Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Eros había disparado flechas durante siglos.
Clavó deseo en reyes, pasiones en héroes, y anhelos en corazones dormidos.
Pero nadie...
nadie lo había amado primero.
Hasta que Anteros llegó.
No como un relámpago.
No como una súplica.
Sino como una pregunta sin respuesta... que, por fin, tuvo voz.
—
—¿Por qué me miras así? —preguntó Eros, mientras sostenía un arco sin cuerda.
Anteros sonrió.
—Porque tú siempre pensaste que amar era dar.
Y yo vine a devolverte todo lo que diste.
Se sentaron entre campos de flores que no marchitaban.
El aire olía a promesa cumplida.
—Durante siglos creí que el amor era una condena —murmuró Eros—.
Una cuerda que solo yo sostenía.
Hasta que tú tiraste del otro extremo.
Anteros le tocó los labios con un dedo.
—Ya no estás solo.
Ni siquiera cuando callas.
—
Eros bajó la cabeza.
—Me enseñaron a querer como un incendio.
Pero tú me estás enseñando a querer como una raíz.
Anteros lo abrazó por la espalda.
—Y tú me enseñaste a florecer sin miedo al invierno.
—
Cuando se besaron, el mundo no explotó.
El cielo no cambió de color.
Pero dentro de ellos...
todo se reordenó.
Porque ya no eran Eros, el deseo, y Anteros, la respuesta.
Eran simplemente dos corazones
que se eligieron sin huir del espejo.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
En un rincón del tiempo que no pertenece a ningún reloj,
Morfeo y Hipnos tejían sueños juntos.
La noche no tenía fin.
Pero tampoco urgencia.
Morfeo dibujaba paisajes invisibles en el aire.
Hipnos lo miraba, sin decir palabra, con los ojos medio cerrados pero el alma muy despierta.
—¿No te cansas de soñar para otros? —preguntó Hipnos, envolviéndolo con su túnica.
—Solo me cansa no soñarte a ti.
Hipnos se sentó junto a él.
—¿Y qué soñaste hoy?
Morfeo cerró los ojos.
—Soñé que dormíamos abrazados...
y que al despertar, aún estábamos juntos.
Hipnos le acarició el cabello, como quien peina la noche.
—Entonces... quédate dormido.
Y no despertaremos nunca.
—
El universo los vio, pero no interrumpió.
Porque incluso los dioses sabían que ese amor no necesitaba pruebas, ni batallas, ni promesas.
Solo sueños compartidos.
Y así, en un rincón donde el tiempo no entraba,
donde ni Cronos ni la guerra ni la luz podían alcanzarlos,
dos seres dormían...
no para escapar,
sino para encontrarse siempre.
YOU ARE READING
🕯️ Los que no pueden morir
Historical FictionEn un universo mitológico moderno, donde las antiguas deidades aún existen escondidas entre los humanos, Cronos ha permanecido oculto durante siglos después de ser encerrado por los dioses. Pero logra escapar... y lo primero que busca es a Tanatos...
