Cuando eres la perfecta definición del omega imperfecto, pierdes todo pensamiento positivo de algún día encontrar al amor de tu vida. Mimosa Vermillion tiene veinte años, un hijo de tres y un lazo roto debido a su ingenuidad ¿Qué alfa querría encarg...
¡Casssh! - Crash Team Racing, sí, la nueva obsesión de Alaric -
Reí cuando él alzó sus brazos con emoción ante mis palabras. Lo cogí de su cintura y lo bajé de encima, dejándolo sentado a mi lado en el sofá, Alaric se quedó quieto, mirándome atentamente hasta que recordó bajar sus bracitos y lo hizo.
Primero leche, pollito. ¿De acuerdo?
¡Síp!
Nada me calmaba más que darle su leche en biberón a Alaric, claro que ya no podía hacerlo seguido, había sido regañada por Kirsch y por la misma Puli cuando mi hijo les contó que aún amaba sentarme en el sofá, que él se acueste sobre mis muslos, apoye su cabecita en mi pecho y reciba la mamadera. Así que con el tiempo dejé de hacerlo, ahora bueno, era una emergencia, si nadie controlaba a mi omega, seguro terminaría teniendo un ataque de pánico por todo lo que me estaba pasando.
Terminé de preparar el biberón y volví al sofá, Alaric ya sabía qué hacer, así que sin mucho cuidado, se apoyó en mis piernas y se tumbó, mostrándome una de sus más hermosas sonrisas. Dejé que tomara con su pequeñita boca el chupón del biberón y entonces todo, todo estuvo bien, escuchar cómo trago a trago mi pequeño disfrutaba de su leche me arreglaba la vida. Mi pedacito de cielo, el ángel que me salvó sin siquiera darse cuenta, Alaric era mi pequeño súper héroe, mi mejor amigo y el mejor confidente del mundo.
Sonreí al sentir su manito colocándose sobre la mía que sostenía el biberón, sus ojitos estaban puestos en mí en lo que empezó a acariciar el dorso de mi mano y me regaló una preciosa sonrisa, aún con el chupón en su boca y en su inocencia de un pequeño de tres años, él sabía que algo no andaba bien e intentaba arreglarlo.
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Escuché el molesto sonido de mi celular. Gruñí, odiaba tener tan buen oído, Alaric y yo nos dormimos temprano, a cosa de las ocho y media o un poco después, estaba segura que iba a tomar el largo sueño que me merecía cuando ese odioso sonido irrumpió a mitad de mi inconsciencia. Si era una emergencia del trabajo, juro que iba a fingir que me cortaron una pierna con tal de no ir, estaba suficientemente cansada emocionalmente como para moverme de mi cama.
No podía ser Noelle y Vanessa no me llamaba, ella normalmente enviaba mensajes, imagino que por lo mismo que jamás sabemos cuándo me toca trabajar y cuando no, igual pasa conmigo, no suelo llamarla, por no decir que nunca lo he hecho. Incluso a veces tengo miedo de quien podría contestarme del otro lado si alguna vez llego a hacerlo.
Fuera de eso, tenía a Alaric a mi lado, podía ignorar el molesto sonido, de no ser porque mi pequeño empezó a removerse a mitad de su sueño, así que tomé el celular y contesté, no iba a permitir que quien sea que esté llamando despierte a mi bebé.
¿Diga?- i voz salió más deforme que nada, una combinación entre un intento de gruñido feroz y ronca debido al sueño. O sea, el lobo feroz con gripe, algo así -
¿Estás durmiendo tan temprano? Vaya, no se sorprendería si ya te han botado del empleo ese que tenías, con lo vaga que has sido siempre.
Mis ojos se abrieron de par en par y en dos segundos ya estaba sentada sobre mi cama, totalmente despierta, sintiendo un ligero mareo por la agresividad de mis movimientos. De acuerdo, primero lo primero ¿Que hacía llamándome?
Hola, mamá - respondí con ironía, si es que a ese tipo de personas se les puede llamar madres -¿Papá ya te dio permiso de llamarme o lo estás haciendo a escondidas de nuevo?
Que mal agradecida - ella bufó del otro lado -
Parte de ser de una sociedad un poco más antigua, es conservar las creencias de antes, mis padres siempre habían creído que los alfa lo eran todo y los omega eran los sumisos que andaban a su lado para ser lucidos o usados, las conexiones son eternas y con eternas significa tener al omega de criado en tu casa pariendo hijos y cuidándolos, mientras el alfa es quien sale por el pan de cada día.
Sí, que rayos, ese pensamiento era tan enfermo que me fastidiaba. No soy ni nunca seré la esclava o el juguete de casa de un alfa con ese pensamiento.
Sabes que tengo razón - dijo ella y yo arropé mejor a mi pequeño en la cama, prestándole poca o nada de atención a la explicación de mi madre de por qué no me había llamado hasta ese momento - ... En fin ¿Cómo has estado?
Pues... Me han violado unas quince veces, me extirparon un riñón para venderlo en el tráfico de órganos y me amputaron una pierna la semana pasada.
¿Por qué siempre tienes que usar los ironías conmigo? Eres una malcriada.
Claro, claro- rodé los ojos, odiaba este tipo de charlas, sobretodo porque sabía que a ella no le interesaba como me encontraba, mi madre solo amaba conservar las apariencias de familia feliz y si quería saber algo, Kirsch bien podía decirle que me encontraba entera. Bueno, con el corazón más o menos entero, pero definitivamente mi pierna y mis riñón estaban en su sitio -
Si sabes para qué llamo, ¿Por qué tenemos que hacerla tan larga?
No lo sé, tú fingiste querer saber cómo estaba- encogí los hombros, aun sabiendo que ella no podía verme - pero me pregunto ¿Por qué tienes que venir? ¿No puedes simplemente fingir que lo hiciste e irte a pasear por ahí? Hay muchos sitios que deben llamarte la atención.
Que graciosa, Mimosa, yo no soy una mujer mentirosa- no, pero sí eres una madre que abandona a su hija por cometer un error, fachosa y que ama ser el centro de atención -
Claro.
Iré en dos semanas.
¿Dos semanas? ¿Y por qué me avisas tan pronto?
Para que te asegures de no tener trabajo ese día, no quiero que sea como la última vez y tener que hablarle a tu empleada como si fuera alguien importante- cerré mi mano en un fuerte puño, odiaba, en serio odiaba cuando denigraba a los demás - y también, estoy esperando que esta vez me sorprendas con un alfa, al menos uno que no sea imaginario.
Sí, mamá... Soñar es gratis, calma.
Insolente.
Ajá. También te quiero. Hasta dos sábados, madre.
Corté la llamada antes de siquiera escuchar su respuesta y me volví a la cama, no tenía ganas de preocuparme por nada más, al final era mi madre y no sería tan importante, una persona más o una persona menos a la que le parezca inútil, no hace la gran diferencia.