco vacío. Marco continua en su pintura sin decir nada. Ella lo mira, aunque sea maduro le parece atractivo. Pero puede notar que los años no han pasado en vano. Su técnica ha mejorado extraordinariamente, eso es seguro. Pero hay arrugas bajo sus ojos que lo delatan.

Marco la ve entrar a la galería. Se ve hermosa, pero no sabe que decirle. Quisiera reclamarle de lo que vio esa noche, pero ella podría decir muchas cosas. Lo más probable es que si tuviera que elegir, elegiría a ese muchacho joven y apuesto. Solo le queda demostrarle que la madurez tiene sus ventajas. Que puede brindarle placeres que alguien joven difícilmente puede proporcionar.

-¿Cómo has estado?- pregunta el tratando de romper el silencio.

- Ocupada. Mi grupo y yo vamos a grabar un disco.

- ¿Amateur?

- Profesional. Ya firmamos contrato.

- Que bueno. Felicidades- su tono es más bien neutro.

- No es algo que te interese ¿verdad?

- No me gusta mucho el rock metal. Pero me da gusto que estés progresando. Tal vez después te hagas profesional.

- Estoy cerca- menciona con voz baja. Es triste que piense así- ya tenemos contrato con una disquera. Y hace poco regresamos de una gira de seis meses.

LA RAZON DE REBIAWhere stories live. Discover now