Me mordí fuerte la parte interna de la mejilla. Tragué saliva, haciendo un esfuerzo enorme por no mostrar nada en mi rostro.
Susannah siguió hablando, ajena a mi tormenta interna:
—Qué lástima que no quisiste ser una debutante. Imagínatelo, cariño… tú con Jere y Conrad con Belly. ¡Dos parejas hermosas!
Yo con Jere.
Las palabras me atravesaron como una lanza. Tragué el nudo en la garganta y me obligué a mantener la pose, los ojos fijos en un punto de la pared.
No podía llorar. No aquí.
—Ana… —la voz de Susannah me sacó de mis pensamientos—. ¿Tú estás interesada en alguien?
Por un segundo me quedé helada, con el corazón golpeando en mis costillas. La respuesta se formó sola en mi mente: Sí. Tu hijo. Tu hijo, y no debería.
Pero lo único que hice fue negar con la cabeza, apenas moviéndola, con una sonrisa forzada.
—No… no, en nadie.
Susannah me observó un momento, como si quisiera leer más allá de mis palabras, pero al final solo sonrió, tierna, y volvió a su lienzo.
Yo me quedé ahí, inmóvil, sintiendo que si me movía un poco, todo se derrumbaría.
—Tu madre me contó que piensas aplicar al viaje de intercambio a España este año —dijo Susannah de repente, sin apartar la vista del lienzo.
Me relajé un poco. Al menos esa pregunta no dolía.
—Sí… —respondí bajando la voz, con una sonrisa tímida—. Lo intenté el año pasado, pero no di el puntaje necesario en el examen.
Susannah levantó la mirada, interesada.
—¿Y este año?
—Este año estoy decidida a lograrlo. —Mis ojos brillaron al hablar, porque era algo en lo que realmente creía—. Estuve practicando muchísimo, incluso con podcasts en español, y mi mamá me consiguió un profe particular. Si todo sale bien… para esta vez ya debería estar lista.
Susannah sonrió con orgullo, como si fuera su propio proyecto.
—Eso me encanta de ti, Ana. Que cuando decides algo, lo intentas hasta el final. Vas a lograrlo, cariño, no lo dudo.
Yo le devolví la sonrisa, sintiendo una especie de calor en el pecho. Era fácil hablar con ella, más fácil de lo que debería.
Pero entonces, el ruido de la puerta abriéndose interrumpió el momento.
—Mamá, ¿has visto mis—?
La voz grave de Conrad llenó el estudio. Entró sin mirar al principio, pero en cuanto sus ojos se posaron en mí, sentada con el vestido azul, inmóvil bajo la luz de la ventana, su expresión cambió.
Se detuvo. Literalmente se detuvo en seco, como si hubiera entrado en un cuadro en lugar de un cuarto.
Yo me tensé al instante, mis manos apretadas contra la tela del vestido, sintiendo que me ardían las mejillas.
—Oh, Connie —dijo Susannah, divertida, como si no notara la electricidad en el aire—. Justo lo que necesitaba, ven. Mírame a Ana, ¿no es preciosa para este retrato?
La respiración de Conrad se volvió casi imperceptible. Su mirada recorrió mi rostro, el vestido, mi postura rígida. Parecía que iba a decir algo, pero lo único que hizo fue asentir lentamente.
—Sí… lo es.
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"𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒖𝒎𝒎𝒆𝒓 𝑾𝒆 𝑪𝒐𝒖𝒍𝒅𝒏'𝒕 𝑻𝒆𝒍𝒍"
Fanfiction"𝑻𝒉𝒆 𝑺𝒖𝒎𝒎𝒆𝒓 𝑾𝒆 𝑪𝒐𝒖𝒍𝒅𝒏'𝒕 𝑻𝒆𝒍𝒍" El verano que no pudimos contar. |•En un verano lleno de secretos y emociones a flor de piel, Ana y Conrad se encuentran compartiendo una aventura que nadie puede descubrir. Entre miradas furtivas...
12 •the third •
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