Capitulo 41

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- Si realmente en algún momento pensasteis que estabais a salvo, os equivocabais – su tono de voz parece monótono como si esas palabras no fueran suyas y fuera otro el que las ha escrito – ni cuando os sacamos del infierno blanco y llegasteis al internado, ni cuando os escapasteis con los hermanos León, ni siquiera cuando llegasteis a la base Kane.

El único pensamiento en mi cabeza es que la basa Kane es segura, son los rebeldes a los científicos quienes la gestionan, ellos nos salvaron. ¿No?

- Todo lo que hicimos lo hicimos para poneros a prueba, sin duda alguna habéis hecho un buen examen, chicos. Habéis aprobado sin mayor esfuerzo - ¿sin mayor esfuerzo? Su voz suena sarcástica. Nos hemos dejado la piel intentando escapar de ellos y ahora nos dicen que no estamos a salvo, ¿Qué nos siguen la pista? – no hace falta que huyáis mas de nosotros, estáis a salvo ya. No os vamos a poner más peligros delante.

Su voz no me dice nada, pero sus palabras sí. Sus palabras han sido escritas por otra persona, una persona cuya voz no volveré a oír en mi vida, mi tío. Un traidor.

- ¿De qué está hablando? – Ed busca la mirada de Mario y Lucas. Pero los dos ancianos parecen tan perdidos como nosotros, o más si es posible.

- Los límites de resistencia ante los problemas que os hemos planteado han sido más elevados de lo que cabía esperar en un principio, y todas las grandes empresas que han financiado vuestra creación estarán más que satisfechas con los resultados mostrados. Solo tenemos una cosa que decir de parte de todo el equipo directivo: gracias.

Y luego nada, ni un pitido ni un sonido que mostrara que el cabronazo se había callado.

Todo mi mundo da vueltas, y me siento mareada como si viviera en un juego y esto solo fuera un GAME OVER que se pudiera reiniciar. Pero como cada vez que el gran jefe te derrota, no te lo crees y te cabreas con el juego, tirando el mando a tomar por culo y resignándote a que tienes que subir de nivel antes de volver a intentarlo.

- Estarán de broma, ¿no?

Miro a todos mis amigos y susurro a la pregunta de Ed.

- No, no es una broma.

Recorro sus rostros con rapidez, encontrándome con los ojos rojos de Eva que parece más asustada que nunca.

Debería haberlo esperado, como podía siquiera haber pensado que habíamos escapado de ellos. Falsas esperanzas que nunca cambian. Trago saliva y se me empieza a formar un nudo en el estomago, miro los números de ascensor. Estamos en el tercero.

- ¡Tenemos que salir de aquí! – grito, pero todos están quietos en su sitio, mirándose los pies sin saber qué hacer. – Lucas. – le miro y el reacciona por un momento. – ¡chicos tenemos que parar este ascensor!- vuelvo a gritar pero me calmo un momento - Estarán esperándonos en la planta baja. – bajo la voz y miro hacia Mario y Luis en busca de una simple mirada, algo que me de ayuda. Algo que nunca encontré.

Busco a Dan, pero el tampoco esta entero, no ha desviado su mirada de mi desde que la transmisión acabo, y parece que se va a desmoronar en cualquier momento.

- Dan – susurro – por favor.

Entonces antes de llegar al segundo piso el ascensor se detiene. Me desestabilizo y busco algo a lo que aferrarme, por suerte mis manos topan con el cuerpo de Dan que me sujeta contra su pecho con fuerza. Miro hacia arriba y me encuentro con sus ojos, parece herido. El ascensor no tarda en volver a ponerse en movimiento. Esta subiendo.

- Tenemos que salir de aquí chicos. – repito con voz calmada.

Entonces Lucas por fin reacciona, deja a Eva en el suelo y se acerca a las puertas con rapidez, Ed le sigue y los dos se ponen a tirar de las puertas hacia los lados, intentando separarlas sin resultado.

- Soy yo o el ascensor está subiendo más rápido. – Maya mira hacia el techo como si eso pudiera darle más respuestas.

Dan me suelta y va a ayudar a los chicos, Luis y Mario no tardan en ir.

Las puertas no se mueven ni un centímetro.

Miro los números del ascensor. 13. 14. 15.16.

Estamos volviendo a la planta de mi habitación. Donde están todos los mutantes.

Llegamos al piso veinte y el ascensor se detiene. El pitido que avisa que hemos llegado a nuestro destino se cuela por mis oídos y se mete bajo mi piel como una sentencia de muerte.

- Tenemos que correr – dice Mario, en cuanto se abran las puerta corred.

Dan que está pegado a ellas da tres pasos hacia atrás sin apartar la mirada de la salida y alarga una mano hacia mí, la cojo y aprieto con decisión.

Esto no es el fin, no nos vamos a rendir aquí.

Lucas vuelve para coger a Eva en brazos. Nos miramos entre todos y a pesar de la situación, nos sonreímos unos a otros.

¿Una sonrisa de despedida?

Sonrisas que ocultan miedo, miradas que destellan ira, cuerpos que denotan tensión. Correr como única misión.

Las puertas se abren y vemos el pasillo desierto, salimos disparados como unas balas adentrándonos en el edificio dejando atrás el ascensor que se convirtió en nuestra cárcel por unos minutos.

Mi pelo se esparce detrás de mí como una cortina pesada y al momento dejo salir mi animal a la superficie. No pierdo velocidad, simplemente caigo en mis patas delanteras ya en mi forma salvaje. Un rugido de liberación surge a través de mis fauces abiertas. Al momento veo aparecer a mi lado una mancha negra que me mira con lo que podría considerarse una sonrisa arriesgada y provocadora, con los colmillos sobresaliendo provocadoramente.

Mi Dan.

Más adelante Mario, Luis y Ed ya están en sus formas animales.

No necesito mirar para atrás para encontrarme con el jaguar el leopardo de las nieves y el lobo salvaje. Los noto cerca, se han vuelto tan importantes en mi vida que si no están no sabria que hacer.

Son mi familia, y por ellos daría mi vida.

Because we canDonde viven las historias. Descúbrelo ahora