—El pulso... —mi voz salió rota, pero firme—. El pulso está llegando hasta Auradon. Está alterando la magia.
La cabaña quedó sumida en un silencio espeso. Nadie respiró, nadie se movió.
Me levanté con lentitud, dejando a Zed entre las mantas. Mis pasos resonaron hasta la puerta, y cuando la abrí, el aire frío de la noche me golpeó.
—Debo hablar con mi padre —murmuré, más para mí que para ellos.
Y sin mirar atrás, crucé el umbral.
La cabaña quedaba atrás, el murmullo preocupado de todos apagándose a cada paso. El aire nocturno estaba frío, y con cada bocanada sentía cómo la ansiedad se aferraba más a mi pecho. No podía quedarme quieta, no podía mirar a Zed desvaneciéndose sin hacer nada.
me detuve frente al bosque oscuro, cerre los ojos y deje que la brasa en mi pecho ardiera, invocando lo único que podía traerme un poco de calma.
—Papá... —susurre, y la llama azulada del inframundo abrió un portal frente a ella.
Hades emergió entre sombras, su melena ardiente iluminando el claro. me observó con esa mezcla de cansancio y ternura que solo él tenía para mi, su hijita
—Lilith. Ya es tarde para llamadas familiares. ¿Qué demonios pasa?
mi voz salió quebrada, cargada de todo lo que llevaba reprimiendo desde que Zed cayó.
—Es Zed... mi hermano. El pulso está destrozando su Zombie Band. Si no lo detenemos... él... él se va a quedar como un zombie para siempre. —mis palabras se rompieron en un hilo de aire.
Los ojos de Hades brillaron, serios.
—¿Ese mismo pulso que escuché nombrar en Seabrook?
—Sí, pero no es solo aquí — aprete los puños—. Está llegando a Auradon, está alterando la magia, Papá. Lo sentí. Uma también lo sintió. Esto no es solo un accidente, algo está ocurriendo.
Hades entrecerró los ojos, su fuego azul oscilando.
—Eso explicaría por qué los dioses han estado inquietos últimamente...
di un paso hacia él, con lágrimas contenidas.
—Por eso te busqué la otra noche.... por eso te invoque ahora..., Porque no confío en nadie más. Zed ha estado siempre para mi... para mi el es mi vida, me sacaste de la Isla y me diste la oportunidad de tener una vida. Y ahora siento que lo voy a perder, y no sé cómo detenerlo. Solo tú sabes de estas cosas, de magia antigua, de fuerzas que nadie más entiende.
Hades bajó la mirada, más vulnerable de lo que yo esperaba.
—Crees que porque soy un dios tengo todas las respuestas, pero esto... esto no es cualquier pulso, Lilith. Si realmente está alterando la magia en Auradon, hablamos de algo que tiene raíces en fuerzas muy antiguas, casi como yo
lo mire con desesperación, como si la vida de Zed dependiera de esa respuesta.
—Entonces dime qué hago. ¿Cómo lo salvo? ¿Cómo detengo esto antes de que consuma a todos?
Hades extendió una mano, la colocó suavemente sobre mi mejilla. Su fuego iluminó las lágrimas que finalmente se escapaban de sus ojos.
—Lo primero es que no cargues con todo tú sola. Zed es fuerte, mucho más de lo que parece, y tú no estás sola en esto. Pero... si el pulso se está propagando, algo lo está provocando. Y ese algo tiene un propósito.
—¿Un propósito? —repeti, con un escalofrío.
—Sí —Hades asintió lentamente—. Y te lo advierto, hija mía: quien controle el pulso no solo amenaza a Zed o a Seabrook. Amenaza a Auradon, a la Isla, y a ti.
respire hondo, tragándome el miedo, sintiendo cómo sus piernas temblaban.
—Entonces necesito que me digas dónde empezar.
Por primera vez, el rostro de Hades se endureció en completo silencio. El fuego de su cabello chisporroteó más alto, como si dudara entre protegerla o soltarle la verdad.
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𝐛𝐞𝐭𝐰𝐞𝐞𝐧 𝐟𝐢𝐫𝐞 𝐚𝐧𝐝 𝐟𝐚𝐧𝐠𝐬 || 𝐙𝐨𝐦𝐛𝐢𝐞𝐬 𝟒
Science FictionFui criada entre luces perfectas, reglas estrictas y sonrisas vacías. En Auradon, la oscuridad era un error que debía corregirse, no una parte de uno. Pero nunca dejé de pensar en Seabrook, en ese caos vibrante de colores, criaturas y secretos. Ahí...
