꒒ꍏ ꉓꃅꀤꉓꍏ ꀸꍟ꒒ ꂦꀸꀤꂦ / Taunes.

[ 4 ]

La profesora, luego de dejar a Inés alli, se fue.

Inés movía sus manos inquieta, estaba nerviosa. Ella quería hablar con la chica del odio, pero parecía imposible hablar con ella.

-¿Puedes dejar de hacer ruido con tus manos?, me das más dolor de cabeza..- Dice Taurozzi algo estresada.

Rápidamente, Inés dejo de mover sus manos, no quería incomodar a la chica.

Pasaban las horas y Tau sentía que su cabeza iba a explotar, mierda, ¿Por qué no se trajo sus pastillas?, Inés noto eso, así que, algo nerviosa, llevo una de sus manos al pelo de Taurozzi, para empezar a hacerle piojito.

Tau al principio se movió, sin querer que le toquen el pelo, pero Inés insistió. Después de un tiempo, lo logro.

Taurozzi no sabía que Inés tenía un leve poder, el cual, le fue heredado por su madre antes de morir.

Poco a poco el dolor de cabeza se iba, empezando a sentir una especie de sueño, sus ojos se sentían pesados.

¿Le habrá hecho brujería?

Unos minutos después, sintió como levemente la mano de Civit se alejaba de su cabeza, sintiendo un golpe seco contra la mesa. Levanto su cabeza rápidamente (sin importarle mucho que su cabeza diera vueltas y sintiera el sueño invadir su cuerpo) y la vio "desmayada" en la mesa.

Taurozzi se asustó, hasta el punto que tuvo que acercar su mano a su cuello para tomarle el pulso.

Estaba viva.. estaba dormida.

Tau sintió sus mejillas arder, ¡Mierda!, la habia preocupado.

Aunque su preocupación desapareció, cuando por fin, el hechizo de Civit dió frutos.

Taurozzi cayó dormida en la mesa, cerca de Inés.

-Horas después.

La primera en despertar fue Inés, la cual, al ver a Taurozzi muy cerca de ella, se sonrojo. Acomodo mejor a Tau para que no siga durmiendo en la fría mesa, dejándola en su pecho y empezando a acariciarle el pelo.

Si, sabía que posiblemente Taurozzi (siendo la chica del odio), la mate al despertar y ver que está en el pecho de ella. Pero vamos, ella podía arriesgarse.

Tal vez, pasaba algo bueno.

-Porfavor Taurozzi.. no me mates.. solo quería acercarme a vos, aunque no sea la mejor forma de hacerlo..- susurro, deseándole a todos los dioses posibles que Tau no despierte.

Pero lastimosamente, Tau despertó. Sonrojandose al ver que estaba en el pecho de Inés.

-¿¡Q-qué mierda!?-