Ted y Phoebe Grey: su dulce infancia

Capítulo 3 (parte 1)

Ya habían pasado veinte días desde el nacimiento de Phoebe y en la mansión Grey reinaba la felicidad, aunque para Christian y Ana también lo hacía la falta de sueño debido a la atención que requería la pequeña de la casa incluso por la noche, y a pesar de que Christian insistía en contratar a alguien para que ayudara en el cuidado de la niña y pasara las noches con ella, Ana se negó rotundamente a dejar la educación de su hija en manos de otra persona.

Hoy los Grey tienen organizada una fiesta en el patio de la casa para la presentación oficial de la niña, en la que a diferencia de la que tuvo a salidas del hospital a los medios de comunicación y algunas personas interesadas en ver a la segunda heredera de una grandísima fortuna, permitirían que diferentes canales de televisión y periódicos enviaran a un fotógrafo para que estuvieran presentes durante un corto periodo de tiempo de la fiesta, donde por primera vez se vería públicamente el rostro de la pequeña, exponiendo también a la entrada un cuadro con una foto de cerca junto a su nombre completo, la fecha del nacimiento, peso y altura al nacer.

Las 7 de la mañana. Christian se levanta intentando no hacer ruido para no despertar a Ana, lo cual sin saberlo, no le dio resultado y entró en el baño entornando la puerta. Se lava la cara, y cuando se dispone a cerrar el grifo y ponerse recto nota que unas suaver manos le rodean la cintura y acarician su abdomen desnudo, y seguidamente disfruta de los besos y mordiscos que su mujer le da en la espalda. En ese momento se da la vuelta de golpe para coger a Ana desprevenida y lo consigue. La rodea con sus fuertes brazos y la besa apasionada y ferozmente demostrándole así la necesidad que tiene de ella.

-Un mes y diez días. - le susurra Ana cortando el beso al notar las ganas que tiene Christian de hacerla suyo por millonésima vez.

-Si hubiera recordado la falta de sexo después del parto, no te habría vuelto a dejar embarazada.- le dice Christian refunfuñando dejando ver en sus ojos algo de diversión.

-Pues que no se te olvide para la próxima vez. - Dice Ana mientras le da un cachete en el culo cubierto por el bóxer provocando que Chrisitian haga una fingida mueca de dolor, seguidamente comienza a andar hasta llegar a la puerta y le dice a su marido divertida señalándole su entrepierna.- ahora vete a correr un poco, a ver si "eso" te vuelve a la normalidad.-Acto seguido se marcha para ir a ver a sus pequeños dormir.

Ana llega primero a la habitación de Ted ya completamente iluminada debido al sol que entra por la ventana, pero al fijarse en la cama el pequeño no está en ella. Se acerca al armario para abrirlo pensando que estaba allí escondido como había hecho tantas veces pero tampoco está. Conociendo a hijo sabe que nunca sale de su habitación a primera hora nada más que para ir a la de los papás pero se lo habría cruzado por el camino. Va al baño que está dentro del cuarto y tampoco está y nerviosa comienza a llamarlo. Cada vez grita más llamando al niño y Christian le escucha justo cuando iba a bajar las escaleras para ir a correr, pero tras los gritos de su mujer se dirije a la habitacón de su hijo que es de dónde provenían sus gritos.

Cuando llega ve a Ana bucando en todas partes y no ve a Ted, por lo que comienza a ponerse nervioso él también, pero intenta controlarse para que su mujer no empeorara.

-¿Qué ocurre?- Pregunta Christian acercándose a un baúl de juguetes en el que Ted podía estar escondido, pero tampoco está.

-No lo encuentro, nunca sale hasta que lo despertamos- dice Ana entre sollozos.

-Tranquila, se nos está haciendo mayor. Voy abajo a ver si está en la cocina. Si no recuerdo mal ayer no quiso cenar, puede haber ido a pedirle algo de comer a Gail.- Intenta así Christian que se relaje y parece conseguirlo.

Christian baja las escaleras de dos en dos y casi corriendo a la cocina, donde ya estaba Gail preparando el desayuno.

-Señora Jones, ¿ha visto a Ted por aquí?