El primer lugar que me presentaron fue el cuarto de Javiera. Al parecer su compañero le había dejado tener una habitación individual, no estaba segura si era un momento seguro para hablar, pero de cualquier manera lo hice.

-- Necesito que me ayudes con algo, tengo que ir a un lugar a solas pero nunca logro liberarme de Andrew -- Hice una pequeña pausa -- Voy a saltar por la ventana, puedes quedarte acá y prometerme no decir nada de eso hasta que ellos se den cuenta por su si mismos que escapé. Y también puedes salir conmigo pero no podemos ir juntas a donde yo iré.

No confiaba completamente en el lugar al que me dirigía, podía ser algún tipo de trampa de los hombres lobos y yo no arriesgaría a Javiera en ese lugar, no creía poder soportar que algo le pasara por mi culpa, en cambio si ella se quedaba acá estaría segura, aunque podría pasar momentos tensos por parte de Andew.

Ella decidió salir por la ventana junto a mi.

Ambas habíamos demorado un poco en encontrar alguna manera de llegar al suelo sin lastimarnos por la caída de dos pisos. Finalmente hicimos algo parecido a una escalera con unas cuerdas que por alguna razón ella tenía en su habitación

La escalera no llegaba hasta el suelo, pero logramos reducir la caída a solo un metro solo. Una distancia suficiente para no matarnos en el intento de fuga. 

Caímos de la manera adecuada, por lo que no existió algún tipo de dolor.

Caminamos juntas sin rumbo por un rato, hasta que ella finalmente decidió alejarse de mi camino diciendo que tenía unos asuntos que resolver. No la detuve. Ella estaría bien por su cuenta.

Mientras que habíamos estado juntas ella me dijo que no quería ir a la escuela, pero ahora que sabía que yo estaría ahí pensaría en inscribirse. 

Javiera estaba actuando de una manera muy misteriosa, por un momento pensé que ella  tal vez estaba metida en cosas como yo, probablemente ilegales y prohibidas.

Ella estaba caminando con demasiada confianza, eso me dejó saber que al contrario de mi ella si sabía donde se dirigía.

Había estado caminando sin dirección durante lo que pudo ser perfectamente una hora, había pasado unos minutos dando vueltas en círculos sin darme cuenda, pero de alguna manera había logrado encontrar la calle del mensaje.

El edificio  que  decía  la  dirección era  el  mas  alto de la cuadra,   no  fue  un  problema  llegar  hasta el.

Es grande, probablemente tiene unos cinco o seis pisos, todas las ventanas se encuentran con rejas para evitar que alguien pudiera entrar por ellas, o tal vez salir. Era un edificio viejo, y tenía el color marrón mezclado con gris que siempre toman las estructuras así.

Por la calle no habían demasiadas personas, y ninguna de ellas me había dado siquiera una sola mirada.

El edificio desde fuera era intimidarte, tenía  que admitir eso, estaba indecisa sobre si debía tocar la puerta o salir corriendo de ahí y intentar volver a donde estaba Andrew, o mejor dicho tendría que esperar que él me buscara porque yo no recuerdo como volver.

Mentalmente hice una cuenta desde el diez hasta el cero mientras que acercaba mi dedo lentamente al interruptor del timbre. Entonces llegué a cero y lo apreté.

El sonido de este era tan fuerte que desde afuera se podía escuchar la melodía, aunque desde mi lugar era muy baja.

Decidí contar los segundos que demoraban en abrir.

Cuando estaba en el veinticinco se comenzaron a escuchar pasos desde el interior del edificio y al alcanzar los treinta la puerta se abrió.

--¿Quién eres? -- Preguntó el hombre quien había abiero la puerta. Me quedé sin nada que decir durante unos segundos. Él entrecerró sus ojos hacia mi de manera amenazante, eso me hizo pensar que tal vez tenía la dirección equivocada.

-- Me llamo Gwendolyn -- Finalmente encontré mi voz, me aseguré de que fuera tierna.Él parecía ser un hombre rudo e irritable, yo no quería que me voz fuera agresiva y no enojara. Quería evitar una posible paliza.

-- Espera acá, niña -- Dijo él y antes de que yo pudiera decir algo más la puerta se cerró de golpe, justo frente a mi cara.

Que él me llamara niña no me gustó demasiado, yo le había dicho mi nombre, él era el que no se había presentado. Definitivamente ese gorila no tenía modales.

Me quedé de pie en el mismo lugar por lo que calculé tres minutos, minutos desperdiciados de mi vida, entonces la puerta se abrió. Ahora no se encontraba ahí el mismo hombre que abrió la primera vez, en cambio había una chica.

-- Así que tu eres Gwendolyn-- Dijo ella más para si misma mientras una sonrisa se formaba en sus labios -- Es un placer conocerte. Me alegra que pudieras encontrar la dirección, no todos pueden en su primera vez.

No podía evitar preguntarme si debía sentir alivio por no haberme equivocado de dirección, tal debería sentir preocupación por mi bienestar. Estaba frente a extraños. Ellos parecían saber un poco de mi, aunque yo no sabía nada de ellos.

-- ¿Hola? -- Mi saludo sonó como una pregunta. No quería que mi inseguridad se notara, eso me dejaría ver más vulnerable.

-- Entra -- Indicó la mujer desbloqueado la puerta y dando el espacio para que yo entrara. Tomando un respiro profundo di dos pasos dentro y esperé a que ella cerrara la puerta y se adelantara a mi para poder guiarme por la casa.

Pero eso no sucedió. La esperé unos segundos hasta que voltee mi cabeza y me encontré con la sorpresa de que ella no estaba ahí. Ella me había dejado sola.

-- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? -- Pregunté con voz firme y fuerte. No quería adentrarme en el enorme edificio sola, estaba segura de que eso no quería una buena idea. Mi mejor opción era quedarme en ese lugar y esperar que otra persona fuera a mí.

No recibí­ respuesta.

Estaba a punto de amenazar con irme si no se presentaba nadie cuando escuché un grito desde el interior de la casa.

-- ¡Por acá!-- Dijo esa voz de mujer.

Tomando una bocanada de aire comencé a caminar lentamente por el pasillo en la dirección que había escuchado esa voz. Finalmente me encontré cara a cara con otra chica.

Ella, al igual que la anterior, parecían ser demasiado jóvenes. No parecían superar los veinte años.

-- Si te llamas Gwendolyn sígueme -- Dijo esta muchacha dando media vuelta y comenzando a alejarse. Ella compartía la amabilidad del primer hombre que vi.

Por unos minutos dudé si debía seguirla o no, pero después de pensar que si creen que yo no soy Gwendolyn, si no una intrusa en su casa me pueden hacer cosas peores de las que pueden hacer si saben que realmente soy.

Así que comencé a caminar detrás de la muchacha.

Finalmente ella se detuvo cuando se encontraba frente a una puerta de madera blanca cerrada y me hizo una señal para que entrara primero.

-- Entra -- Indicó la chica cuando yo no me moví-- Te están esperando dentro.

Pude percatarme de que estaba hablando de una persona. Adentro me estaba esperando lo que podía ser perfectamente un grupo de asesinos.

Salir de ese lugar sería lo más sensato que podría hacer.

Pero de cualquier manera, empujé esa puerta y entré a la habitación.

CCH: Casa para Compañeros Humanos #Wattys2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora