No tenías ni idea de dónde estaba Reid. Os habíais conocido en clase de psicología a la que ambos asistíais. Un día se te calló el bolígrafo al suelo y el se puso a explicarte la cantidad de gérmenes que el objeto había adquirido al haber caído al suelo que era pisado por tantas personas a lo largo de los años
Desde ese momento supisteis que Ibais a ser mejores amigos, y así fue. Sabías que a Reid no le gustaba ir de fiesta, a decir verdad a ti tampoco, pero cuando un par de compañeros de clase te propusieron ir a la fiesta de principio de curso, aceptaste creyendo que quizá podías pasártelo bien
Por supuesto invitaste a Spencer a ir contigo, y aunque al principio se mostró un poco reticente, al final acabó aceptando porque tú también ibas, y no quería dejarte sola.
Así que puntuales como un reloj, llegasteis a la fiesta sobre las doce de la noche. La mirada de Spencer se paseó entre la gente que se servía bebidas en una de las mesas del lugar, y las luces parpadeantes que hacían que tuviera que entrecerrar los ojos para poder ver.
-Iré a por algo de beber -anunciaste ladeando la cabeza hacia él- ¿Quieres algo?
-No sé si habrá agua, pero si no lo hay una coca-cola estaría bien -murmuró, tú asentiste con la cabeza-
-Puedo traerte agua del grifo, Spence -sonreíste- vuelvo enseguida -respondiste antes de alejarte hacia la encimera de la cocina con decisión-
No tardaste en encontrar un par de vasos que estuvieran decentemente limpios, así que vertiste el agua de Spencer y tu fanta en sendos vasos, y te encaminaste de vuelta al lugar donde le habías dejado, pero cuando llegaste no estaba.
Frunciste el ceño con extrañeza, a la par que girabas la cabeza a ambos lados, como si tu amigo fuera a aparecer de repente entre la gente, pero nada de eso sucedió.
Una sensación amenazó con cerrarte el flujo de aire a los pulmones, y notaste cómo la sangre abandonaba tu rostro. Tenías un mal presentimiento acerca de todo aquello, así que sin perder el tiempo dejaste los vasos en la primera mesa que encontraste y te abriste paso entre la gente, buscándole
Fue cuando escuchaste unas risas femeninas y un par de golpes cuando supiste lo que estaba pasando. Los sonidos provenían de la habitación que había al final del pasillo, así que te encaminaste hacia allí con firmeza, y cuando torciste la esquina no pudiste creer lo que veían tus ojos
Un trío de chicas que reconociste de compartir clase con ellas todos los días clavaron la mirada en ti mientras otros chicos te grababan con sus móviles
-Diana -gruñiste mirando a la rubia, que tenías claro que tenía algo que ver con todo lo que estaba pasando- ¿Dónde está?
-Tranquila t/n, le hemos hecho a tu amigo un regalo de bienvenida -soltó una risita por lo bajo- ya sabes, para que sepa que en la universidad no solo se viene a estudiar
-Eres una zorra -soltaste mirando el armario frente a ellos, sabiendo por donde iban los tiros- tiene miedo de la oscuridad y le has... -se te rompió la voz a mitad de la frase debido a la impotencia que sentías. Tenías ganas de llorar hasta quedarte sin aliento, pero no le ibas a dar la satisfacción de verte de esa manera, así que inspiraste hondo y continuaste hablando- las personas como tú no deberían haber nacido -murmuraste- de hecho, me sorprende que tú fueras el espermatozoide más rápido
Diana vio tus intenciones de acercarte al armario y se puso delante de ti para impedirte el paso. Alzaste la cabeza hacia ella y clavaste la mirada en sus ojos, y sea lo que fuera lo que vio en ellos, hizo que tragara saliva con fuerza, como un corderito asustado frente al lobo que se lo iba a comer vivo
-Apártate de mi camino Barbie, o me aseguraré de que el próximo cadáver que diseccionen en la clase de anatomía forense sea el tuyo –amenazaste-
Finalmente ella se apartó y le hizo un gesto a sus amigas para que la siguieran fuera de la habitación. Los chicos también desaparecieron, y tú te apresuraste a abrir las puertas del armario.
La imagen que tenías frente a ti hizo que el corazón se te encogiera en el pecho hasta el punto de que pensaste que iba a romperse. Spencer estaba acurrucado contra una de las paredes en posición fetal, abrazándose las piernas contra el pecho mientras decía algo en voz baja
-Spence –susurraste tocándole ligeramente el hombro, él se sobresaltó y abrió mucho los ojos cuando te miró- soy yo, t/n –murmuraste- no pasa nada, ya estoy aquí –sentiste las lágrimas calientes deslizándose por tus mejillas, al tiempo que le ayudabas a salir del armario- no debería haberte dejado solo, todo esto no habría pasado si yo hubiera...
-N-no es culpa tuya –consiguió decir él mientras parpadeaba varias veces para volver a adaptarse a la intensidad de la luz- podría haber sido mucho peor –se consoló antes de apoyar la mirada en ti- no llores, por favor –susurró alargando la mano hacia ti- ¿Puedo? –preguntó, tu asentiste y el te limpió las lágrimas con los pulgares, un gesto que provocó que tu corazón se saltara un latido en tu pecho-
-¿Estás bien? –preguntaste- creía que ellos... que tú... no sé si...
-Has venido a rescatarme –interrumpió amablemente, a la vez que asentías enérgicamente con la cabeza-
-Por supuesto que sí –soltaste mirándole fijamente- ¿Acaso lo dudabas?
-Ni por un instante –respondió haciéndote sonreír- gracias
Entonces envolvió los brazos a tu alrededor y te abrazó, un gesto que sabías que no tenía con todo el mundo y que hubiera elegido tenerlo contigo indicaba que habíais dado un paso más en vuestra amistad.
Y todo había sido por un bolígrafo
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MULTIFANDOM SHOTS (6)
FanfictionBueno, pues este es el sexto libro de shots multifandom que escribo. ¡Muchas gracias por vuestro apoyo y por la cantidad de lecturas que les estáis dando a los anteriores tomos! ¡Love you 3.000! 🖤 ¡Espero que os guste! 😊 PEDIDOS ABIERTOS
