12 CHICOS LOBOS - Capitulo 24

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- ¡Oh, oh! – susurró Simón algo entusiasmado – Ya se dispersaron, y creo que Nick va salir.

Justo en ese momento, la puerta de la cabaña se abrió, y Nick apareció en el umbral. Simón, por instinto tapó la boca de Erika con una mano mientras que con la otra seguía sujetándola por la cintura. Ella contuvo el aliento, temiendo que cualquier sonido pudiera atraer la atención del chico hacia ellos.

Nick miró a su alrededor, después miró el cielo lleno de estrellas mientras exhalaba y soltaba un largo y fuerte suspiro. El chico no solo se notaba cansado, sino harto. Observaron en silencio como Nick se abría paso y desaparecía entre los arbustos, caminando tranquilamente. Simón no apartó su mano de la boca de Erika hasta que pasó un tiempo considerable.

- Bueno, - dijo estirándose – creo que es suficiente espionaje por una noche.

- Hay que seguirlo. – contestó Erika con convicción.

- ¿Estas demente, Baby Doll?

- Hablo en serio, tenemos que seguirlo, es la única forma de saber en qué está metido.

- ¿Sabes, Baby Doll? Yo siempre supe que eras un poco suicida, pero nunca pensé que tu caso era tan extremo. – se burló el chico.

El chico hizo ademanes de prepararse para saltar, por lo que Erika se apresuró a pensar en algo para lograr convencerlo. No podía permitir que una oportunidad tan grande se le escapara de las manos de esa manera. Si quería que Simón la siguiera ayudando, tendría que jugar un poco sucio.

- ¿Así de fácil te rindes? Es una verdadera lástima... - susurró Erika

- ¿De qué hablas?

- Bueno, - susurró la chica escogiendo cuidadosamente las palabras – la primera vez que te vi, me dije a mi misma: "wow, ese chico sí que luce valiente, apuesto a que no le teme a nada", creo que me equivoque. Supongo que no hay nada que podamos hacer, ¿cierto?

- No te equivocaste. – respondió ofendido – Yo no le temo a nada.

- Yo creo que tienes miedo. – lo provocó.

- No es verdad.

- Lo es. – se rio para provocarlo más.

- Que no.

- Sipi. – le tocó la punta de la nariz con el dedo. – Pero no hay nada de qué avergonzarse Simón, después de todo, tú eres el bebé de la casa, es normal que estés un poco asustado.

Si Erika hubiera sabido antes que los chicos no soportan que les hieran el orgullo, definitivamente hubiera usado eso a su favor hace mucho tiempo. Simón lucia realmente frustrado ante las infantiles provocaciones de Erika.

- ¡Bien! – gritó – Lo seguiremos, pero si escucho o huelo algo, lo que sea, no me importaran tus protestas, nos iremos y punto.

- Alguien se puso un poco mandón ¿no? – sonrió levantando una ceja.

- Basta ya niña, o arruinaras nuestra pijamada... y no soy ningún bebé. – aclaró ofendido.

Simón la sujeto con fuerza y saltó del pino. Al parecer el chico no era tan experto como Micaél para saltar desde peligrosas alturas, ya que cayeron desparramados sobre el suelo. Tuvieron suerte de que una espesa capa de vegetación amortiguara la caída.

- ¿Estás bien Baby Doll? – la examinó el chico preocupado.

- Sí, no te preocupes, pero deberías de practicar un poco más. – dijo mientras se ponía de pie – ¿Hacia donde se fue?

12 CHICOS LOBOS ©Where stories live. Discover now