𝑶𝒖𝒓 𝒑𝒓𝒐𝒎𝒊𝒔𝒆 𝒐𝒇 𝒍𝒐𝒗𝒆 -ᴹⁱᵍᵘᵉˡ ᴹᵒʳᵃ 🤍

"𝑨 𝒍𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝒋𝒐𝒌𝒆"- 𝒄𝒂𝒑 36

𝐌𝐚𝐝𝐢𝐬𝐨𝐧 𝐓𝐡𝐚𝐦𝐞𝐬

Abrí los ojos lentamente, sintiendo la luz colarse por las cortinas mal cerradas de la habitación de Madeleine. Lo primero que pensé fue que dormir en el suelo no había sido mi mejor idea; tenía la espalda hecha pedazos y mi cabello seguramente parecía un nido. Me incorporé un poco, tratando de no hacer ruido, pero la escena frente a mí me arrancó una sonrisa inevitable, Jacob roncaba con la boca abierta, como si estuviera en pleno concierto, y Madeleine abrazaba una almohada con tanta fuerza que parecía que alguien iba a arrebatársela en cualquier momento. A mi lado, Miguel murmuró algo entre sueños, con la voz grave y medio adormilada.

-No sé si esto cuenta como pijamada… o como tortura medieval.- tuve que taparme la boca para no soltar una carcajada y despertarlos a todos de golpe.

-¿Tanto te quejas?.- pregunté con una sonrisa.

-No siento mi espalda.- se quejó, y yo solté una leve carcajada.- ¿Y tú?.- me señaló con la cabeza.

-¿Yo qué?.- pregunté confundida.

-Parece que un perro te mordió la cabeza.- respondió, y entendí que era por mi pelo.

-Cállate.- susurré, intentando acomodar mi cabello.

-¿Crees que se enojen si nos vamos a desayunar sin ellos?.- preguntó Miguel, mirando a los otros.

-Jacob tal vez nos perdone, pero Madeleine definitivamente nos odiará el resto de la semana.- respondí mirándolos.

-¿Crees que algún día vuelvan?.- susurró Miguel, y yo lo miré con una mueca.

-No lo sé.- contesté en el mismo tono, recordando las palabras de Madeleine en la playa.

-Yo creo que sí, Jacob la sigue queriendo.- añadió Miguel.

-¿Fue idea de él?.- pregunté divertida, y él me miró.

-Fue de ambos.- respondió.

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2:39am

Estaba hablando con Madeleine sobre el viaje que habíamos tenido en su habitación, ya que los chicos se habían dormido en la habitación de invitados.

-¿Entonces crees que Mason y Mckenna están comprometidos?.- preguntó Madeleine mirándome raro y yo me encogí de hombros.

-No lo sé, es eso...- la miré.-...o Mason es un perro pegado a ella.- añadí, y ambas reímos.- Recuerdo cuando se quejaba de ser el mal quinto.- soltamos una carcajada al unísono.

-Y ahora parece chicle con Mckenna, quién lo diría. Solía ser el soltero del grupo y ahora es el único en una relación.- asentimos juntas y seguimos hablando, hasta que fuimos interrumpidas por un ruido afuera de la habitación.

-¿Escuchaste eso?.- le pregunté, y ella asintió mirando la puerta.

-¿Seguirán despiertos?.- habló, y yo me encogí de hombros.

-Tal vez les dio hambre.- justifiqué.

-Jacob prefiere morir de hambre que levantarse por algo.- respondió Madeleine.