𝓣𝓱𝓮 𝓹𝓮𝓻𝓯𝓮𝓬𝓽 𝓸𝓶𝓮𝓰𝓪 || 𝒱𝒾𝓂𝑜𝓈𝓈𝒶 ||

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¿En serio? ¡Felicidades! - me ahorré la pregunta de ¿Quién es Secre?, no soy su novia, solo una amiga, y si ella no tiene planes de decirme quien es, no debo obligarla, no debemos, porque aquí la curiosa era yo, y la que prácticamente chillaba queriendo saber era mi omega. Cálmate, Mimosa -

Sí, gracias - Vanessa se tomó unos segundos antes de continuar - Secre es mi mejor amiga, si se le puede llamar así, es como mi mano derecha. Alfa también.

A veces sentía que exponía tanto mis emociones, aunque considerando que Vanessa aún no ha dejado de venir a recogerme, puedo decir que soy una maestra en ocultar mis ansias por besarla o por restregarme contra ella para que me haga suya de una vez.

Entiendo - observé que ya estábamos cerca de la Universidad y maldije al ver a Noelle en la puerta, seguro esperándome - rayos ¿Por qué tengo que tener una amiga tan chismosa? - solté al aire, pero fue dicho lo suficientemente fuerte como para que Vanessa lo escuchara -

¿Pasa algo malo?

No, es que... - voltee a mirarla, suspirando - ayer me llamó para hablar con Alaric y le conté que había llamado mi madre, me dijo que hoy me interrogaría o algo así.

¿Es tan importante que llame tu madre?

Es, sin mentir, un suceso que ocurre cada medio año.

¿Por qué es eso?

A ella no le importa cómo me encuentro yo o algo de eso, pero cada cierto tiempo se siente con la obligación de venir a visitarme para asegurarse que esté entera, imagino - me sorprendí a mí misma hablándole a Vanessa sobre el tema de una manera tan fluida y relajada, para cuando lo noté, ya no podía parar - el problema es que ella es insoportable, era una gran omega en sus tiempos y tenía a todo alfa cortejándola, quería que sus hijos seamos iguales, pero no pasó, Kirsch es muy duro para ser como ella y yo pues... Soy un caso perdido ya.

¿Alaric?

Sí, Lari - me acosté más en el asiento del auto, queriendo evitar que Noelle me viera - aunque fue mi culpa el contarle, no esperaba que le importara tanto, ya que no fue nada del otro mundo, básicamente es mi madre diciéndome que espera ver un alfa que no sea imaginario esta vez.

Directa.

Sí y tonta, no voy a conseguir un alfa solo para que ella me apruebe, aunque sería demasiado genial el cerrarle esa gigante boca que tiene.

Sí, de hecho hasta había pensado el contratar un alfa para que mi mamá me deje tranquila de una vez y eso sonaba bien, en el trabajo tenía unos cuantos conocidos que podían servir, pedirles que actúen por una noche o hasta pagarles, sin embargo, mi madre era demasiado lista y seguro nos haría un montón de pruebas que no quería ni intentar, empezando por un beso, ya no me podía imaginar besándome con nadie que no fuera la atractiva chica que conducía ahora el auto donde estaba sentada o que lo estacionaba, mejor dicho.

Así que lo más fácil y práctico era simplemente soportar a mi madre por otra visita, no era tan malo si pensaba que después de eso no la vería por otros seis largos meses.

¿Cuándo dices que irá?

El sábado, no este que viene, sino el de la otra semana ¿Por qué?

No lo sé, me estoy imaginando a una mujer como la señora Puff enojada o algo así.

Oh, Dios - fue lo único que pude exclamar antes de romper a carcajadas en el auto, siendo acompañada por las tranquilas risas de Vanessa. Sí, mi madre podría ser exactamente así y ser tan jodida como esa mujer pez también -

La extrañaría tanto, que a veces dudaba poder sobrevivir durante mis vacaciones o tal vez toda la vida que siguiera luego de ya no vernos.

Siempre diré que tu risa es preciosa - dejé de reír al escuchar su comentario y respiré hondo, mirándola con el ceño fruncido ¿Cuál era la necesidad de hacerme sonrojar todo el tiempo? -

¿Cómo son tus papás, Vanessa? - intenté cambiar de tema, y por su expresión, estaba segura de que lo había logrado. Su rostro se relajó muchísimo y apoyó por completo su espalda en el respaldar del asiento, mirando hacia el frente -

Mi madre es increíble - dijo al fin - ella es muy importante para mí, es fuerte, exigente y no pierde ese toque que hace que sea una persona tan admirable y carismática. Te agradaría si algún día te animas a conocerla.

Conocer a uno de los dueños de E-Alfa, sí... Eso no entraba en mis futuros planes, quizás para Vanessa sea alguien especial y único porque es su madre, una alfa respetuosa y capaz, además de que solo ella y su esposa habían sacado adelante una compañía magnífica pero... No me imaginaba siendo presentada como la amiga de su hija, seguro no perderían la oportunidad de humillarme, eso o separar a Vanessa de mí, haciendo que ella abra los ojos y viera que personas como ella y personas como yo, nunca van juntas, ni siquiera como amigas.

¿Y tu mamá?

Ella es... Diferente - oh no, ese tonito yo lo conocía muy bien - es particular, pero es una buena mujer, créeme que se volvió una mejor persona cuando conoció a mi madre.

Es genial, debe ser muy hermosa.

¿Por qué?

¡Oh! Porque... Uhm, bueno, tú... Ya sabes, quiero decir... - miré hacía todos lados, encontrándome con Noelle tan cerca del cristal de un momento a otro. Pegué un salto hacía el asiento de Vanessa, sosteniéndome de su brazo. Amaba que mi amiga llegara a sálvame de la vergüenza de decirle a Vanessa lo hermosa que la veía ¡Pero no de esa peculiar forma! -

Por otro lado, Vanessa se sentía tan bien.

Escuchamos como tocó el vidrio como si estuviera tocando una puerta y me voltee hacía Vanessa, quien me miraba con una media sonrisa, al parecer más que entretenida con la escena.

Debo bajar.

Claro. 

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