Todos los estudiantes del colegio que se habían mantenido alrededor, ahora estaban mirando fijamente la escena. Algunos murmuraban cosas que no alcance a escuchar mientras que otros simplemente nos observaban con mirada escrutadora. Max, se enderezo notablemente, tomo un poco de aire y luego lo soltó sonoramente para después mirarme de nuevo todavía con las pupilas a punto de estallar. Tomo mi muñeca fuertemente y yo respondí con una mueca de dolor.

-Emilia no es para que te pongas de ese modo.- murmuró con voz fuerte como si quisiera que los demás escucharan, sin dejar de apretar mi muñeca la cual escondía al lado de mi cadera para que nadie supiera lo que me producía el gesto de dolor.

-suéltame ¡ahora!-replique.

-cállate- escupió cerca de mi oído.- no permitiré que nadie me vea débil delante de una mujer en pleno pasillo. Ven.

Me arrastro por en medio de la gente que aún nos miraba pero ya algo más disimulada.

-son solo unas pequeñas discusiones de pareja. Ya saben- repetía Max a unas personas para que dejaran el tema de lado- puntualizo la misma frase unas cuantas veces más, pico el ojo a otras pocas personas y luego continuo caminado sin dejar de soltarme el brazo.

-a donde me llevas, estás loco ¡suéltame!-forceje unas cuantas veces ignorando el dolor que me producía. Llegamos a un lugar apartado de las miradas de la gente y me estampo contra la pared.

-me la he pasado casi todo este maldito año intentando ser lindo contigo ¿y que consigo? Que me ignores y tras del hecho mires con esos ojos que tanto deseo a otro tipo que ni conoces.

Estaba asustada, el miedo de que el me hiciera daño recorría cada pedazo de mi cuerpo haciendo que todas mis extremidades temblaran y que se me erizara el bello.

-no voy a hacerte daño, pero no puedes golpearme en frente de todos así como así- de repente su humor había cambiado, a pesar de mi temor no pude evitar pensar que aquel chico tenia unos fuertes problemas de bipolaridad y que si salía de esta le recomendaría un ben psicólogo. ¡Pero que estoy pensando! ¡Por supuesto que saldré de esto!

Max comenzó a acercarse a mi peligrosamente con un gesto que tal vez el piense que es tierno, pero para mí estaba totalmente fuera de lugar, tomo mi cara entre sus manos y luego invito una de ellas a posarse en la parte baja de mi espalda. Espere que se acercara lo suficiente y cuando este cerró los ojos, alce valientemente mi rodilla logrando darle en la entrepierna. Este cayó al suelo con ambas manos en el lugar que lo había golpeado y comenzó a lanzar maldiciones hacia mí, logre reincorporarme de mi ataque de pánico y camine apresuradamente fuera de lugar en el que me encontraba. No me di cuenta de que ante los nervios de que me siguiera comencé a aumentar mi ritmo y comencé a correr sin dejar de mirar atrás.

Corría muy deprisa y con la mirada gacha para que nadie viera que en mis ojos se reflejaba el temor. Di vuelta en uno de los salones y sin pensarlo dos veces cerré la puerta.

-señorita Valentine- dijo una voz firme a mis espaldas, voltee inmediatamente encontrándome con la mirada de la directora y con nada más y nada menos que Will- ¿se le ofrece algo?

Dude un poco antes de responder.

-lo siento, eh...- vacilé- pensé que no había nadie- no podía despegar mi mirada asustada de la de Will, creo que ya me había acostumbrado a que siempre que estoy en problemas me encuentro con esos ojos grises. Will y la directora me miraban fijamente, pero no era el mismo tipo de mirada, no, los ojos de la directora manaban profesionalismo y dureza al mismo tiempo, mientras que en la cara de will se reproducía una pequeña sonrisa ladeada que hacía notar un pequeño hoyuelo en su mejilla. Pero esa sonrisa no alcanzaba a llegar a sus ojos, los cuales lucían algo fríos e indiferentes ante mi presencia.

puntos suspensivos  #Wattys2016Where stories live. Discover now