A los diez minutos ya me estaba cansanda de esto, hasta que escuché unos golpes en la puerta.

-¡Selena! ¡ganaste, pero ya llegó Chuck! ¡vete a tu cuarto!-

Pero...no habíamos terminado, faltaba que yo dijera "Por mí"...no me iba a mover de ahí...Chuck y Eric siempre entraban a la habitación a jugar, entonces no me saldría, sino que les daría una sorpresa, seguro los mataba del susto.
Esperé en silencio, hasta que la puerta se abrió.

-¿qué le decías a tu hermana?-

Podía ver como Eric y Chuck entraban.
Eric subía los hombros.

-nada, solo le decía que entrara a su cuarto-

listo, a la cuenta de diez iba a salir.
9.

-¿seguro que no está por ahí?-

8.
-Selena es muy juiciosa, siempre me hace caso-

7.

-entonces estamos solos-

6.

-por así decirlo-

5.

-me encanta cuando sonríes así, Chuck-

4.

-lo sé-

3...

Iba a salir antes de tiempo, hasta que Eric se abalanzó encima de Chuck y comenzaba a besarlo. Todas las ganas de salir se fueron de mí. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué lo hacía?
Las manos de Eric se comenzaron a meter por la camisa de Chuck, y fue ahí cuando cerré los ojos y dejé de mirar. No quería más. No más. Por algún motivo, me encontraba llorando.
Solo escuchaba gritos y ruidos raros, saliendo desde fuera del armario. No sabía en que momento había ocurrido, pero me había quedado dormida.
Me levanté con la voz de mi hermano.

-iré a comprar algo de comer, seguro Selena está dormida...no ha venido a tocar la puerta, como siempre-

Parpadeé fuertemente, mientras que Eric cerraba la puerta. Una risa suave salió de los labios de Chuck.

-lo adoro...-

Chuck estaba desnudo. Era asqueroso, y quería hacer todo lo posible para dejar de ver eso. Puse mi mano sobre mis ojos, pero al hacer eso, algunas camisas de Eric se movieron.

-¿qué?-

Escuchaba los pasos. ¡Ratas! estaba en un aprieto.
Me mordí el labio y esperé a ser sorprendida.

-¿qué carajos haces tú aquí?-

El armario se había abierto y Chuck estaba en frente mío, gracias a Dios, usando unos boxers.

-yo...-

-¿desde hace cuanto estas aquí?-

-yo solo estaba jugando y...-

-¿te parece que esto es gracioso, niña estúpida?-

Chuck me había agarrado el brazo, obligándome a salir del cesto de la ropa sucia.

-yo...-

Estaba al borde de las lagrimas, pero estas solo salieron, cuando la mano de Chuck se estrelló contra mi rostro.

-perdón...-

No sabía que más decir. No se me ocurría nada, había sido un accidente.
Chuck agarró sus pantalones y sacó un encendedor y unos cigarrillos.

-esos son malos...-

Y lo eran, ya que eso era que lo que Eric decía siempre que veía a alguien fumando. Chuck sonrió de manera irónica.

-sí son malos-

dijo, mientras encendía uno y los aspiraba.

-mira que tan malos son-

Dijo, mientras me estrellaba la punta de este, contra el brazo. Me ardía demasiado, y las lagrimas no paraban de salir.

-para, para, por favor-

-quiero que veas lo que pasa cuando andas de chismosa-

Aspiró otro poco de eso, y lo estrelló contra la parte de arriba de mi otro brazo, llegando casi al hombro. Quemaba demasiado, me enloquecía el dolor.
Un grito salió de mí.
Otra cachetada fue lo único que recibí.

-cállate, estúpida-

Chuck me tiró al suelo, y fue entonteces cuando el tiempo dejó de tener significado. Cada quemazón que se producía en mis brazos no dolía menos que el otro, pero por lo menos, el contarlos, me daba la esperanza de que pronto iba a terminar. Solo podía llorar y gritar, pero cada vez que gritaba, recibía otra cachetada, y a veces una patada.
Según había contado, llevaba diez cigarrillos, y tenía la cajetilla completa.

-por favor...

Eran las primeras palabras que había podido pronunciar.
Chuck suspiró.

-me das asco...pero solo porque eres mi cuñada y dijiste por favor, terminaré-

Las lagrimas comenzaron a salir con más fuerza de mis ojos.

-pero para que no se te olvide. Eres inteligente, ¿verdad? Entonces si no quieres que pase de nuevo, esto ni lo que viste antes, se lo vas a decir a nadie, ¿entendido?-

Iba a responder, cuando él subió mi camisa y estrelló el cigarrillo que tenía en la mano contra mi costado. Por lo general cada quemazón no duraba mucho, pero este no parecía parar nunca. Fue entonces cuando no hubo cachetada que valiera y grité, quizá dañándome hasta la última de mis cuerdas vocales. Pero ya no podía más.

-y recuerda...este es símbolo de sabiduría-

Finalmente Chuck se quitó de encima mío. Me levanté y salí corriendo de ahí a mi habitación.
Lo primero que hice fue verme los brazos en mi espejo: estaban rojos, algunos incluso parecían tener sangre. Todos mis brazos estaban destruidos.

Con la visión borrosa de las lagrimas, levanté mi camisa, viendo mi costado, quemado y con sangre. Me tiré al piso, y pese a todo el dolor que sentía, no me levanté. Solo lloré, ya que eso era lo único que podía hacer.
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Good Girl (Zayn Malik y Selena Gomez)Where stories live. Discover now