Capítulo 26.

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CAPÍTULO 26.

Noah.

Si de algo estaba seguro era que yo tendría el apoyo del equipo de football para poder hablar con Mia. Ellos aceptaron en cuanto les conté todo lo que había pasado.

-¿Empezarán sin mi?.-Dije antes que Mia girará esa botella.

-¿Noah?.-Dijo Mia encontrándose con mis ojos.

-Mia.-Dije con una sonrisa en rostro.

Ella se veía tan linda como siempre, me acerqué a la fogata y ella seguía estupefacta con mi presencia.

-¿Estas aquí?.-Tenía una sonrisa en él rostro.

-Estoy aquí.-Dije cuando ella se levanto del piso y se acercó a mi.

-¿Que haces aquí?.-Cambio su tono de voz ahora se escuchaba enojada.-Vete con Julietta, no te quiero ver.

-Mia, escuchame por favor.-Dije callando su boca con mis manos.-Te quiero e mi presente y mi futuro, pues me siento más seguro cuando estas aquí a mi lado...Que tu me quieras es mi gran orgullo. Espero darte todo lo que anhelas y mi amor a manos llenas siempre va a estar disponible. No quiero que conoscas la tristeza, que tu alegría y tu belleza siempre sean infestructibles.

Ella escuchaba cada una de mis palabras sin interrumpir, y los ojos de todas las personas se postraron en nosotros.

-Tenerte significa que estoy vivo, que camino y que respiro que funcionan mis sentidos. Tenerte es como estar de buena suerte, por que nada mas con verte soy feliz como lo eh sido. Tenerte es lo mejor que me ah pasado.

Estaba siendo honesto, tener a Mia en mi vida era una gran bendición, ella le trajo felicidad.

-¿Estas hablando en serio?.-Dijo ella con agua en los ojos.

-No, no llores.-Dije limpiando sus lagrimas.

-Son lágrimas de felicidad.-Dijo entre lágrimas y sonrisas.

-Entonces ¿Que dices? ¿Me das una oportunidad para hacerte feliz?

-¿Es en serio?

-Si, ¿Por que no me crees? ¿Quieres ser....

-LA CENA ESTA LISTA!.-Gritó la madre de Mia desde su casa interrumpiendo mis palabras.

Me sentía tan tonto, ¿Por que siempre nos interrumpian?

Los chicos que estaban ahí corrieron para adentrarse a la casa de Mia, era comida gratis ¿Quién no iria? Por lo tanto Mia y yo nos quedamos solos en el patio.

Creo que Mia a cambiado mi vida, antes era un "Junior" gastaba dinero en cosas sin importancia, buscaba a las chicas solo por sexo. Nunca en mi vida había dicho cosas tan cursis como con Mia ¿Que me dio ella? ¿Por que cambie de este modo?

-Mia me voy, creo que tus padres no me quieren ni ver ya que me negaron la entrada a tu habitación en el hospital.

-¿Que? No.-Dijo con confusión.-Tu nunca fuiste.

-Yo fui, pero no me quisieron dejar verte. Te iba a decir que Julietta ya no era problema, pero no quisieron escucharme.

-Ellos...me mintieron.-Dijo esta cabizbaja.

Yo no quería que Mia se enojara con sus padres. Ellos tenían una muy buena relación y se dañaría por mi culpa.

-Mia, esta bien ya no importa...Ya estamos juntos.

-Pero ellos me hicieron creer que tu no habías ido a verme y era todo lo contrario.

-Ya no importa ¿Si? Ya estamos juntos y estamos bien.

Tomé su barbilla y me acerqué a su cuerpo. Otra vez sentía una corriente por todo mi cuerpo, otra vez besaría esos labios rosados. Ella se detuvo antes que yo pudiese pescar sus labios.

-¿Que pasa?

-Nada.

Dijo y se aventó a besar mis labios, esa era mi chica...digo mi amiga, aun no era mi novia. Pero pronto lo sería.

-¿Pasarás?.-Preguntó.

-No creo que sea lo mejor.

-Ven conmigo.-Sonrió y me tomo de la mano jalando mi brazo para que siguiera sus pasos.

-Esta bien.

Entramos a casa de Mia y nos dirigimos al comedor central, ahí estaban todos con gran felicidad, otros estaban en la sala de estar comiendo.

Al entrar los padres de Mia me miraron y borraron sus sonrisas.

-Mamá, papá ahora si estoy completamente feliz.-Dijo Mia mientras tomaba mi mano.

-Me alegro.-Dijo la madre de Mia ahora con una sonrisa en el rostro.

Ahora entendía, ellos apoyaban a Mia en todo, si ella decía que no me quería ver ellos tampoco me querían ver, pero ahora que ella dijo que estaba feliz con mi presencia ellos me regalaron una sonrisa.

-Pasa a comer de mis delicias.-Dijo la madre de Mia.

-Gracias señora.-Sonreí y pase al comedor donde ya se encontraba Aiden el padre de Mia.

-Llámame Jackie.

No miento tenía nervios, estar en la misma mesa que el papá de la chica que te gusta era raro. Las chicas con las que salí antes nunca me presentaron a sus padres, solo Julietta pero todo era por compromiso con los míos así que eso no cuenta.

-Señor Aiden...Quisiera decirle algo.-Dije.

Quería pedirle permiso de estar con su hija, y creo que esta era la mejor oportunidad que tenía.

-¿Que harás?.-Dijo Mia en mi oído.

-Le pediré permiso para que seas mi chica.-Le susurre al igual que ella lo hizo.

-¿Que tienes que decirme?.-Dijo.

No sabía como decírselo ¿Me deja estar con su hija? ¿Me permite hacer feliz a su hija? ¿Me dejaría ser la persona que le saque sonrisas a Mia? No tenía palabras para decirle... era la primera vez que haría esto, ¿Será que es lo mejor para demostrarles que quiero algo serio con Mia?

-¿Noah?...

-Lo siento, me perdí en mis pensamientos.-Sonreí y tomé aire.

-Entonces ¿Que querías decirme?.-Dijo Aiden tomando el cuchillo valla manera de espantar a los pretendientes de su hija.

-Yo...Yo quisiera pedirle...Si me deja ser....

-¡DIOS!.-Interrumpió.-Hoy juega el Real Madrid.-Se paró de la mesa.-Hablamos luego Noah.-Dijo y se marcho.

¿De verdad?

Ahora, otra vez no me dejaron terminar de hablar. ¿Cuando podría decirle a Mia que si quería ser mi novia? ¿Cuando podría decirle a su papá que si me daba permiso? Esto era algo que me sacaba de mis casillas.

MIA.

Después de un par de horas todos se fueron de mi casa, solo quedaron mis padres y yo. Yo estaba sola y aburrida así que decidí ir al cuarto de televisión con mi padre.

-¿Ya terminó el partido?.-Dije.

-Nunca comenzó.-Dijo el sin que yo pudiese entender a lo que se refería.-Yo no quería que Noah me pidiera ser tu novio.

-¿Que? Papá.-Dije entre risas.

-Aun eres muy pequeña. Tal vez cuando tengas cuarenta.

-Genial.-Sonreí.

Ese era mi padre.
***






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