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¡Ahí ta! - dijo con su apenas ronca voz, volviendo a removerse en mis brazos, queriendo bajarse -

Tranquilo, niño - bromee y mi hijo me miró con un pequeño puchero. Besé su naricita, observando a nuestros alrededores, definitivamente estábamos en un garaje más que gigante, rodeados de muchísimos autos iguales de caros que la Spagetti de Vanessa, como me gustaba decirle cuando pensaba en el caro vehículo -

No pasaron más de dos minutos cuando vimos a Vanessa volviendo, reconociendo que antes había estado hablando, al parecer, con el vigilante de este garaje. Escuché la puerta abrirse y Vanessa adelantó el asiento para darnos pase y salir. Alaric, quien hasta el momento había estado más movido que una bala, se lanzó a los brazos de Vanessa con el único fin de librarse de mí y esta lo cogió, cargándolo con uno solo de sus brazos, mientras Alaric le lanzaba una mirada seria, entrecerrando sus ojitos verdes.

Mamá no reja jugar - se quejó, sacando su labio inferior para hacer un puchero, señalándome a mí aún dentro del auto -

¿Eso hace? Es muy aburrido de su parte ¿No?

¡Síp!

Luego nos vengaremos de ella, Alaric, ¿De acuerdo?

¡Síp! - Alaric alzó los brazos mientras con esfuerzo yo salí del auto, sola ¡Sola! Mi hijo me estaba quitando la atención de mi... Bueno, no mí, pero de Vanessa - ¡Vengazaaa!

Genial, los dejo solos dos segundos y ya conspiran en mi contra.

Vanessa me mandó una pequeña mirada en disculpa y estiró su mano libre, mientras Alaric buscaba con la mirada algo que le llamara la atención, yo tomé la mano de Vanessa y sus dedos lentamente se entrelazaron con los míos. Sentí una pequeña corriente por todo mi cuerpo, una que preferí ignorar, mientras ella empezaba a caminar, guiándonos hacia sabrá Dios donde.

¿Ya me dirás dónde estamos?

¿No es acaso más divertido verlo por ti misma?

Subimos unas escaleras, observando la gran luz que resplandecía del otro lado, Vanessa soltó mi mano para bajar a Alaric y él, ni corto ni perezoso, empezó a correr hacía la luz como si su vida dependiera de eso. Estuve a dos segundos de correr detrás de él, con mi omega tan preocupada como yo, cuando sentí un ligero tirón en mi brazo y bueno ¿Ya eso no es una costumbre nuestra?

Hey, está bien.

¡Pero se ha ido corriendo! Y no te ofendas, solo no tengo ni idea de si nos estás llevando al fin del mundo o quizás a...

Solté un ligero ronroneo cuando sentí las manos de Vanessa colocarse tiernamente en mis mejillas, sus labios se habían apoderado de los míos en una fracción de segundo, ni siquiera tuve fuerzas ni ganas para apartarme de ella, sentí el gemido lleno de felicidad de mi omega mientras cerraba los parpados y me entregaba completamente al dulce sabor de su boca, disfrutando de los lentos movimientos de su lengua delineando mis labios, mientras mi cuerpo empezaba a relajarse tanto ante su tacto. Una de sus manos bajó a mi cintura, acercándome a ella, pegando nuestros pechos y se lo hubiera agradecido, de no ser porque estaba más que entretenida en algo más.

Ladeé mi rostro mientras permitía que su lengua invada mi cavidad, solté un pequeño y vergonzoso gemido cuando sus dedos en mi espalda bajaron un poco, solo un poco, mientras mis manos subieron hasta casi tomarle el cuello, quería más, necesitaba más de ella, más de eso, lo que sea, solo... Más.

𝓣𝓱𝓮 𝓹𝓮𝓻𝓯𝓮𝓬𝓽 𝓸𝓶𝓮𝓰𝓪 || 𝒱𝒾𝓂𝑜𝓈𝓈𝒶 ||Where stories live. Discover now